15 de enero de 2025
Comentario destacado
Topics for science research paper
Hombre vea, yo le digo, vivir en Medellín es ir uno rebotando por esta vida muerto. Yo no inventé esta realidad, es ella la que me está inventando a mí. Y así vamos por sus calles los muertos vivos hablando de robos, de atracos, de otros muertos, fantasmas a la deriva arrastrando nuestras precarias existencias, nuestras inútiles vidas, sumidos en el desastre. Puedo establecer, con precisión, en qué momento me convertí en un muerto vivo. Fue un anochecer, bajo las lluvias de noviembre, yendo con Alexis a lo largo de una avenida del barrio Belén por cuyo centro corría una quebrada descubierta, uno de esos arroyos de Medellín otrora cristalinos y hoy convertidos en alcantarillas que es en lo que acaban todos, arrastrando en sus pobres aguas la porquería de la porquería humana. –Oh -dije-, es lo que llamamos el hablanadsat. Todos los adolescentes lo usan, señor. -Así que esteveco se fue a la cocina a lavar los platos, y yo me quedé con losplatis de dormir y lostuflos prestados, esperando que me hicieran lo que tenían que hacerme, porque personalmente no se me ocurría nada, oh hermanos. Es la primera vez en semanas que puede relajarse y conciliar el sueño. A eso de las cuatro de la tarde, cuando se despierta, lo invade una resolución inquebrantable: llamará a Reina por teléfono esa misma noche e intentará recuperarla. Va a ser difícil que lo rechace, porque no existe más el obstáculo que los separaba: el editor (leva casi cuatro días sindar señales de vida y parece haber aceptado el fin de la relación. Además, ella no tiene nada que perder y él, sin embargo, estaría arriesgando mucho. Un hombre que no teme al escarnio ni al contagio es porque está por encima de todo, al di sopra di ogni sospetro. Vuela tan alto que nada puede mancharlo. Lleva en sí tanta luz que todo lo que toca se enciende y se salva. –¿Y cómo sabía algo tan impresionante? -preguntaste. Y se lo rechazaba. La complicidad que existía entre nosotros cuando teníamos veinte años hacía mucho que se había acabado. Y ni sé cómo acabó. Será la vida, que acaba con todo. Odia el departamento al que debe volver ahora. Odia las barandas cromadas de las escaleras, el ascensor silencioso, las paredes pintadas de blanco cadavérico, la asepsia, los espejos. Odia el desamparo de la calle que está debajo y la opresión de las noches en las que nada sucede, salvo la desdicha: podría estar en la intemperie de la llanura y todo sería menos impuro que ese núcleo de la ciudad en el que durante el día hay una vida virtualy, por las noches, la pesadez de la muerte verdadera. Pero ahora no puede marcharse. Tampoco tiene adónde ir. La madre le diría: ¿Cómo podes pensar así, con todo lo que hemos hecho para cuidarte y educarte? ¿Acaso nuestra casa no es tu casa? ¿Acaso ya no re gusta los domingos ir a Longchampscon tu padre y galopar en el alazán que alimentamos y lavamos sólo para que vos puedas montarlo? Imaginar el regreso a la casa familiar le infunde más miedo aún que la enfermedad o la miseria: dejaría de ser ella misma, retrocedería al estado de ninfa, al convento de la obediencia, a las reglas de la implacable hermana superiora. Sobre la lisura del cielo reinada un dios único y se apagaría la libertad de pensar en los mesías gemelos, en el mundo creado por un Principio Femenino y en la victoria final de los pobres sobre los poderosos. Sin libertad sólo habría resentimiento y desdicha, y ella no sería ella sino su madre. No. Es imperioso volver al departamento que odia porque allí, junto a la cama que quisiera destruir e incendiar, está el teléfono al que Germán va a llamarla, si acaso no la ha llamado ya. –Cómo se llama este lugar -pregunté. –Gracias. Con el radio apagado pienso mejor. Me arrastraron a unacantora muy iluminada y encalada, y había unvono fuerte, mezcla de enfermería y lavatorios, cerveza rancia y desinfectante, y todo venía de las piezas enrejadas que estaban cerca. Algunos de losplenios encerrados en las celdas maldecían y cantaban, y me parecióslusar a uno que aullaba: Entonces me sucedió algo. Al meter la mano en el bolsillo superior del saco, toqué los anillos. No sé qué buscaba, ni si buscaba alguna cosa. Tal vez fue uno de esos gestos mecánicos y sin sentido con los que simulamos tener algún propósito en la vida, aunque sea mínimo. Y ahí estaban los anillos. Dos anillos lisos y otro con una perla. Fue como si una descarga eléctrica me recorriera de la punta de los dedos a la conciencia: aquello había estado ahí, al acecho, esperando cualquier distracción para saltar sobre mí. La grava de la Plaza Irlanda, sus altos faroles que alumbraban las copas de los robles y los terebintos; las verjas del Colegio Santa Brígida; una calesita girando en la noche como un astro errante que agoniza. Y una lápida, algo como una lápida inmensa. Eso era Buenos Aires y era yo. Existo desde antes de este viaje a Córdoba. Soy anterior a este dolor de cabeza y a esta resaca de borrachera.Me llamo Esteban Espósito.Santiago seguía tomando mate, solo, a mil kilómetros de distancia, su perfil silencioso y contemplativo superpuesto con la fuerza de un grito a esa revelación de mí mismo. De haber sabido entonces lo que hoy sé, habría comprendido la razón. Había algo religioso y casi sagrado en aquel abstraído tomar mate del jujeño, como si ese cuarto fuera un templo donde un sacerdote (¿pero de qué liturgia?) estuviera celebrando ante mis ojos mi rito de iniciación. Dónde vas, ha preguntado el jujeño al ver que me pongo de pie. Necesito pensar en mí, le digo, y la frase suena tan grandiosa que me siento ridículo y sonrío, y él quiere saber si me pasa algo. –Sí. Vos sos la única persona que quiero. –Explícate mejor -dijo Esteban. Es imperioso que no te arrastre su cólera. No, Camargo. Debes respirar muy hondo, no para acallar dolor alguno sino para que el aliento, cuando te llegue a la profundidad de las entrañas, reconozca la justicia de todo lo que has hecho e impregne tu voz de la serenidad que necesitás para decir: De modo que mi sueño había sido verdadero. Georgie el general diciendo lo que debíamos hacer y lo que no, y el Lerdo con el látigo como un bulldog sonriente y sin cerebro. –Así, aprendé -me decía. –Entonces decíme a quién querés más: a él o a mí. –Déjenmelo, salgan, déjenmelo ahora, hermanos. -Y el Judío Gordo contestó: La tranquilizás con promesas para sacártela de encima. Ha tratado de manipularte, y una vez más has evadido el cerco. No tenés la menor intención de salir de Buenos Aires. ¿Justo ahora, cuando la mujer de la ventana de enfrente te ha traicionado y ha dejado en ridículo los meses de atención que le dedicaste? Después de haber construido su cuerpo con tu mirada, ¿vas a permitir que tu obra se deshaga en las manos de otro? Estás furioso, desesperado por castigarla, y con semejante espina no podes ir a ninguna parte. Ya vas a tener tiempo para ocuparte de Ángela. Ahora, la mujer de enfrente es más importante que todo. –Todo lo que puedo ofrecerte es mate -dijo-. O ginebra. O ginebra con mate..

Lou Nicholes
Presentando Family Times: Lou Nicholes

¿Por qué no te comprometes a tener devociones diarias con nosotros todos los días de este año? Regístrate al final de la página para recibirlas en tu correo electrónico todos los días. ¡Deja que Dios haga algo especial en tu vida! 

¿QUÉ SACÓ DE TU TIEMPO DE SILENCIO HOY?

Esta es una pregunta que Jack Wyrtzen me hizo en una conversación telefónica hace muchos años. Me gustaría hacerte la misma pregunta. Me quedé sin palabras porque no tenía un plan para leer la Palabra de Dios todos los días y compartirla. Como resultado, esta pregunta cambió el curso de mi vida al leer la Palabra de Dios y compartir mis pensamientos con mi familia y otras personas todos los días. Si deseas recibir estos pensamientos, solo haz clic en el botón a continuación y es gratis .

  • Te llegará por correo electrónico diariamente o una vez a la semana, según elijas.
  • Le llevará a través de la Biblia en 6 años, frase por frase o tema por tema.
  • Llega a ti en pequeños fragmentos de unos pocos versículos cada día.
  • Podrás elegir cualquier versión de la Biblia que quieras leer con un solo clic.
  • Después de leerlo puedes escribir tus pensamientos y aplicaciones si así lo deseas.
  • Luego puedes hacer clic en mi comentario que incluye una explicación sencilla del contenido, una ilustración práctica y una aplicación personal.
  • Hay una página de oración y alabanza de los misioneros que cambia semanalmente.
  • Hay un versículo para memorizar semanalmente que corresponde con lo que estás leyendo.
  • Hay un lugar donde puedes escribir tus pensamientos o hacer preguntas diariamente.

Somos una familia misionera que ha ministrado con Word of Life Fellowship desde 1962. Esta es una organización internacional de jóvenes fundada por Jack Wyrtzen, con sede en Schroon Lake, Nueva York. Lou Nicholes creció en una pequeña granja en el sureste de Ohio.

Continuar