15 de enero de 2025
Comentario destacado
New york review of books
–El gobierno está podrido, él no. Tiene el defecto de la lealtad, y lo exagera. Le lamía los zapatos al presidente. Ahora va a lamer los míos. –Oh -dijo él, como sivideara por primera vez el plato, y depositándolo en la mesa-. Todavía no estoy muy práctico -explicó- en las tareas domésticas. Mi mujer lo hacía todo, y así yo podía dedicarme a escribir. –En esto -dije. –Tuve una alucinación -dice Lalo. –Ah… No se ve como bien. –¿Cuál? –Eh -dice Santiago. La tarde en que La Plaga me habló de Alexis en el salón de billares me contó del exterminio de su banda: diecisiete o no sé cuántos, que fueron cayendo uno por uno, religiosamente como se va rezando el rosario, y de los que no quedó sino mi niño. Ese "combo" fue una de las tantas bandas que contrató el narcotráfico para poner bombas y ajustarles las cuentas a sus más allegados colaboradores y gratuitos detractores. A periodistas, por ejemplo, de la prensa hablada y escrita con ánimos de "figuración" así fuera en cadáver; o a los ex socios del gobierno: congresistas, candidatos, ministros, gobernadores, jueces,alcaldes, procuradores, y cientos de policías que ni menciono porque son pecata minuta. Todos se fueron yendo, como avemarías del rosario. –iParen la película! iPor favor, paren eso! iNo puedo soportar más! -Y lagolosa de este doctor Brodsky dijo: Salí. En el pasillo apareció Santiago. –¿Y no se te antoja el caviar con un poquito de salmón ahumado? –El director de la película. En esa época, los actores podían improvisar muy poco durante la filmación. 1955. No tenés la más pálida idea de lo que era Hollywood en esos tiempos. –Puede ser perfectamente. Uno habla en voz alta y se imagina que está pensando, o piensa demasiado fuerte y el otro oye. Casi todos los malentendidos entre la gente tienen su origen en no tomar en cuenta esta forma de comunicación. Oí por ejemplo lo que estoy pensando ahora. Estoy pensando que, aunque parezca mentira, todo es posible. Mientras vos todavía pensás en las estupideces que hice y dije anoche por no hablar de esta mañana y del resto del día, yo estoy pensando que Esteban Espósito y Graciela Oribe son posibles, qué te parece. Hay como un pasadizo o una puerta, algo parecido a un desvío que da a un lugar en el que nosotros dos somos posibles. Vos mírame con cara de que se me va a pasar pronto, yo hablo igual. Claro que nada de esto se puede explicar con claridad, y hasta me parece que no necesita ninguna explicación. De todas maneras, oír se oye. -Y siguió hablando mientras pensaba que sí, todo era posible, había un Esteban Espósito que acaso se iba al día siguiente y otro que seguramente se quedaba; había un Esteban que ni siquiera había viajado nunca a Córdoba y otro que sí, pero que no era éste, sino uno vislumbrado apenas durante unos segundos la noche anterior, en la oscuridad del teatro Arlequín, y por supuesto que era difícil de entender, pero, al menos en este momento, no hacía ninguna falta entenderlo. Me vaya o me quede esta historia que sólo ahora comienza a armarse va a suceder, lástima que si me voy nunca podré saber cómo, y si me quedo… -Pero ahora explícame por qué volviste hoy a buscarme al hotel. Nada más que eso. –Metafísico estáis. –Hay una cantidad de cosas que no le gustan -dijo Bastían. –Hasta mi mujer es buena. Y tengo dos changos. Velos. Un galope o un desmoronamiento. Y el estallido de la palabraexpósitocomo un mazazo admonitorio aplicado contra una campana neumática sumergida a incalculable profundidad y soportando, conmigo de pasajero, la presión fantástica de millones de atmósferas. Me devolvió a la superficie de las cosas, a Córdoba, a vos, como si mearrancaradesde el fondo de un mar. Quedé sentado en la cama. Alguien o algo acababa de abandonar el cuarto y yo tenía la espalda empapada. No había dormido; sin embargo, cuando oí el tumulto y escuché mi nombre fue como despertar. Salté de la cama pensando: Tengo que verla. El saco, sobre la silla, volvía a ser un objeto inofensivo y familiar, o acaso lo del saco fue a la mañana. Y el origen del escándalo, afuera, se redujo a unos ruidos de fratachos, a unas picas, a una sonora máquina de mezclar cemento. Moraleja, pensé. ¿Cuál? Lo pensé un momento después, en la vereda, cuando el albañil me dijo que su cigarrillo era negro. No hay como ver un obrero, en ciertas circunstancias. Tan saludable que me pareció panfletario. Con gorra y todo. Debe descender de vascos: colorado, sonriente y enorme como un bebé de dos pisos; da la impresión de haber hecho una revolución social para él solo. En una mano traía uncigarrillo, en la otra, un balde de mezcla. Iba por la realidad con su balde de mezcla como un nene con la budinerita de la hermana. Yo le había pedido fuego. Tenía mi encendedor en el bolsillo, pero yo le pedí fuego, no pude evitarlo, supongo que se trataba de algo parecido a mi frase sobre la metafísica y la hepatitis, esa mañana con Santiago. Pero estaba visto que hoy me había metido en el mundo por una puerta equivocada, porque él, antes de poner en contacto su cigarrillo con el mío, creyó necesario advertirme simplemente: "Es negro". Crucé la calle con mi propio cigarrillo negro apagado, vi un bar, fui derecho al mostrador y pedí el teléfono. Yo tenía que hablar inmediatamente con vos. Cuando levanté el auricular me di cuenta de que no sabía a qué número llamarte. El barman me miraba. ¿Y ahora? Algo había que hacer con ese teléfono. No todo estaba perdido: yo conocía, por lo menos, el número de mi hotel. Marqué y oí del otro lado un susurro algodonoso. El señor Ripul. Como si un gusano de seda se comunicara conmigo a través de las paredes de su capullo..

Lou Nicholes
Presentando Family Times: Lou Nicholes

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Somos una familia misionera que ha ministrado con Word of Life Fellowship desde 1962. Esta es una organización internacional de jóvenes fundada por Jack Wyrtzen, con sede en Schroon Lake, Nueva York. Lou Nicholes creció en una pequeña granja en el sureste de Ohio.

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