15 de enero de 2025
Comentario destacado
Lab report on blood pressure
Muchacho, rugiente tiburón del paraíso ¡Quién me mandaba hablar, idiota! Si algo no quería papi y nunca quiso fue morirse; prefería seguir arrastrando la carga del manicomio y de su Loca a irse a contarle las tinieblas a la eternidad. Me respondió con un ay cansado, dándome a entender que no me había oído. Entonces, de súbito, como si un relámpago me iluminara en la ceguedad de la noche el paisaje entero de mi destino, comprendí que tenía que matarlo sin que él se diera cuenta y que para eso, inocentemente, me había infundido la vida tantos años atrás: para que yo, llegado el día, hiciera el papel de la Muerte silenciosa y bondadosa. ¡Conque eso era! Para eso había nacido y vivido. ¡Haber caminado y respirado tanto sin sospecharlo siquiera! Para más fue mi hermano Silvio que entendió pronto y a los veinticinco años una noche, enfermo de lucidez, sin tener que cargar con muertes ajenas se voló de un tiro la cabeza. Iban a cruzar la calle y abrazó a Reina por la cintura. La sintió estremecerse primero y tensarse luego. Era un cuerpo difícil, con mareas que se iban antes de llegar. –No todos. Mitchum no leía a los valentinianos. Era Laughton. La observó mientras tomaba la cuchara con delicadeza, sin derramar ni una gota de sopa. –Nada de navajas ahora. No quiero tonterías con los asientos. Acabo de retapizar el coche. -Le calmé esosglupos temores y fuimos al bloque municipal 18A, y las dos audaces y pequeñasptitsas reían y murmuraban. Para abreviar diré que llegamos, oh hermanitos míos, y las llevé hasta el 10-8, y mientras subían la escalera jadeaban ysmecaban , y una vez allí dijeron que tenían sed, de modo que abrí el cofre de mi cuarto y ofrecí a las jóvenesdébochcas de diez años un verdadero yjoroschó escocés, aunque bien mezclado con agujas-y-alfileres. Se sentaron en mi cama (todavía sin arreglar) y balancearon las piernas,smecando ypiteando la bebida, mientras yo pasaba en mi estéreo sus patéticos ymalencos discos. Era comopitear una suave y perfumada bebida sin alcohol para niños en vasos de oro muy bellos, trabajados y costosos. Pero ellas decían oh oh oh y exclamaban «Desmayante» y «Cumbroso» y otrosslovos raros que estaban de moda en ese grupo infantil. Mientras pasaba esacala para que la oyesen, las animé a beber y luego a tomar otra copa, y la verdad que no se opusieron, oh hermanos míos. De modo que cuando ya habíamos escuchado dos veces los patéticos discos pop (eran dos:Nariz dulce,cantado por Ike Yard, yNoche tras día tras noche,gemido por dos horribles eunucosdesyarblocados que no recuerdo cómo se llamaban) ya estaban cerca de la histeria máxima de lasptitsas jóvenes, saltando de un extremo al otro de mi cama, y alrededor del cuarto, y yo con ellas. Por fin alguien tenía un gesto de dignidad. La Argentina estaba enferma hasta los huesos. Pero una sola muerte no cambiaría el orden de las cosas. El próximo muerto de Alexis fue un vivo en el cementerio. En el Cementerio de San Pedro donde yacen descansando todas las notabilidades de Antioquia menos yo. El vivo muerto era el joven guardián de una tumba, y la tumba un mausoleodiscoteca con casetera sonando a todas horas para entretener en su vacío eterno, esencial, a una temible familia de sicarios allí enterrada, cuyos miembros fueron cayendo, uno por uno, uno tras otro"sacrificados", según rezaban sus lápidas pero sin decir por qué causa, por la blanca causa de la coca. –A la improvisación, más bien. Soy ordenada. Torpe para improvisar. Una mañana se le ocurrió que tal vez fuera mejor comprar algo. Buenos Aires estaba llena de balcones con letreros de venta, los préstamos hipotecarios eran fáciles para las personas de ingresos fijos y, si no encontraba un departamento nuevo a su gusto, podría reformar algún otro, abriendo ventanasy derribando paredes. Necesitaba cartas de El Diario para empezar los trámites y cuando se las pidió a Sicardi intuyó que había dado un paso fatal: Camargo lo sabría al instante. Durante meses se había mantenido lejos de él. Ahora, la interrogaría. Lo que para otros eran azares simples de la vida para ella podían volverse puertas del infierno. Esa mañana tuvimos cuatrolonticos de religión carcelera, pero elchaplino no me dijo una palabra más acerca de la técnica de Ludovico, fuera lo que fuese, oh mis hermanos. Cuando terminé miraboto con el estéreo, se limitó agoborarme unos pocosslovos de agradecimiento, y luego meprivodaron de regreso a la celda del bloque 6, que era mi muy roñoso y estrecho hogar. Elchaso en realidad no era unveco muy malo, y cuando abrió la puerta no metolchocó ni pateó, y se limitó a decirme: -Aquí estamos, hijito, de regreso en el viejo agujero. -Y así volví con mis nuevosdrugos, todos muy criminales pero,Bogo sea loado, ninguno inclinado a las perversiones del cuerpo. Ahí estaba Zofar en su camastro, unveco muy delgado y pardusco, que hablaba y hablaba y hablaba con unagolosaáspera, de modo que nadie se molestaba enslusarlo. Lo que ahora estaba diciendo al aire era: -Y entonces uno no podía conseguir un poggy (quién sabe qué era eso, hermanos), aunque estuviese dispuesto a pagar diez millones de archibaldos, y entonces qué hago, eh, me voy a lo del Turco y le digo que esa mañana conseguí este s p rugo, saben, ¿y qué puede hacer él? -En realidad, lo que hablaba era el lenguaje de los viejos criminales. También estaba allí la Pared, que tenía un sologlaso, y se arrancaba pedazos de las uñas de los pies en honor del domingo. Y el Gordo Judío, unveco muy grasiento y ancho que parecía como muerto, tirado en el camastro. Además, era la celda de Jojohn y el doctor. Jojohn era menudo, ágil y seco, y se había especializado en ataques sexuales, y el doctor afirmaba que podía curar la sífilis, y la gonorrea, pero sólo inyectaba agua, y así había matado a dosdébochcas; bueno,¿acaso no había prometido quitarles esa pesada carga? Realmente, eran una pandillagrasña y terrible, y no me gustaba convivir con ellos, oh hermanos míos, tanto como ahora no les agrada a ustedes, pero no sería por mucho tiempo. –¿Saben algo de lo que pasó esta noche en la tienda de Slouse? –Más -insistí, sin moverme-. Quieroslusar más. El viejo pendejo ya ni sabía qué estaba haciendo. Entonces, por inadvertencia otra vez, volvió a verse en el espejo, y vi sus ojos cansados mirándome con un cansancio infinito..

Lou Nicholes
Presentando Family Times: Lou Nicholes

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Esta es una pregunta que Jack Wyrtzen me hizo en una conversación telefónica hace muchos años. Me gustaría hacerte la misma pregunta. Me quedé sin palabras porque no tenía un plan para leer la Palabra de Dios todos los días y compartirla. Como resultado, esta pregunta cambió el curso de mi vida al leer la Palabra de Dios y compartir mis pensamientos con mi familia y otras personas todos los días. Si deseas recibir estos pensamientos, solo haz clic en el botón a continuación y es gratis .

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Somos una familia misionera que ha ministrado con Word of Life Fellowship desde 1962. Esta es una organización internacional de jóvenes fundada por Jack Wyrtzen, con sede en Schroon Lake, Nueva York. Lou Nicholes creció en una pequeña granja en el sureste de Ohio.

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