15 de enero de 2025
Comentario destacado
Solve physics problems online free
El mundo helénico, según el profesor Urba, o mejor, la Casa universal que los griegos habían construido para el hombre, comenzó a rajarse desde adentro. Y el padre Cherubini dejó en suspenso el acto de sonarse la nariz cuando el astrólogo agregó que la había rajado el Mal. "II male o il Malo?", preguntó el padre Cherubini. "Vos la rajaste?" El Mal, repitió el astrólogo. La noción del Mal. Para Sócrates, la idea del Mal era un puro concepto negativo, no era nada; era la estupidez pura o la ignorancia. Con el judeocristianismo, con nosotros, dijo enigmático y sonriente el astrólogo, el Mal comenzó a ser una fuerza espiritual activa, un componente esencial del alma del hombre concreto. "Ecco", dijo el padre Cherubini, y se sonó. De cualquier modo, aun en los orígenes del cristianismo, el armónico ámbito de las esferas tolemaicas y sus números y su música, es decir, el viejo hogar construido hacía siglos por Pitágoras, Platón y Aristóteles, seguía siendo habitable; cabían en él el hombre y su alma doble, aunque en ella ya combatieran el ángel bueno y el otro. Al decir estas palabras, el astrólogo señaló al padre Cherubini, tocándole con un dedo la barriga, y luegose señaló. "Negó!", tronó el padre Cherubini, "Vos et yo sernos la mesma substancia, sernos la dual epiphanía de uno solo spíritu. Ego son la epiphanía positiva et non poluta y tú venís a resultar la antistrofa, la contradanza. O non evocas lo libro de fob?" El profesor Urba, pacientemente, dijo que ésa era otra cuestión y que por favor no lo interrumpiera o no iba a terminar nunca. "Oyó silente", dijo sumiso el padre Cherubini. "Trai el boteyón." Un nuevo crujido estremeció la Casa en el siglo IV. San Agustín, aunque consiguió tapar aquella primera grieta e incorporar el Mal a la concepción metafísica del hombre de la Edad Media, tuvo la premonición de que la morada se estaba rajando también por el lado de afuera. Y aunque no vió el Espacio, sintió el Tiempo. Porque la otra grieta fue el Tiempo. Había algo, algo inquietante en el Tiempo de su tiempo, que lo alarmaba y desconcertaba. Sínema ex me quaerat, scio-, si quaerenti explican velim, nescio.Si no se lo preguntaban, lo sabía; si quería explicarlo… "No me ofendas traduciendo", dijo el padre Cherubini y agregó de corrido Quid est enim tempus? Quis hoc facile breviterque explicaverit? Quis hoc ad verbum de illo referendum vel cogitatione comprehenderit? y dijo que ahora sí se quedaba callado aunque no sin antes agregar chúpate esta mandarina. Sí, quién podría, pensaba Agustín, explicarlo fácil y brevemente; quién podía comprender el tiempo en el pensamiento para hablar luego de él. Y por eso Agustín fue el primer hombre que planteó, en primera persona, el problema del Mal y del pecado, y el primero que sintió el Tiempo como el ámbito problemático de la existencia. Para el mundo antiguo, para el mundo precristiano, la verdad, las ideas morales, la belleza estaban por encima del tiempo, eransub specie aeternitatis, yla eternidad era la perfección del tiempo. El tiempo era una degradación de lo eterno, más o menos como el hombre era los escombros de Adán. Una caída. Una imagen móvil y evanescente de lo Absoluto. En cuanto al Espacio, no era nada. O casi nada. Era el sitio que ocupaba la mansión, lo finito, el borde que dibujaba lo real. El hombre, acostumbrado a ver las montañas sobre el fondo de la luz, el ábside de los templos contra el azul del cielo, sólo concebía el lugar donde aparecían, netas y claras, las obras de Dios y sus propias obras. Lo infinito era lo imperfecto, tan imperfecto como el Mal. La grieta en elespacio apareció después. Antes, se oyó el crujido del primer milenio. La Iglesia, mi santa madre¡"Tu agüela", murmuró haciéndose el distraído el padre Cherubini) ya había conseguido poner, a su manera, la casa en orden. El Mal era una necesidad del Bien, la Tierra, redonda y quieta, era como un plato que flotaba sobre un mar inmóvil; las estrellas resplandecían sobre nuestras cabezas para que recordáramos la grandeza decorativa del Creador. Y el Tiempo, el angustioso tiempo de Agustín, se articulaba por fin con la eternidad: si el Papa era Vicario de Dios, que es lo eterno, y era soberano del mundo, que es lo temporal, podíamos dedicarnos a la quietud, a la contemplación, a iluminar los libros que guardaban para siempre todo el saber, y a estudiar, en la lengua incorruptible, las artes liberales. "E a descogotarnos en los torneos, apestarnos con la Peste, et expoliar a los poveros campesinitos, pa no fablar de los ostrogodos y otros raudos caualleros vandálicos", dijosin poder contenerse el padre Cherubini, a lo que el profesor Urba, asintiendo con una sonrisa, respondió que por el momento sólo le interesaba la superestructura espiritual del problema. "Ma", dijo el padre Cherubini, "non érades marxista?" En cierto modo, dijo el profesor Urba. "Ego te absolvo, pichón", dijo el padre Cherubini. Y fue justamente ahí, fue en ese milenario instante de casi perfecta quietud, cuando, sin saber lo que hacía, un pequeño monje benedictino quiso rematar la alta cúpula de la casa de la Fe y demostrar, con la razón, lo indemostrable. "San Anselmito!", prorrumpió exultante el padre Cherubini. "Largomento ontológico: ese cristalito diamantino con il cuale le pusimo la tapa a lo Insensato et probamos, urbi et orbi, la existencia de Tata Dios." Exacto, convino el astrólogo. "Anhelas que te lo recite?", preguntó el padre Cherubini y antes de que el astrólogo pudiera impedirlo lo recitó en latín y en pancocoliche, pidió más vino y se dispuso a seguir escuchando. El argumento ontológico, sí, dijo casi con melancolía el profesor Urba, argumento que fue, en rigor, la primera noticia que tuvieron los hombres de la muerte de Dios. "Ma, qué dice la Bestia?", se escandalizó el padre Cherubini. Digo que te calles, Custodio, y digo que en el momento preciso en que Dios necesitó ser demostrado por la razón, como si fuera un teorema, como si fuera un cálculo matemático, en ese mismo momento se oyó en lo alto del cielo un gemido de agonía que conmovió las estrellas, la casa volvió a crujir, y el mundo, que más o menos habían recompuesto la teología, el papado y la espada de los príncipes, comenzó a ser este mundo. En ese momento, que duró tres siglos, apareció el espacio. Y apareció por los cuatro costados de la casa. Los viajes, las cruzadas, la construcción de las ciudades, según el profesor Urba, hicieron del atemporal e inmóvil mundo medieval un mundo cambiante y sometido a las leyes de la historia, y el espacio plano, la tierra, dejó de ser el lugar que ocupaban las cosas para transformarse en el medio por elque se desplazaban los hombres y las cosas. Bastó, una noche, alzar la mirada y contemplar el cielo, para sentir la angustia y el esplendor del espacio. La noción de inmensidad, el terror y la fascinación de lo infinitamente extenso, conmovieron la casa hasta sus cimientos. Y eso fue el Renacimiento. La infinita divinidad de Nicolás de Cusa, el sistema de Copérnico, los inagotables orbes fulgurantes de Giordano Bruno, iban por fin, a dilatar el mundo en todas direcciones. El arte, como siempre, intuyó mucho antes esa transformación, y creyendo contar un descenso al Infierno o inventar la perspectiva, cantó y pintó el drama de su tiempo: la rajadura que se abría en el techo, en el piso, en las paredes de la casa del hombre. Claro que se acordaba. Darío compartía conmigo todo: los muchachos, los recuerdos. Nadie tuvo en la cabeza tantos recuerdos compartidos conmigo como él. –¿Y qué podríamos hacer, entonces, si descubrimos a un redactor corrupto? Y sigamos con los muertos, que es a lo que vinimos. Pues que vamos por Junín abajo mi niño y yo, y que de entre la chusma va saliendo El Difunto a manifestarnos que: Como usted comprenderá nunca volvimos. Eso de que se vuelve al sitio son pendejadas de Dostoievsky. Volvería él cuando mató a la vieja, yo no. ¿Para qué? ¿Habiendo tanta cafetería en Medellín y tan atentas? Las comunas son, como he dicho, tremendas. Pero no me crean mucho que sólo las conozco por referencias, por las malas lenguas: casas y casas y casas, feas, feas, feas, encaramadas obscenamente las unas sobre las otras, ensordeciéndose con sus radios, día y noche, noche y día a ver cuál puede más, tronando en cada casa, en cada cuarto, desgañitándose en vallenatos y partidos de fútbol, música salsa y rock, sin parar la carraca. ¿Cómo le hacía la humanidad para respirar antes de inventar el radio? Yo no sé, pero el maldito loro convirtió el paraíso terrenal en un infierno: el infierno. No la plancha ardiente, no el caldero hirviendo: el tormento del infierno es el ruido. El ruido es la quemazón de las almas. …como si al entrar así en el pasado hubiera tropezado con un laberinto, sin un hilo para guiarlo, donde a cada paso amenazaba el Minotauro; un laberinto que a cada vuelta conducía infaliblemente a un precipicio en cuyo fondo estaba el abismo. –Deje arriba la noticia del avión. Y la foto. Léame el título. –Ya no soy. Que eran los dos, el muchacho y su ex amigo, unos hijueputas. –Hay frases que se quedan, que no se pueden dejar en el aire. Alguien dice alga, y ese algo nos cambia, aunque no queramos. Los escribanos se resistieron a leer el testamento hasta que se despejara el salón Embajador, pero los móviles de la televisión estaban decididos a que los actos póstumos del ex presidente fueran tan poco solemnes como habían sido los de su vida. El suegro fumador quería marcharse de una vez, por lo que el jefe de los escribanos, acatando esa urgencia, abrió el sobre lacrado que contenía el documento. La sombra vertiginosa del suicida se posó por un instante sobre nosotros y, en vez de infundirnos pavor, nos preparó para una revelación alevosa. La tuvimos. Con una voz de impropia monotonía, el escribano anunció que la fortuna del ex presidente ascendía a trescientos ochenta y nueve millones seiscientos veintiséis mil dólares en propiedades, depósitos en bancos europeos y caribeños, acciones de la bolsa, bonos al portador y empresas confiadas a testaferros, en vez de los modestos dos millones ochocientos mil dólares que había declarado como único capital al dejar el gobierno. «Yo sabia, yo sabía», se oyó decir a la primera esposa. «Muria como vivió, engañándonos a todos.» –Quién -pregunté. –La Mansión o la Manse, o cualquier otra idiotez así. Donde vive unaptitsa muystarria con los gatos, y todas esasvesches muystarrias y valiosas. De modo que subimos al auto que esperaba y dejé el volante a Georgie, porque yo me sentía unmalenco destemplado, y regresamos a la ciudad, y en el camino pasamos por encima de cosas raras que chillaban. –Perdón -dijo Espósito..

Lou Nicholes
Presentando Family Times: Lou Nicholes

¿Por qué no te comprometes a tener devociones diarias con nosotros todos los días de este año? Regístrate al final de la página para recibirlas en tu correo electrónico todos los días. ¡Deja que Dios haga algo especial en tu vida! 

¿QUÉ SACÓ DE TU TIEMPO DE SILENCIO HOY?

Esta es una pregunta que Jack Wyrtzen me hizo en una conversación telefónica hace muchos años. Me gustaría hacerte la misma pregunta. Me quedé sin palabras porque no tenía un plan para leer la Palabra de Dios todos los días y compartirla. Como resultado, esta pregunta cambió el curso de mi vida al leer la Palabra de Dios y compartir mis pensamientos con mi familia y otras personas todos los días. Si deseas recibir estos pensamientos, solo haz clic en el botón a continuación y es gratis .

  • Te llegará por correo electrónico diariamente o una vez a la semana, según elijas.
  • Le llevará a través de la Biblia en 6 años, frase por frase o tema por tema.
  • Llega a ti en pequeños fragmentos de unos pocos versículos cada día.
  • Podrás elegir cualquier versión de la Biblia que quieras leer con un solo clic.
  • Después de leerlo puedes escribir tus pensamientos y aplicaciones si así lo deseas.
  • Luego puedes hacer clic en mi comentario que incluye una explicación sencilla del contenido, una ilustración práctica y una aplicación personal.
  • Hay una página de oración y alabanza de los misioneros que cambia semanalmente.
  • Hay un versículo para memorizar semanalmente que corresponde con lo que estás leyendo.
  • Hay un lugar donde puedes escribir tus pensamientos o hacer preguntas diariamente.

Somos una familia misionera que ha ministrado con Word of Life Fellowship desde 1962. Esta es una organización internacional de jóvenes fundada por Jack Wyrtzen, con sede en Schroon Lake, Nueva York. Lou Nicholes creció en una pequeña granja en el sureste de Ohio.

Continuar