15 de enero de 2025
Comentario destacado
In an essay what is a thesis statement
–¿Qué? -dijo Esteban. Ladébochca que era la mujer de Pete (imposible, imposible) soltó otra risita y le dijo: -¿Tú también hablabas de esa manera? –Haces bien, qué joder. En este mundo, estallamos como petardos o nos arrastramos como ciempiés. –Todo en orden -dijo Santiago-. Fijate, ya no llora más. –Mira -dijo el muchacho-. Te voy a ser franco -Titubeó. Hablaba con pequeños movimientos de cabeza y un poco agachado, los brazos recogidos junto al cuerpo. Una especie de boxeador de las ideas. -A mí me molestaría un poco que vos creyeras… –No puedo callarme y hablar más bajo -dijiste-. Esa Graciela es la que no existe. –Y los pasajeros del Metro se nos apartaban al oírnos hablar colombiano, no los fuéramos a atracar. Es muy fácil, doctor, estar loco y que los demás se jodan. Y si no véame a mí aquí ahora, hablando, desbarrando, abusando y usted oyendo. Es que yo creo en el poder liberador de la palabra. Pero también creo en su poder de destrucción pues así como hay palabras liberadoras también las hay destructoras, palabras que yo llamaría irremediables porque aunque parezca que se las lleva el viento, una vez pronunciadas ya no hay remedio, como no lo hay cuando le pegan a uno una puñalada en el corazón buscándole el centro del alma. ¿Como por ejemplo cuál? Como por ejemplo, doctor, ese «hijueputa» que nos regalaba la Loca, tan maternal, tan dulce, tan tierno que usted no tiene ni idea ya que las palabras, aunque poderosas, a veces se empantanan en su semántica como el lodo en un charco, y no pueden expresar los múltiples matices del paisaje ni apresar los ¡res y venires del viento. Y no le mando, doctor, de paciente a la Loca del bumerang porque lo enloquece como enloqueció al doctor Botero. No hay alienista que la resista. Se impacientan, pierden el equilibrio mental, caen al suelo, se suben al diván a hablar y los papeles se truecan. Al doctor Pedro Justo Botero Restrepo Restrepo Botero, un antioqueño a carta cabal, sólido como un roble al cuadrado, discípulo de un discípulo de Freud y de la mujer de Jung, y especialista en traumas de la Segunda Guerra Mundial y de la Primera Guerra Colombiana del Narcotráfico (curtido como quien dice en mil combates contra mil pacientes), yo lo vi, lo vi con estos ojos, arrancarse a mechones los pelos de la cabeza y descolgar el diploma de la pared por culpa de la Loca. ¿Salud mental frente a la Loca? Permítame, doctor, que me ría. ¡Jua! El hierro con ser tan hierro también tiene su punto de fusión y los continentes semueven. Las intuiciones de Brenda siempre han sido certeras. El sol estaba por perderse en laúltima curva del mar, y un par de mujeres, levantándose de sus refugios en las rocas de la orilla, chillaron de excitación. –¿Está graduada en algo? Pero esta vez, oh hermanos míos, no sólo me sentí muy enfermo sino además muy asombrado. Lo pasaron todo de nuevo: la vieja ultraviolencia y losvecos con lasgolovás aplastadas y lasptitsas destrozadas y goteandocrobo quecrichaban pidiendo compasión, y las peleas y porquerías privadas e individuales de costumbre. Después aparecieron los campos de prisioneros y los judíos, y las grisáceas calles extranjeras atestadas de tanques y uniformes yvecos que caían barridos por las balas, que era el lado público del asunto. Y esta vez no había motivo para las náuseas, la sed y los dolores, excepto el hecho de que me obligaran avidear, pues seguían poniéndome los broches en losglasos, y habían asegurado lasnogas y el ploto al sillón, pero ya no tenía los cables y demásvesches aplicados alploto y lagolová. De modo que lo que me estaba pasando era culpa de las películas quevideaba,¿no les parece? Excepto, por supuesto, hermanos, que estavesche de Ludovico fuese como una vacuna, y que ahora me estuviese viajando por elcrobo, y en ese caso me enfermaría siempre siempre siempre cada vez quevidease una escena de ultraviolencia. Así que abrí larota y empecé buuu buuuu buuu, y las lágrimas enturbiaron lo que yo estaba obligado avidear, pues tenía que ir pasando como por una cortina de gotas de rocío plateadas y que corrían y corrían. Pero losbrachnos de chaqueta blanca vinieronscorro a limpiarme las lágrimas con unostastucos, diciendo: -Bueno, bueno, vean qué chiquillo más llorón. -Y entonces todo reapareció claro ante mis ojos, los alemanes que empujaban a los judíos suplicantes y gimientes,vecos ychinas, ymálchicos ydébochcas, metiéndolos en losmestos donde los ahogarlan a todos con gas venenoso. Buuu juuu juuu otra vez, y en seguida estaban limpiándome las lágrimas, muyscorro, para que no me perdiera ni unavesche solitaria del espectáculo. Fue un día terrible y horrible, oh hermanos míos y únicos amigos. Y llegado aquí sí me quito el sombrero ante el ex presidente Barco. Tenía razón, todo el problema de Colombia es una cuestión de semántica. Vamos a ver: "hijueputa" aquí significa mucho o no significa nada. Sin marihuana ni aguardiente era dócil, adorable, como una ramita de palma un Domingo de Ramos. Sólo que sin marihuana y aguardiente no era él, era otro: su Ángel de la Guarda, efímero, volátil, pasajero. Andaba por las selvas del Amazonas o los campos de la Sabana hinchado de humo, todo ventiado, y con una botellita de aguardiente atrás, una media, en el bolsillo trasero, en tanto en una mochila llevaba más, de reserva, por si la de atrás se le evaporaba. Compraba medias por optimismo, para no irse a enviciar con el número entero. De medía en medía se las iba tomando todas su Ángel de la Guarda, y donde empezamos con un doctor Jeckyll acabamos con un mister Hyde. –Si viene la policía a buscarnos aquí, se van a encontrar una selva -le decía a Darío mientras seguía limpiando, concentrado. –Pero, cómo, ¿realmente lo cree? –Me imagino que tratas de averiguar la hora. Admití que ésa había sido mi intención. –Doctor: el Modiuretic me dice usted que me lo tome con agua antes de las comidas. ¿No me lo podría tomar después con un juguito de naranja?.

Lou Nicholes
Presentando Family Times: Lou Nicholes

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Somos una familia misionera que ha ministrado con Word of Life Fellowship desde 1962. Esta es una organización internacional de jóvenes fundada por Jack Wyrtzen, con sede en Schroon Lake, Nueva York. Lou Nicholes creció en una pequeña granja en el sureste de Ohio.

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