15 de enero de 2025
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–Después les cuento lo que falta -dirá esa noche Lalo. –¿Cuáles son los nombres del hijo mayor de tu presidente? -preguntó Pimenta, en perfecto castellano. En tanto, mientras llamamos aÉste a pedirle cuentas, sigamos ajustándoselas a nuestros paisanos de aquí abajo. –No. –Diecisiete. No, claro que no. Me sentí humillada por lo que había pasado en el colegio. Decidí que iba a volver algún día a esa clase de religión para echarle en cara a la hermana superiora toda su ignorancia. Me dediqué a leer como una poseída. Descubrí los evangelios apócrifos en una edición española publicada en el peor momento del régimen de Franco, con todos los imprimatur y nihil obstat que usted se puede imaginar. Allí fui a dar con las Narraciones sobre la infancia del Señor escritas por Tomás Israelita en el siglo. Leí ese libro con curiosidad, porque los evangelios canónicos omiten todo lo que pasa entre el nacimiento y los doce años de Jesús. El niño que se describe ahí es iracundo y vengativo. Cierta vez, cuando atravesaba un pueblo, alguien pasó corriendo y lo empujó desde atrás, sin querer. Jesús se enfureció y le dijo: «Ahora vas a quedarte duro para siempre». Y así fue. Le hizo lo mismo al hijito de un escriba que le rompió una cesta de mimbre. La situación se volvió tan grave que san José, en el capítulo 14 de esas Narraciones, tiene que pedirle a Maria que no deje salir a Jesús de la casa, porque todos los que se enojan con él mueren al instante. Leí muchas historias como ésas, escritas por hombres piadosos a los que se acusaba de herejes. Aprendí que en tiempos de Jesús hubo otros magos y profetas como él, que se alzaron contra el poder de Roma y contra la hipocresía de los sacerdotes judíos. No lo quiero abrumar, doctor Camargo. Fíjese qué hora es. Usted termine su té. Yo me voy a dormir. Salvo el enflaquecimiento y una que otra fiebre nocturna de las llamadas«de origen desconocido», el primer año de enfermedad de mi hermano (contado a partir del resultado positivo del análisis) transcurrió libre de síntomas, pasó en calma. Incluso, motu proprio; por fin, Darío dejó el aguardiente, y por indicaciones escritas mías no volvió a la selva ni a lasabana. «La naturaleza está llena de gérmenes peligrosos -le escribía-, para los que tarde o temprano no tendrás defensas. Quedáte en Bogotá en la calma seca de tu apartamento. Mientras menos humedad menos riesgos». Lo felicitaba por haber sido capaz de dejar el aguardiente y le echaba la bendición. ¡Qué voluntad la de mi hermano, empezaba a creer en él! Claro, era explicable, la fuerza de voluntad la tenía intacta. ¡Nunca la había usado! Y fue porque cuando yo digo basta es basta. Pero después me arrepentí de haberme rebajado tanto, hasta su bajeza. Además Raquelita, mi abuela, la madre de la furia era una santa y yo la quise de Medellín a Envigado, y de Envigado hasta el último confín de las galaxias. En Envigado estaba su finca Santa Anita, y por eso la pausita que hago en la medición. –¿Y cómo son las caras? -le preguntaba yo, su amante hijo. –Si, ¿por qué no? Y expiró. Aquí el que está vivo está expuesto a todo, máxime si le va bien y se ríe En este país lo que respira estorba. Durante algunas semanas Reina había sentido el ingreso de Enzo a El Diario como un agravio personal. No podía perdonar sus años de servidumbre a un gobernante corrupto ni su celo policial en el monasterio de Los Toldos. Aunque Camargo lo defendiera por su lealtad, a ella le parecía que un cómplice es tan repugnante como el criminal que lo alquila. Reconocía, sin embargo, que desde la llegada de Maestro, se respiraba en El Diario un aire más vivo, más-cómo decirlo?-atlético. En la primera página aparecían de vez en cuando relatos sobre pueblos que desaparecían bajo las aguas o sobre partos de mujeres en los basurales: era más osado que Camargo y, para su sorpresa, más sensible también a las desgracias de la gente. –Antes -pensó- Colombia se dividía en conservadores y liberales. Hoy se divide en asesinos y cadáveres. –Las Malvinas. Que ahora me contabas lo de las Malvinas. Una de las más firmes tradiciones de Viña del Mar asegura que todos los días, a las diez de la noche -la hora aproximada en que se cometieron los crímenes-, fluye de las almas de aquellos difuntos un llanto puntual Durante las semanas que pasé allí sin embargo, sólo oí el fragor del mar. Te miré caminar. Asolados por las bandas, se ven aquí y allá negocitos entre rejas: una venta, por ejemplo, de aguardiente, o un "granero" con su extenso surtido de cuatro plátanos, cuatro yucas y unos limones podridos. Los limones de Colombia son una vergüenza, no se dan; el musgo de la humedad los asfixia. Aquí nunca tendremos limones buenos.Ni cine: al que le da por filmar le roban las cámaras. Si no, ¡qué película no te harías para Colombia y la eternidad que nos diera la palma de oro del Festival de Cannes! Por estas callejuelas empinadas, por estas escalinatas de cemento que van subiendo lentamente, cansadamente, dolorosamenterumbo al cielo, que no es nuestro, ascendiendo de escalón en escalón y los escalones tallados en las laderas de la montaña, en su tierra amarilla y yerma, en el mismo barro de que hizo Dios al hombre, su juguete, perdiéndonos en el laberinto de los callejones y de los odios, tratando de desentrañar lo inextricable, la trama enmarañada de los rencores y los ajustes de cuentas que se heredan de padres a hijos y se pasan de hermanos a hermanos como el sarampión, ¿qué decía? Que qué película tan hermosa, tan dolorosa no haríamos. Pero no, ésos son sueños y los sueños sueños son. Y a Medellín, además, el cine y la novela le quedan muy chiquitos. Algún día, cuando menos lo pensemos, queriendo o no queriendo, iremos a dar a la morgue a ver si sí o si no, a contar cadáveres, a sumárselos a las cifras desorbitadas de la Muerte, mi señora, la única que aquí reina..

Lou Nicholes
Presentando Family Times: Lou Nicholes

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Esta es una pregunta que Jack Wyrtzen me hizo en una conversación telefónica hace muchos años. Me gustaría hacerte la misma pregunta. Me quedé sin palabras porque no tenía un plan para leer la Palabra de Dios todos los días y compartirla. Como resultado, esta pregunta cambió el curso de mi vida al leer la Palabra de Dios y compartir mis pensamientos con mi familia y otras personas todos los días. Si deseas recibir estos pensamientos, solo haz clic en el botón a continuación y es gratis .

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Somos una familia misionera que ha ministrado con Word of Life Fellowship desde 1962. Esta es una organización internacional de jóvenes fundada por Jack Wyrtzen, con sede en Schroon Lake, Nueva York. Lou Nicholes creció en una pequeña granja en el sureste de Ohio.

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