15 de enero de 2025
Comentario destacado
Social justice essay
Hace diez días alquiló el departamento donde está ahora porque las ventanas del único ambiente se enfrentaban con las del dormitorio de la mujer como un espejo. Ella aparece siempre a la misma hora, lo que facilita la rutina del observador. Nadie podría decir que es una belleza. Tiene labios finos y tal vez demasiado estrechos, la nariz erguida hacia una punta redonda y gruesa, la barbilla enhiesta y desafiante. Cuando se ríe alza tanto el labio superior que la franja de las encías queda a la vista. Los tobillos son gruesos y en las pantorrillas se le forman músculos de futbolista. Los pechos, demasiado pequeños, son sin embargo capaces de ondulaciones de medusa. Si se la cruzara en la calle, tal vez no se le ocurrirla detenerse a mirarla. Pero su imagen irradia, sobre todo cuando queda enmarcada por la ventana, una libertad de gata, una indiferencia inconquistable, algo mercurial que la coloca lejos de todo alcance. –Qué pasa -pregunto. –Leer los qué, ¿los diarios? -dice Lalo-. No, gorda. Cada fin de año miro el número especial deLa Gacetade Tucumány me entero, con orden, de todo lo que pasó en el país. Cada veinte, compro un libro de historia. Fijate cómo será que en el 46 no me tocaba y vine a enterarme de la caída de Berlín el año pasado. Cuando salí a la calle a festejarlo, íbamos por el milagro alemán. No se puede estar al día. –Nosotros. –No -me corrigió Darío-. El primer Misterio doloroso es la agonía de Jesús en el huerto. –Sale sin cambios, sí. No ha pasado nada. ¿Puedo entrar un momento? La indecisa luz de la madrugada empañaba las formas y no era fácil ajustar el lente. Por lo que se podía discernir, la mujer seguía durmiendo en una posición mortificante para sus vértebras: con el cuello ladeado, casi rozando un hombro, y la espalda curvada hacia arriba, como si hubiera tenido una almohada demasiado tiempo en el arco de la columna y alguien se la hubiera quitado. A la altura de las caderas, las sábanas estaban manchadas de sangre. Debió de suceder cuando a Momir se le reventaron unas ampollas de la ingle. No la he tratado mal, se había justificado. No la golpeé. Sólo le hice lo que usted me pidió, Gospodin Cro. –Perdón, señora, lamento muchísimo molestarla, pero mi amigo y yo salimos a pasear, y mi amigo enfermó de pronto y se siente realmente mal, y ahora está ahí en el camino, inconsciente y gimiendo. ¿Me permitiría usar su teléfono para llamar una ambulancia? –Así es -dijo D. B. da Silva, exhibiendo los treintasubos-. Descansa. –Sí. Mañana. Otro día. Ni me oyó. Iba y venía por los pasillos como enajenado buscando trapos entre trapos. Haga de cuenta usted un gato revolviendo en un cofre mágico y sacando de entre sus sorpresas la felicidad. Mensaje al presidente y al gobierno: El Estado debe concientizarse más y comprarles ropa a los muchachos con elfin de que ya no piensen tanto en procrear ni en matar. Las canchas de fútbol no bastan. –Aprecio su actitud, señor -dije-, muy sinceramente. –No voy a fracasar -dijo Reina, caminando hacia la galería exterior. En la tarde se abrió como un túnel, uno de esos huecos donde realmente ocurren las cosas. Sentí que te volvías lejana, como alguien a quien se ha conocido hace mucho tiempo y cuyos rasgos apenas pueden ser reconstruidos por la memoria o la imaginación, pero no sólo así, no sólo lejana en esa dirección que llamamos tiempo y que al fin de cuentas es siempre contigua y alcanzable por el recuerdo, sino, pensé, lejana de un modo casi absoluto, casi físico, como cuando de chico invertía las lentes de un prismático y los objetos eran lanzados prodigiosamente a regiones remotísimas, o como cuando despertaba en plena noche, también durante la infancia, con el cuerpo envuelto por la fiebre, viendo que mi padre y mi madre seguían sentados al borde de la cama, pero tan distantes, tan inalcanzables, y oía el sonido de sus voces huecas sin comprender las palabras. –¿Valenti, dijo? ¿Cómo ha pasado eso? –Ah, las viejas vitaminas, ¿no es cierto? -y le mandé un silbidito, pero no me hizo caso. Lo único que hizo fue clavarme la aguja en el brazo izquierdo, y svizzzz entró la vitamina. Y la débochca se fue, clac clac clac sobre lasnogas de taco alto. Entonces apareció elveco de chaqueta blanca que parecía un enfermero trayendo una silla de ruedas. Me sentí unmalenco sorprendido, y dije:.

Lou Nicholes
Presentando Family Times: Lou Nicholes

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Esta es una pregunta que Jack Wyrtzen me hizo en una conversación telefónica hace muchos años. Me gustaría hacerte la misma pregunta. Me quedé sin palabras porque no tenía un plan para leer la Palabra de Dios todos los días y compartirla. Como resultado, esta pregunta cambió el curso de mi vida al leer la Palabra de Dios y compartir mis pensamientos con mi familia y otras personas todos los días. Si deseas recibir estos pensamientos, solo haz clic en el botón a continuación y es gratis .

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Somos una familia misionera que ha ministrado con Word of Life Fellowship desde 1962. Esta es una organización internacional de jóvenes fundada por Jack Wyrtzen, con sede en Schroon Lake, Nueva York. Lou Nicholes creció en una pequeña granja en el sureste de Ohio.

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