15 de enero de 2025
Comentario destacado
Masters creative writing
–¡Remis! -llamó con energía, apenas traspuso la puerta-. ¡Reina Remis! ¡Vení a celebrar! ¡El presidente mandó al carajo las visiones místicas! Ella vaciló, como si no entendiera las sutiles insinuaciones del menú, y al final dijo: -Lo mismo. Quiero lo mismo. –Claro que firmaré -dije-, señor. Y muchísimas gracias. -Así que me dieron un lápiz tinta y firmé mi nombre, muy elegante y con muchos adornos. El director dijo: Alguien lo toma del brazo. No importa que tu abuelo fuera analfabeto y chanchero en España, o que uno de los míos, el fraile dueño de esta mesita, haya sido un arquetipo de Lombroso, vos conseguite un apellido y en vez de farmacia decí botica y te entierran envuelto en la bandera. Te aclaro que no me río del pasado, me río del presente. Aquellos bestias no querían descender de nadie, queríanser,descender es lo mismo que bajar. Yo no tengo gran simpatía por Bartolomé Mitre, aunque tuvo un lindotapage noctuinecon mi tía abuela, pero ¡qué diferencia con ahora! Vos te imaginas a un general de éstos traduciendoLa Divina Comedia,qué digo traduciendo, te los imaginas leyéndola, qué digo leyéndola. ¿Te imaginas algo cuando pensás en un general? Encienden un pucho en el puesto número uno de Campo de Mayo, ven el resplandor y gritan: Guerra, arriba el escuadrón, atentado peronista. Perón, en el fondo, nos había hecho un favor. Nos hizo sentir históricos. La Segunda Tiranía, caramba. No habremos tenido doce Césares pero tuvimos dos tiranos. Hitler casi borró a Europa del mapa pero era uno solo. Ya no seremos el granero del mundo pero nos dimos el gusto de bombardear nuestra propia Plaza de Mayo. Para Lalo, éramos al mundo como los rosarinos a los porteños, éramos los rosarinos del mundo. Después dijo que lo perdonáramos pero que no asistiría al cierre del interesante acto académico en la Universidad. Medía un metro ochenta y cinco y era un hermoso ejemplar de animal macho. Cualidad, para Lalo, que no existía al estado puro, sin el aporte de lo femenino. E hizo el gesto insólito y amaneradísimo de cazar una mariposa en la frente de Inés tomándole las alas con la punta de los dedos. No iría a la Universidad, repitió, porque estaba hasta los bolorcios de esta manía que nos había dado ahora de querer ser argentinos y tenerWeltanschauunge indagar el ser nacional. Pero decime un poco, le preguntó a Verónica, en qué se parece tu salvaje aborigen de Jujuy, pongo por caso, al agrónomo de tu santo marido. Y yo creí sorprender una mirada equívoca de Verónica o acaso sólo recordé una mirada similar de la noche anterior y el gesto duro e impenetrable de Santiago. O el joven literato de ningún apellido, dijo señalándome, al tío Patricio o al repelente Bastían o al resto de la colección de la que te dije. –¿Qué quiere? -pregunta. –Gracias como siempre, pequeño 6655321 -me dijo-. ¿Y qué noticias tienes hoy para mí? –¿Y ahora qué pasa, eh? –Qué le anda pasando, chango -dice Santiago. Habla sin detenerse ni mirarme, sonriendo con aquel gesto socarrón y algo distante. Nos hemos cruzado en el pasillo del hotel. Trae una toalla sobre los hombros y un mate en la mano. –Prestá atención. En La Pintada hay dos farallones picudos como dos tetas, que se yerguen apuntando al cielo, tentando a Dios. Por entre ellos surge la luna, la luna loca, la luna roja, roja de sangre. Las nubes se apartan a su paso y el astro demente sube y alumbra al mundo. Entonces el machete y la tea toman posesión de la noche: tumban cabezas, queman veredas, hacen de las suyas. Colombia, la gran alcahueta, los deja hacer. Que acaben con lo queda, hasta con el nido de la perra como decía mi abuela. –Bailemos, vení -dijiste. No había pensado hasta ahora que la soledad tiene un peso, un centro de gravedad, una tensión que empuja hacia el abismo. Está sintiéndola en su carne y no sabe cómo sacarla de allí. Podría llamar a Germán, pero ¿qué le diría? ¿Que alguien ha entrado en su casa por la noche, y ella no tiene conciencia de lo que ha sucedido? La han violado, está segura de eso, y le han manchado de sangre las sábanas, aunque no ha podido encontrarse ninguna herida, sólo un ardor atroz en el vientre. Germán pensará cómo un acto tan terrible no la ha despertado. No sé, le dirá ella, cal desmayada. La explicación es inverosímil. De codos modos, ¿cómo no va a llamado? Sabe que su teléfono, en Bogotá, está lejos del dormitorio, en el estudio, y que a esa hora sólo podría dejarle un mensaje. ¿Qué le digo?, se repite. Piensa en frases que no expliquen demasiado pero que, a la vez, transmitan su deseo imperativo de verlo, de refugiarse en sus brazos. El le ha prometido una y mil veces que volará a su lado cuando lo necesite. «Siempre», le ha dicho,,«siempre,». Reina sonríe cuando recuerda la extrañeza de sus adjetivos: «Qué berraco es el amor que siento por ti, muchacha, qué amor tan tenaz». ¿Por qué no usar, entonces, el mismo lenguaje? «Mi amor tenaz», le dice, apenas le abren paso los bips bips de la máquina, «¿podrías viajar ya mismo a Buenos Aires? Cuanto antes. Hoy, por favor: en el primer vuelo. No es un capricho, Germán. No es sólo porque me haces falta. Eres la única persona con la que cuento en el mundo y ha pasado algo terrible. Contéstame, contéstame. Voy a estar casi todo el día en casa, desde las diez o las once de la mañana. Te quiero». XIV –¿Te sientes enfermo ahora? -preguntó, siempre con la vieja sonrisadruga en ellitso-. Estás bebiendo té, descansando, charlando tranquilamente con un amigo… ¿no es cierto que te sientes bien? De los oscuros rincones del recinto, acudiendo a mi llamado iban surgiendo. Venían de sus moradas de desdicha, las humildes alcantarillas del subsuelo adonde llega la mierda humana pero no la misericordia de Dios. ¿A qué venían? A verme, a saludarme, a quererme. Religiosamente, equitativamente, sin permitir que me armaran tumultos, guardando el orden, arrodillado en el suelo, les iba repartiendo el arroz granito por granito, que les iba dando en las bocas (y oigan que dije «bocas», no «hocicos»), de las que iban saliendo lenguas: las lengüitas húmedas de mis comulgantes a recibir la Divina Forma. Y cierta noche en que estaba en esto, una que se distinguía porlo cariñosa, Maruquita, que se sube, para quedar a mi altura, a la base de hormigón armado sobre la que descansaba Sam, y que se pone a lamerme la mejilla. Y toda esa nada, a cambio de qué..

Lou Nicholes
Presentando Family Times: Lou Nicholes

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¿QUÉ SACÓ DE TU TIEMPO DE SILENCIO HOY?

Esta es una pregunta que Jack Wyrtzen me hizo en una conversación telefónica hace muchos años. Me gustaría hacerte la misma pregunta. Me quedé sin palabras porque no tenía un plan para leer la Palabra de Dios todos los días y compartirla. Como resultado, esta pregunta cambió el curso de mi vida al leer la Palabra de Dios y compartir mis pensamientos con mi familia y otras personas todos los días. Si deseas recibir estos pensamientos, solo haz clic en el botón a continuación y es gratis .

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Somos una familia misionera que ha ministrado con Word of Life Fellowship desde 1962. Esta es una organización internacional de jóvenes fundada por Jack Wyrtzen, con sede en Schroon Lake, Nueva York. Lou Nicholes creció en una pequeña granja en el sureste de Ohio.

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