15 de enero de 2025
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se va. ¿Basta? ¿Decirle «basta» a un huracán? El huracán para cuando se acaba. VII –Eso es lo que vos crees. Siempre van juntos. Lo que de paso me recuerda que al Jardín no nos van a dejar entrar con mujeres. Me di vuelta para entrar en el aula. Ahora estaba realmente enfurecido. –Soy vulgar -exclamé. Una diversión salvaje y contradictoria, la misma cosa destructiva que sentí en la escalera, una especie de alegría feroz me arrasaba la cabeza. -Pero sí, si eso es justamente lo que me pasa. Soy vulgar. Me crié en un pueblo donde la gente, cuando se indigna, vomita horrendas injurias, se revuelca en el pasto, se desnuda gritando y se tira de cabeza al río. ¿O te parece que tengo algo en común con esos maricones de ahí adentro y esas viejas virreinales? -Levanté la voz. -Viejas menopáusicas. Que salen de sus tumbas a excitarse con la palabra cultura. Viejas chotas. Soy vulgar. Córdoba es demasiado para mí. Demasiado católica e hispánica, demasiado intensa. Y demasiado ambigua. Y hasta demasiado hermosa. No sólo soy vulgar: también soy loco. Las universidades de más de trescientos años, y lo demasiado hermoso, me afectan la cabeza. Como siempre, de los cuatro fue el Lerdo el que salió con una apariencia más maltrecha, la cara toda ensangrentada y losplatis un desastre, pero los demás estábamos frescos y compuestos. Yo quería alcanzarlo al gordo y maloliente Billyboy, y ahora bailoteaba con mibritba, como el barbero de un barco que navega en mar muy picado, y trataba de hacerle unos buenos tajos en ellitso grasiento y sucio. Billyboy tenía unnocho largo, pero era un poco demasiado lento y pesado parabredar seriamente a nadie. Hermanos míos, qué satisfacción valsar -izquierda dos tres, derecha dos tres- y un tajo en la mejilla izquierda, y otro en la derecha, y de pronto parece que bajan al mismo tiempo dos cortinas de sangre, una a cada lado de la trompa gorda, grasienta y aceitosa en la noche estrellada. La sangre caía como cortinas rojas, pero uno podía videar que Billyboy no sentía nada, y avanzaba pesado como un oso hediondo y gordo, apuntándome con elnocho. En resumen, que el abuelo Laureano Zamudio había sido comandante de frontera en Jujuy, vale decir, estanciero y caudillo, y había peleado con Güemes y a veces un poco contra Güemes, pero sobre todo había hecho toda la campaña del ejército del Alto Perú, el de Belgrano, hasta que un día pensó que Buenos Aires era más peligrosa para la Confederación que los españoles y armó un ejército propio y se vino desde Jujuy hasta Santa Fe para unirse con Estanislao López y con Ramírez, con la intención de llegar hasta Buenos Aires. El problema es que López ya había aceptado treinticinco mil vacas de los estancieros porteños y que la cabeza de Ramírez era exhibida en la plaza de Santa Fe, en una jaula. Cuando el abuelo quiso acordarse, estaba solo, meditando arriba de un mangrullo. Yo creo que en ese momento ocurrió uno de los hechos más hermosos de la historia argentina, pero ahora tengo que irme, dijo Lalo. Esta noche se los cuento, en la quinta del Cerro. Oí nacer un trueno lejano. Muy adecuado a la situación. Como provocado por mí, por mi hostilidad. Trece siglos y medio atrás me habrían dado cinco años de cárcel por causar tempestades.Líber Poenitentialis.Desde hacía un rato largo sentía la maligna necesidad de ser desagradable e hiriente. ¿Te darías cuenta? –Hola, eh. Estoy mucho mejor después de un día de descanso. Listo para el trabajo de la noche y para ganarme unos billetes. -Porque eso era lo que yo hacía entonces según ellos.- Yum yum, eme, ¿hay algo de eso para mí? -Era una especie de pastel helado, que ella había descongelado para calentarlo luego, y que no parecía muy apetitoso, pero yo tenía que decir lo que dije. Papá me miró con una expresión suspicaz y no muy complacida, pero nada dijo, porque no se atrevía, y mamá me echó una sonrisita descolorida, estilo fruto de mi vientre y único hijo. Fui con paso airoso al cuarto de baño yscorro me di un buen lavado en todo el cuerpo, porque me sentía sucio y pegajoso, y volví a mi madriguera para vestir losplatis de la noche. Luego, brillante, peinado, cepillado y suntuoso, me senté frente a milontico de pastel. Papapá dijo: –¿Te dijeron que sos bastante inesperado? La pieza que la radio alquiló para ellos, cerca de Retiro, había sido la enfermería para las apestadas de un viejo burdel. En el mismo espacio de seis metros por ocho se amontonaban una litera de dos pisos, una tina que servía tanto para bañarse como para lavar los platos y un hornillo Primus que despedía un olor infernal a kerosén. Abajo vivían unas mujeres que iban y venían todas las tardes por los pasillos con batas transparentes y estelas de perfumes ácidos que atraían a las ratas. Daban fiestas casi a diario, con la música a todo volumen, y la única vez que Camargo se atrevió a protestar las mujeres se le rieron en la cara. Una de ellas golpeó esa noche a su puerta para que le cuidara el hijo, y se lo entregó descalzo y en camisón. Al amanecer siguiente se lo llevó dormido, y regresó por la tarde con la bata desprendida, con la intención de pagarle el servicio, pero a Camargo se le quitaron las ganas apenas vio que tenía unos lunares blancuzcos de sarna en el vello de la entrepierna. –Me gustaría saber si el abuelo hizo el amor esa noche -dijo Verónica. –No me importaría si estuviera más lejos -dijo con un tono de falsa ingenuidad, para que Camargo no descubriera el sentido de lo que decía-. No me importaría que estuviera en otro mundo. –Lo que hayan hecho -dijo laptitsa- es para bien suyo. Y me señaló entre las fotos una de dos niños como de cuatro y cinco años: –¿Vitaminas, señor? –Pero, señor -lo interrumpí-, ¿qué puede decirme de eso que se comenta ahora? ¿Qué hay de ese nuevo tratamiento que permite salir en seguida y garantiza que uno nunca vuelve? –Tal vez no quiera abrir -dijo Georgie..

Lou Nicholes
Presentando Family Times: Lou Nicholes

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Esta es una pregunta que Jack Wyrtzen me hizo en una conversación telefónica hace muchos años. Me gustaría hacerte la misma pregunta. Me quedé sin palabras porque no tenía un plan para leer la Palabra de Dios todos los días y compartirla. Como resultado, esta pregunta cambió el curso de mi vida al leer la Palabra de Dios y compartir mis pensamientos con mi familia y otras personas todos los días. Si deseas recibir estos pensamientos, solo haz clic en el botón a continuación y es gratis .

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Somos una familia misionera que ha ministrado con Word of Life Fellowship desde 1962. Esta es una organización internacional de jóvenes fundada por Jack Wyrtzen, con sede en Schroon Lake, Nueva York. Lou Nicholes creció en una pequeña granja en el sureste de Ohio.

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