15 de enero de 2025
Comentario destacado
Resume services dallas
La invitás a un bar al que fuiste otras veces, con amantes de paso, cuando te daba claustrofobia la imagen funeraria de Brenda esperándote en la cama de San Isidro. Hay en ese lugar tantas voces que tratan de encaramarse unas sobre otras, tantos yuppies pavoneándose con sus vasos de whisky que hasta alguien tan notorio como vos puede pasar inadvertido si encuentra libre uno de los cubículos que se abren frente al mostrador. Son espacios de sonido muerto, a los que el estrépito de afuera llega tan sólo como eso: un oleaje, un cotorreo indiscernible. –Déme los datos, entonces. Voy a revisar esos mensajes yo mismo. Yo diría más bien que estás empezando a asustarte; a comprender, quizá, cómo es este juego. –El lugar es lo de menos -dijo Santiago. –Escúchame, Esteban, por favor. Me detuve. La voz funeral de Edmundo Rivero cantaba a Discépolo como si estuviera salmodiandoEgo sum aba cucaniensisen el sótano del convento de Burana. Grandes salchichones colgaban del techo. Una fotografía de la puerta donde Lutero clavó en 1517 sus proposiciones contra el Papado, junto a la célebre instantánea de Leguizamo con Gardel. Todo esto a un paso de los aldabones españoles del Colegio Monserrat, de las cúpulas barrocas coloniales de la Catedral, de la estatua enana y patizamba de don Jerónimo. "Cambalache", dijiste en voz baja; pero tal vez te referías al tango. Igual te miré con desconfianza. Tenías el tipo justo de adolescente telepática que hace imaginar cosas a los varones de mí tipo.Sobre todo a las dos de la mañana y después de unos whiskies. Los ojos, tal vez: de egipcia. Algo separados. Más verdes que pardos, magnificados hasta el escándalo por la sombra de la pintura. O tal vez el pelo. Traté de imaginarte con la cara lavada y el pelo corto. No cambió nada, salvo la época. Una joven de los años veinte, vestido plateado muy suelto por encima de las rodillas, vincha, una estrellita en el pómulo y collar hasta el ombligo, bailando elshimmycon largas piernas indecorosas mientras adivina mis pensamientos y oculta sus propias ideas taciturnas de gata o de serpiente.Cambalache,habías dicho, arrastrando la segunda a. Tal vez era sólo eso, cierta cadencia en las palabras que le daba a tu voz un matiz burlón y un poco triste. Tal vez era yo. Mejor pido otro whisky, pensé, y le hice una seña al mozo. Dale nomás, decía Discépolo profetice y festivo, dale que va, que allá en el Horno nos vamo'a encontrar. Muy probable, sí. Lutero y Discépolo en el Horno, Gardel y Leguizamo en el Cielo, y yo a una cuadra de la Catedral de Córdoba con los pies empapados mirándote sobre un fondo de alegres bebedores de cerveza, perdiendo el tiempo en querer acostarme con vos como si fuéramos Cleopatra y Marco Antonio. Qué cambalache, realmente. Y a mi impotencia ante el horror de adentro se sumaba mi impotencia ante el horror de afuera el mundo en manos de estas vaginas delincuentes, empeñadas en parir y parir y parir perturbando la paz de la materia y llenándonos de hijos el zaguán, el vestíbulo, los cuartos, la sala, la cocina, el comedor, los patios, por millones, por billones, por trillones. ¡Ay, que dizque si no los tienen no se realizan como mujeres! ¿Y por qué mejor no componen una ópera y se realizan como compositoras? Empanzurradas de animalidad bruta, de lascivia ciega, se van inflando durante nueve meses como globos deformes que no logran despegar y alzar el vuelo. Y así, retenidas por la fuerza de la gravedad, preñadas, grávidas, salen a la calle y a laplena luz del sol a caminar como barriles con dos patas. Ante un seto florecido se detienen. Canta un mirlo, vuela un sinsonte, zumba un moscardón. Ésa dizque es la vida, la felicidad, la dicha, que un pájaro se coma a un gusano. Entonces, como si el crimen máximo fuera la máxima virtud, mirando en el vacío con una sonrisita enigmática ponen las condenadas cara de Gioconda. ¡Vacas cínicas, vacas puercas, vacas locas! ¡Barrigonas! ¡Degeneradas! ¡Cabronas! Saco un revólver de la cabeza y a tiros les desinflo la panza. No me gustó lo de estúpido, hermanos, y dije: -¿Qué pasa,bratitos ?¿Qué le están preparando a estedruguito? -Y entonces F. Alexander murmuró: Esteban te miró caminar lentamente hacia la casa. Verte caminar le gustó. Esa muchacha tiene un cuerpo, pensó. Un pensamiento difícil de reducir a su sentido, como si pensara yo voy a acostarme con ese cuerpo y esa será una dicha inmerecida, una consumación y una venganza. Como si se pudiera odiar y sentirternura al mismo tiempo. Algo así como lo que había sentido esa mañana al pensar que eras hermosa, sólo que a la mañana vos podías defenderte y ahora caminabas lenta y desprotegida hacia esa casa en una de cuyas ventanas altas Esteban volvía a ver aquello que lo había distraído un momento antes. Un alto y elegante señor canoso, mirando hacia acá. Llegó al diario de pésimo humor. Llamó a los jefes de sección para que se reunieran de inmediato en su despacho, pero ninguno había vuelto de almorzar. Ordenó a las secretarias que los cazaran donde estuvieran, a través de los celulares. Un día de mierda. El calambre reverberaba aún en la cadera. Lo mejor sería ver al médico, pero no ahora. Ahora quería prepararse para su propia guerra. El senador Valenti había negociado la venta de un cargamento de armas a Costa Rica y Panamá, donde no las necesitaban porque no había ejército. Era evidente que antes de llegar a sus destinos, las armas iban a ser desviadas hacia otra parte. Una comisión del Senado aprobó el negocio y el decreto final fue firmado por el presidente pero no publicado en boletín alguno, con el pretexto de que afectaba la seguridad del Estado. A Valenti lo habían filmado mientras negociaba la transferencia dedieciséis millones de dólares a una de sus cuentas en Luxemburgo con el emisario de un país impreciso que podía ser Croacia, Albania o Serbia. El video había llegado a manos de un diputado opositor. Durante meses, la prensa estuvo especulando con la idea de que Valenti era el testaferro de algún poder superior y que parte de la coima se había repartido con otros senadores. La tajada mayor debía estar en los bolsillos del presidente, pero eso ni siquiera se podía insinuar. Un juez por fin, arriesgando la vida, sentenció que Valenti era el organizador de una asociación ilícita y ordenó su arresto. Camargo quería investigar ahora si el suicidio era genuino o si el presidente lo había mandado matar para que no soltara la lengua. –¿Snoopy? Esteban, yo te detesto. LA REALIDAD DEL INFIERNO –Cincuenta kilos. –Muy bien, señora. Si no quiere ayudarme, llevaré a otro lado a mi doliente amigo. -E hice un guiño a misdrugos para que se estuviesen calladitos, mientras yo seguía hablando: -Está bien, viejo amigo, seguro que encontraremos en otro sitio alguna buenasamantina . Quizá no sea justo censurar a esta anciana señora que se muestra tan suspicaz, con tantos granujas y vagabundos que andan por la noche. No, realmente no podemos criticarla. -Esperamos nuevamente en las sombras, y yo murmuré: -Bueno, vol- vamos a la puerta. Me alzo sobre losplechos del Lerdo. Abro la ventana y entro. Luego le tapo la boca a la viejaptitsa y abro a los demás. Sin problemas. -Yo estaba demostrando que era el líder y elcheloveco que tenía ideas.- Vean -dije-. Sobre la puerta hay unjoroschó reborde de piedra, justo para misnogas . -Todos lo videaron, se me ocurrió que con admiración, y dijeron y afirmaron cierto cierto cierto en la oscuridad. –Mi hotelero es una excelente persona. Se llama Ripul. Da la impresión de vivir colgado, pero es porque usa tiradores. Te informo, de paso, que eso que estamos escuchando se llamaSegún pasan los años.¿Cuánto tiempo me esperaste en ese café? Con los años se le había agriado el genio. Cada día más y más se le expresaba un temperamento de Rendón, como si ése fuera su primer apellido. Y tras el mal carácter el retraimiento. Se había vuelto hosco, sombrío. Se estaban sumando en él los dos sidas, el del virus y el de la vejez. Pero volvamos al jardín, a los felices días en que la sulfaguanidina funcionaba y cuando yo no podía ni siquiera concebir que Darío se pudiera morir. Slusé una especie de suspiro, y ella dijo:.

Lou Nicholes
Presentando Family Times: Lou Nicholes

¿Por qué no te comprometes a tener devociones diarias con nosotros todos los días de este año? Regístrate al final de la página para recibirlas en tu correo electrónico todos los días. ¡Deja que Dios haga algo especial en tu vida! 

¿QUÉ SACÓ DE TU TIEMPO DE SILENCIO HOY?

Esta es una pregunta que Jack Wyrtzen me hizo en una conversación telefónica hace muchos años. Me gustaría hacerte la misma pregunta. Me quedé sin palabras porque no tenía un plan para leer la Palabra de Dios todos los días y compartirla. Como resultado, esta pregunta cambió el curso de mi vida al leer la Palabra de Dios y compartir mis pensamientos con mi familia y otras personas todos los días. Si deseas recibir estos pensamientos, solo haz clic en el botón a continuación y es gratis .

  • Te llegará por correo electrónico diariamente o una vez a la semana, según elijas.
  • Le llevará a través de la Biblia en 6 años, frase por frase o tema por tema.
  • Llega a ti en pequeños fragmentos de unos pocos versículos cada día.
  • Podrás elegir cualquier versión de la Biblia que quieras leer con un solo clic.
  • Después de leerlo puedes escribir tus pensamientos y aplicaciones si así lo deseas.
  • Luego puedes hacer clic en mi comentario que incluye una explicación sencilla del contenido, una ilustración práctica y una aplicación personal.
  • Hay una página de oración y alabanza de los misioneros que cambia semanalmente.
  • Hay un versículo para memorizar semanalmente que corresponde con lo que estás leyendo.
  • Hay un lugar donde puedes escribir tus pensamientos o hacer preguntas diariamente.

Somos una familia misionera que ha ministrado con Word of Life Fellowship desde 1962. Esta es una organización internacional de jóvenes fundada por Jack Wyrtzen, con sede en Schroon Lake, Nueva York. Lou Nicholes creció en una pequeña granja en el sureste de Ohio.

Continuar