15 de enero de 2025
Comentario destacado
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–Bueno, vamos, ustedes dos -intervino Pete-. Somosdrugos,¿no es así? No es justo que losdrugos se comporten de ese modo. Vean, esosmálchicos de lengua larga estánsmecando a costa nuestra, parece que se burlan. Nada de peleas entre nosotros. En algún momento de 1997 se enamoró de Sandra Gomide, editora de la sección Empresas amp; Negocios en Gazeta Mercantil; cuando pasó a O Estado se la llevó consigo. En pocos meses, Sandra vivió ascensos de vértigo. Su salario de redactora especial, mil dólares, subió casi cinco veces. Era una mujer llamativa y sensual y, al parecer, no menos altanera que Pimenta. Desde la infancia la llamaban Bambi, por sus movimientos cautelosos y elegantes, que recordaban los de un ciervo. Estaba haciendo estudios de posgrado en el Instituto de Investigaciones de San Pablo y sus artículos sobre las fusiones en las empresas brasileñas de aviación fueron citados por toda la prensa del país a comienzos de año. Dije que no estaba nada seguro de estar riéndome y vos aclaraste que no era exactamente reír, no a carcajadas, sino más bien una sonrisa. –Al lugar de siempre -dijo el veco-. Sí, sí, no te asombres tanto. Irás a ver las películas, conmigo por supuesto. Ya no irás más en la silla de ruedas. No había sido edificante, de veras que no, verse metido dos años en estegrasño agujero del infierno, el zoo humano, pateado ytolchocado por guardias brutales y matones, junto a criminalesvonosos y degenerados, algunos verdaderos pervertidos, muy dispuestos a aprovecharse de unmálchico joven y rozagante como vuestro narrador. Además, había querabotar en el taller haciendo cajas de cerillas,iteando iteando iteando en el patio, decían que para hacer ejercicio; y por la tarde algúnvecostarrio de tipo profesoral nos hablaba sobre los abejorros, o la Vía Láctea, o las Excelsas Maravillas del Copo de Nieve, y esto último me hacíasmecar bastante, porque me recordaba latolchocada y Puro Vandalismo que le aplicamos alveco a la salida de la biblio pública en aquella noche invernal; cuando misdrugos no eran todavía traidores y yo me sentía como feliz y libre. Luego, un día, pe y eme vinieron a visitarme, y me dijeron que Georgie estaba muerto. Sí, muerto, hermanos míos. Muerto comocala de perro en el camino. Georgie había llevado a los otros dos a la casa de uncheloveco muy rico, y lo habían derribado a puntapiés y atolchocos, y luego Georgie empezó arasrecear los almohadones y las cortinas, y el viejo Lerdo destrozó algunos adornos muy preciosos, como estatuas y cosas así, y elcheloveco rico y apaleado se había puesto realmentebesuño , y se lanzó sobre ellos con una barra de hierro muy pesada. Elrasdrás le había dado la fuerza de un gigante, y el Lerdo y Pete habían conseguido escapar por la ventana, pero Georgie tropezó en la alfombra, y entonces la terrible barra de hierro se alzó y cayó sobre lagolová, y ahí terminó el traidor Georgie. Elstarrio asesino quedó libre por defensa propia, lo que era realmente justo y adecuado. Muerto Georgie, aunque había pasado más de un año desde el día que me atraparon losmilitsos, todo parecía justo y adecuado, y como obra del Destino. –Bueno, Georgie querido, ¿qué estás pensando? -Oh -dijo Georgie-, esta noche no. Por favor, no estanaito . –¡Ah! Y por favor no se lo cuenten a Aníbal ni a Nora porque sufren -les encargué-. Díganles que el perrito está bien, muy bonito, engordando. No hay para qué hacer sufrir innecesariamente a los demás. Te miré. Salí. –Eso qué, Esteban, eso qué. Amaneció y vino un empleado de banco a dar fe de que papi nos traspasaba el dinero de su cuenta bancaria y de que ante su imposibilidad de firmar lo hacía mi hermano Carlos por él. Concluida la diligencia y cuando el empleado se iba llegó Víctor. Lo hice pasar y nos quedamos un instante en silencio en el vestíbulo, junto a la escalera, sin saber qué hacer. En la fugacidad de ese instante desolado pude leer sus pensamientos: estaba pensando en papi y en lo mucho que habían vivido juntos. Y en mi interior acongojado me consolaba de la muerte del perrito diciéndome que ya no habría de sufrir más, que se había librado del peso de la existencia. XIV Entregada con vesania a la reproducción, la Loca no entendió nunca que el espacio es finito, y que del mismo modo que no se pueden meter indefinidamente trastos en un desván o sardinas en una lata, as¡ tampoco se pueden meter hijos en una casa. Lo único que le hicieron a la nuestra del barrio de Laureles fue aumentarle en la parte de atrás, quitándole terreno al jardín, dos cuartos y un estudio en medio separándolos. A los trancazos, como los hicieron, se los describo: el cuarto del fondo, donde murió Darío, con un baño estrecho y levantado un escalón como el baño de su apartamento en Bogotá; y el otro, donde me moría yo, con otro baño estrecho pero a ras del suelo. ¿Por qué este maestro de obras chambón cuñado de papi, Alfonso de apellido García pero imbécil como un Rendón, hizo los dos baños tan estrechos habiendo suficiente terreno, y el uno a ras del suelo y el otro levantado? Habrá que írselo a preguntar a los infiernos. As¡ los hizo y así se quedaron sin que nadie interviniera porque papi (el de la idea de agrandar la casa) andaba ocupadísimo en Bogotá manejando los sutiles hilos, tela de araña pegajosa, de la economía de su país marciano. –lt's Dick -me informó Evelyn, con la simplicidad de quien comenta que hace calor. –Estuviste sola todos estos meses, amp;o?: metida de cabeza en el trabajo. –Por eso, porque te ves vivir, no te das lugar a sentir las cosas como son. Digo lugar, no digo tiempo. -Entonces me sobresalté realmente, porque si vos acababas de decir eso tenías mucha más razón de la que creías. No era en absoluto posible que este diálogo fuera posible, nada de esto podía suceder. -Estás acá -dijiste-, estás hablando o simulando escucharme, pero vos, vos mismo no estás conmigo, andas vaya a saber por dónde, mirándonos hablar. Y lo sé, Esteban, porque estar con vos es como no existir del todo. Ni yo me siento real. –Tengo que cortar esos párrafos, Reina. El diario nunca publica necrologías tan largas..

Lou Nicholes
Presentando Family Times: Lou Nicholes

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Esta es una pregunta que Jack Wyrtzen me hizo en una conversación telefónica hace muchos años. Me gustaría hacerte la misma pregunta. Me quedé sin palabras porque no tenía un plan para leer la Palabra de Dios todos los días y compartirla. Como resultado, esta pregunta cambió el curso de mi vida al leer la Palabra de Dios y compartir mis pensamientos con mi familia y otras personas todos los días. Si deseas recibir estos pensamientos, solo haz clic en el botón a continuación y es gratis .

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Somos una familia misionera que ha ministrado con Word of Life Fellowship desde 1962. Esta es una organización internacional de jóvenes fundada por Jack Wyrtzen, con sede en Schroon Lake, Nueva York. Lou Nicholes creció en una pequeña granja en el sureste de Ohio.

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