15 de enero de 2025
Comentario destacado
Vancouver resume writer
Dos de los senadores que habían asistido al funeral divisaron a Camargo desde la puerta de La Biela e hicieron el ademán de acercarse a la mesa. Camargo alzó una mano y, sin mirarlos, les dio a entender que no lo molestaran. –Fumá más, hombre. Sentí una inmensa compasión por ella, por sus niños, por los perros abandonados, por mí, por cuantos seguimos capotiando los atropellos de esta vida. Le di algo de dinero, me despedí y salí. Últimas semanas. Guarda en secreto estas palabras, dijo el Profeta. –Ya no llueve -dijiste, mirando hacia la calle. –Aníbal y Nora -les explico a ambos-, el amor de dos repartido entre tantos se vuelve muy poca cosa: a cada perro del albergue le toca muy poquito y ese poquito no le basta. La vida de un perro sin amo no tiene sentido. –No quiere gastar. –Alguna vez fui critico de cine, Reina. He leído decenas de notas sobre Mitchum. La tuya no está mal, pero casi todo lo que escribiste no le interesa a nadie. La gente compra los diarios para enterarse en dos minutos de lo que pasa. No quiere perder el tiempo con los detalles. Con eso de los mesías gemelos te fuiste por las ramas. –No -le confirmaba yo, su ex hijo, que tenía cancelado con ella el tema teológico, y que acabó por cancelar todos los otros hasta llegar a la perfección del silencio. Da Cunha, que había admitido el adulterio, no pudo tolerar el abandono. Se presentó en la casa de su rival, y luego de disparar un revólver al aire, apuntó al corazón de Saninha. Se le adelantó Dilermando, campeón nacional de tiro al blanco, con un balazo certero en el pecho. La muerte de Da Cunha fue una tragedia por la que Brasil guardó tres días de luto público. Cuando me desperté pudeslusar música que atravesaba la pared, de verasgronca , y eso fue lo que terminó de despertarme. Era una sinfonía que conocía realmentejoroschó pero no habíaslusado durante muchos años, la Tercera Sinfonía delveco danés Otto Skadelig, una pieza muygronca y violenta, sobre todo el primer movimiento, justo lo que estaban tocando ahora.Slusé unos dos segundos, interesado y gustoso, y de pronto todo se me vino encima, empezó el dolor y la náusea, y el gemido me salía de lo más profundo de lasquischcas. Y ahí estaba yo, que tanto había querido la música, arrastrándome fuera de la cama y gimiendo oh oh oh, y después bang bang bang en la pared, mientrascrichaba: -¡Basta, basta, paren eso! -Pero siguió, y parecía que más fuerte. Y yo seguí golpeando la pared hasta que me quedaron los nudillos todos pelados y manchados decrobo rojo rojo, ycrichaba ycrichaba, pero la música no paraba nunca. Entonces pensé que tenía que escapar, así que salí delmalenco dormitorio y fuiscorro a la puerta de entrada, pero la habían cerrado con llave por fuera y no conseguí salir. Y mientras tanto la música se hacía cada vez másgronca, como si tuvieran la intención de torturarme, oh hermanos míos. De modo que me metí los dedos en losucos, hasta el fondo, pero los trombones y los timbales resonaban bastantegroncos. Así que lescriché otra vez que parasen y otra vez golpes y golpes y golpes en la pared, pero no conseguí nada.- Oh, ¿qué puedo hacer? -jujujué para mí mismo-. Oh,Bogo del Cielo, Señor, ayúdame. -Recorría todas las habitaciones, queriendo escapar del dolor y las náuseas, tratando de no oír la música y sintiendo el gemido que me venía de las tripas, y entonces, arriba de la pila de libros y papeles y de toda esacala que estaba sobre la mesa, vi lo que tenía que hacer y lo que yo había querido hacer hasta que me lo impidieron losvecos de labiblio pública y después el Lerdo y Billyboy disfrazados demilitsos, y lo que yo había querido hacer era eliminarme,snufar, desaparecer para siempre de este mundo perverso y cruel. Lo que vi fue elslovo MUERTE en la tapa de un folleto, aunque sólo se trataba de las palabras MUERTE AL GOBIERNO. Y como si hubiera sido el Destino había otro folletomalenco que mostraba una ventana abierta en la tapa, y decía: «Abra la ventana al aire fresco, a las nuevas ideas, a un nuevo modo de vivir». Y entonces comprendí que era como decirme que acabase todo saltando. Tal vez un momento de dolor, y después el sueño para siempre siempre siempre. No sé si entre aquellas casitas campesinas que quedaban estaba la del pesebre, o sea, quiero decir, la del pesebre más hermoso que hayan hecho los hombres desde que se estableció la costumbre de armar en diciembre nacimientos o belenes para conmemorar la llegada a esta mísera tierra a un establo, auna pesebrera, del Niño Dios. Todas las casitas campesinas de la carretera, desde que salíamos caminando de Santa Anita hacia Sabaneta tenían pesebre, y abrían las ventanas de los cuarticos que daban al corredor delantero para que lo viéramos. Pero ningún pesebre más hermoso que el de la casita que digo yo: ocupaba dos cuartos, el primero y el del fondo, llenos de maravillas: lagos con patos, rebaños, pastores, vaquitas, casitas, carreteritas, un tigre, y arriba de la montaña, en lo más alto, la pesebrera en la que el veinticuatro de diciembre iba a nacer el Niño Dios. Pero estábamos apenas a dieciséis, en que empezaba la novena y en que hacíamos los pesebres, y faltaban exactamente ocho días para el día, la noche, más feliz. Ocho días de una dicha interminable en espera. Di media vuelta y me fui. íbamos en un taxi mi niño y yo cuando rebasamos a uno que iba al trote, bajo una lluvia de latigazos: frente a los edificios mismos de la Alpujarra, nuestro centro administrativo, el de los burócratas que no sienten porque no ven porque tienen el corazón ciego pero la boca llena mamando del presupuesto. "¡Los caballos no tienen por qué trabajar, el trabajo lo hizo Dios para el hombre, hijueputa!" le grité al carretillero sacando la cabeza por la ventanilla del taxi. Al oírse llamar como dije el carretillero miró, y así, al volver la cabeza, le quedó en posición perfecta para Alexis, quien con un tiro en la frente me le remarcó lo dicho y como quien dice le tomó la foto. –Y yo qué dije. -Me afirmé bien afirmado contra el espaldar de la cama. La puntada, yéndose de un momento a otro, iba a resultar como un mazazo. Fue unmazazo,pero al revés. Un golpe de bienestar tan súbito que casi me desmayo. Un segundo es mucho tiempo: no debo olvidarme de esto. -Estoy pensando macanas -le digo-. ¿Qué miras? Balzac lloraba cuando se le moría un personaje, a mí me pasa lo mismo. Es una cuestión de genio, en Jujuy no entienden de eso. -Y lacompuerta acabó de caer pesadamente, plof, sin dejar una grieta. –Ca co cu, terrorcito de mi alma. -Y ahí empezó todo, pero con cierta extraña discreción, porque nadie elevaba mucho lagolosa. Al principio el nuevopleniocrichó un poco, pero la Pared le daba puñetazos en larota mientras el Judío Gordo lo sostenía contra los barrotes, para que pudieranvidearlo a lamalenca luz roja que venía del pasillo, y él decía oh oh oh. No tenía mucha fuerza, y lostolchocos que devolvía eran muy débiles, y supongo que eso le venía de hacer muchochumchum con lagolosa y de darse aires. De todos modos, al ver el viejocrobo colorado que le brotaba a la luz roja, sentí que la vieja alegría se me movía subiendo por lasquischcas , y dije: La historia no parece diferir de otras que son ya célebres en la ficción, como la historia de Carmen en la novela homónima de Prosper Mérimée y la de Lola Lola o Rosa en El ángel azul de Heinrich Mann. Los crímenes brasileños son movidos, sin embargo, por pasiones más complejas. A veces los desata el amor propio o la honra herida, pero la causa más frecuente es el afán de posesión..

Lou Nicholes
Presentando Family Times: Lou Nicholes

¿Por qué no te comprometes a tener devociones diarias con nosotros todos los días de este año? Regístrate al final de la página para recibirlas en tu correo electrónico todos los días. ¡Deja que Dios haga algo especial en tu vida! 

¿QUÉ SACÓ DE TU TIEMPO DE SILENCIO HOY?

Esta es una pregunta que Jack Wyrtzen me hizo en una conversación telefónica hace muchos años. Me gustaría hacerte la misma pregunta. Me quedé sin palabras porque no tenía un plan para leer la Palabra de Dios todos los días y compartirla. Como resultado, esta pregunta cambió el curso de mi vida al leer la Palabra de Dios y compartir mis pensamientos con mi familia y otras personas todos los días. Si deseas recibir estos pensamientos, solo haz clic en el botón a continuación y es gratis .

  • Te llegará por correo electrónico diariamente o una vez a la semana, según elijas.
  • Le llevará a través de la Biblia en 6 años, frase por frase o tema por tema.
  • Llega a ti en pequeños fragmentos de unos pocos versículos cada día.
  • Podrás elegir cualquier versión de la Biblia que quieras leer con un solo clic.
  • Después de leerlo puedes escribir tus pensamientos y aplicaciones si así lo deseas.
  • Luego puedes hacer clic en mi comentario que incluye una explicación sencilla del contenido, una ilustración práctica y una aplicación personal.
  • Hay una página de oración y alabanza de los misioneros que cambia semanalmente.
  • Hay un versículo para memorizar semanalmente que corresponde con lo que estás leyendo.
  • Hay un lugar donde puedes escribir tus pensamientos o hacer preguntas diariamente.

Somos una familia misionera que ha ministrado con Word of Life Fellowship desde 1962. Esta es una organización internacional de jóvenes fundada por Jack Wyrtzen, con sede en Schroon Lake, Nueva York. Lou Nicholes creció en una pequeña granja en el sureste de Ohio.

Continuar