15 de enero de 2025
Comentario destacado
Solve math problems with work
–Sí -dije yo-. Pero explicame lo otro, lo de cómo te casaste con Camilo. Porque apolíneo no es. Y así y todo es mucho más lindo que talentoso. Volvió la noche como todos los días, puntual, exacta, a las seis que es cuando en Medellín oscurece. El cielo se encendió de estrellas y cocuyos y se encendieron de foquitos las montañas. Pero no me hagas caso que te estoy hablando de cosas bellas, de diciembre, de Santa Anita, de los pesebres, de Sabaneta. El pesebre de la casita que te digo era inmenso, la vista de uno se perdía entre sus mil detalles sin saber por dónde empezar, por dónde seguir, por dónde acabar. Las casitas a la orilla de la carretera en el pesebre eran como las casitas a la orilla de la carretera de Sabaneta, casitas campesinas con techitos de teja y corredor. O sea, era como si la realidad de adentro contuviera la realidad de afuera y no viceversa, que en la carretera a Sabaneta había una casita con un pesebre que tenía otra carretera a Sabaneta. Ir de una realidad a la otra era infinitamente más alucinante que cualquier sueño de basuco. El basuco entorpece el alma, no la abre a nada.El basuco empendeja. –No, nadie -dijiste-. Mariano. Elmesto,starrio ycaloso, tenía dos partes, una para los libros que prestaban, y otra para leer, con atriles degasettas y revistas, y yo no recordaba haber estado allí sino cuando era unmálchicomalenco, a la edad de seis años. Losvecos, muystarrios, tenían en losplotos unvono de vejez y pobreza; estaban de pie frente a los atriles de lasgasettas, resoplando y eructando ygoborando entre dientes, y volviendo las páginas para leer con tristeza las noticias, o sentados a las mesas mirando las revistas o fingiendo leerlas, algunos dormidos y uno o dos roncando de verasgronco. Al principio casi no pude recordar qué quería, y después comprendí un poco impresionado que habíaiteado aquí buscando el modo desnufar sin dolor, así que me acerqué al estante de lasvesches de consulta. Había muchos libros, pero ninguno tenía un título, hermanos, que me sirviera realmente. Saqué un libro de medicina, pero cuando lo abrí estaba lleno de dibujos y fotografías de heridas y enfermedades horribles, y ahí nomás empecé a sentirme un poco enfermo. Así que lo devolví a su sitio y retiré el libro grande que llaman Biblia, creyendo que me haría sentir un poco mejor, como había ocurrido en los viejos tiempos de lastaja (en realidad no había pasado tanto tiempo, pero ahora me parecía que era mucho), y me acerqué vacilando a una silla. Pero lo único que encontré fueron cosas acerca de castigar setenta veces siete, y la historia de un montón de judíos que se maldecían ytolchocaban unos a otros, y todo eso me trajo náuseas otra vez. Así que casi me echo a llorar, y uncheloveco muystarrio y raído sentado enfrente me preguntó: Y me puse a renegar de Newton y a comerme el mango. En mala hora porque se le antojó a Darío. –Entonces dijo algo. En los cubículos de la secciónCultura, cerca de los baños, una jovencita trabajaba de pie en uno de los monitores y se roía las uñas. Camargo apreció de lejos el porte airoso, el culo redondo y menudo, las tetas insinuándose bajo el suéter apretado. –¡Qué va! -me contestó, con un tono de simple marihuanero que disipó mis dudas. –Lo que te pregunto -dije- es quién insinuó que podíanoser cierto. Ya no sonreías. Descendiendo en círculos cada vez más cerrados, en tirabuzón, concéntricos, van bajando los zopilotes del cielo, del techo azul de Dios sobre Playa del Carmen, la de moda. ¿A quién vieron que se va a morir? A mi amigo R.M., cuyo nombre callo por esta discreción que nos caracteriza a los muertos en hablando de otros muertos, muy distinguidoél, caballero del Santo Sepulcro y diplomático ante la Santa Sede y quien, convertido de un mes al otro en un cadáver ambulante por la enfermedad innombrable, volvió de Roma a México a morir, mas no sin antes irse a disfrutar una temporadita de la vida en la susodicha playa donde lo detectarondesde arriba los zopilotes, esto es, los buitres mexicanos, sus correligionarios del PRIgobierno, que empezaron a bajar en los círculos que dije, concéntricos, y una vez abajo a seguirlo, a saborearse de antemano el banquete que les esperaba, dando saltitos de contento en la arena de la playa y en las rocas. Los zopilotes son así, saben quien va a morir. Como los curas y los médicos, huelen en los vivos a los muertos. Cuando los zopilotes más atrevidos se le acercaban demasiado a R.M. y le revoloteaban por la cara, mi pobre amigo se los espantaba con un sombrero de jipijapa. Rechonchos toneleros germánicos, en las paredes, bebían cerveza alegremente, tumbados bajo las pipas de los barriles. Cervecería Wittemberg. Dos de la mañana. –Sí, me voy mañana y probablemente no vuelva nunca. No habrá cartas ni llamadas de larga distancia ni postales para las fiestas. Pero yo necesito saber quién era, cómo era, qué sentido tuvo. No se trata de su historia. A mi modo conozco toda la historia con todos sus detalles. Hasta puedoimaginarme unos cuantos. Ciento cincuenta iglesias tiene Medellín, mal contadas, casi como cantinas, una exageración, y descontando las de las comunas a las que sólo sube mi Dios con escolta, las conozco todas. Todas, todas, todas. A todas he ido a buscarlo. Por lo general están cerradas y tienen los relojes parados a las horas más dispares, como los del apartamento de mi amigo José Antonio donde conocí a Alexis. Relojes que son corazones muertos, sin su tictac. –Entonces es cierto que te vas mañana -dice una voz en la quinta de Verónica mientras yo respondo alguna cosa y pienso que si uno consigue memorizar los meses al revés está absolutamente sobrio. Diciembre, noviembre, septiembre. No, antes está octubre. Agosto, julio. Abrí los ojos y volví a mirar el espacio vacío entre tu cuerpo y el del jujeño. –Vos sos muy bueno, Esteban..

Lou Nicholes
Presentando Family Times: Lou Nicholes

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¿QUÉ SACÓ DE TU TIEMPO DE SILENCIO HOY?

Esta es una pregunta que Jack Wyrtzen me hizo en una conversación telefónica hace muchos años. Me gustaría hacerte la misma pregunta. Me quedé sin palabras porque no tenía un plan para leer la Palabra de Dios todos los días y compartirla. Como resultado, esta pregunta cambió el curso de mi vida al leer la Palabra de Dios y compartir mis pensamientos con mi familia y otras personas todos los días. Si deseas recibir estos pensamientos, solo haz clic en el botón a continuación y es gratis .

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Somos una familia misionera que ha ministrado con Word of Life Fellowship desde 1962. Esta es una organización internacional de jóvenes fundada por Jack Wyrtzen, con sede en Schroon Lake, Nueva York. Lou Nicholes creció en una pequeña granja en el sureste de Ohio.

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