15 de enero de 2025
Comentario destacado
How to write the best cover letter
–Más -insistí, sin moverme-. Quieroslusar más. Pero mi optimismo tambaleante decidió ipso facto que era cirrosis, que iba a vivir diez años y que yo me iba a morir antes que él, y con concisión telegráfica redacté el anuncio para El Colombiano: «Gracias Espíritu Santo porque fue cirrosis y no cáncer del hígado». Y firmado familia tal. Y volví a entrar al cuarto invadido de una felicidad rabiosa. –Gente, no. Mujeres. Se creen por encima de los demás. Son las que han matado a Dios para quedarse con el lugar todavía caliente. –¿Usted es Ge Eme? -dijo-. ¿El doctor Camargo? No me lo imaginaba así. El muchacho pasó a nuestro lado. Saludó. Y yo tuve la certeza de que aquel encuentro, aquella sonrisa, aquel saludo, eran como un alfabeto cifrado, un mensaje cuya clave era muy anterior a mí, pero ya no podía prescindir de mí. –¿Fuera de acá? –Teléfono de Jujuy, señor. Lo llaman de la maternidad. –Vos no podes ser así -dijo Verónica-. Vos un poco te haces. Arriba me dejó, en Santo Domingo Savio o Villa del Socorro o El Popular o El Granizal o La Esperanza, en uno de esos mataderos, solo con mi suerte. Hasta allá subí a buscar a la mamá de Alexis y de paso a su asesino. Vi al subir los "graneros", esas tienduchas donde venden yucas y plátanos, enrejados ¿para que no les fueran a robar la miseria? Vi las canchas de fútbol voladas sobre los rodaderos. Vi el laberinto de las calles y las empinadas escaleras. Y abajo la otra ciudad, en el valle, rumorosa… En fin, a patadas, golpes y empujones me llevaron a las celdas, y allí me pusieron junto a diez o doceplenios, muchos de ellos borrachos. Entre ellos habíavecosuchasños , como animales, uno con toda la nariz comida y larota abierta como un gran agujero negro; uno que estaba apoyado contra la puerta, roncando ruidosamente, mientras de larota le salía sin parar una especie de hilo baboso, y uno que tenía los pantalones todos sucios decala . Había dos que me parecieron maricas, y en seguida se interesaron en mí, y uno me saltó encima, y tuvimos unadratsa muy desagradable, y elvono que despedía, como de gas y perfume barato, me enfermó otra vez, sólo que ahora tenía la barriga vacía, oh hermanos míos. Entonces el otro marica quiso echarme los brazos, y hubo una ruidosa pelea entre los dos, porque ambos me buscaban elploto . El chumchum llamó la atención de un par demilitsos que vinieron y golpearon a los dos con las cachiporras, y así se callaron y se quedaron con los ojos perdidos, y el viejocrobo goteaba pim pim pim por ellitso de uno de ellos. En la celda había camastros, pero estaban todos ocupados. Trepé al más alto de una hilera que tenía cuatro, y allí encontré un vecostarrio y borracho que roncaba, probablemente tirado allá arriba por losmilitsos. Bueno, lo bajé otra vez, no era muy pesado, y cayó sobre uncheloveco gordo y borracho tirado en el suelo, y los dos despertaron y empezaron una escena patética decrichadas y puñetazos. Hermanos míos, me tendí sobre la camavonosa, y me hundí en un sueño muy fatigado, agotado y doloroso. Pero no fue un verdadero sueño, era como meterse en otro mundo mejor. Y en ese mundo mejor, oh hermanos míos, yo estaba en un campo de flores y árboles, y se veía un macho cabrío conlitso de hombre y tocaba una especie de flauta. Y entonces pareció que salía el sol, el propio Ludwig van, con ellitso rugiente, la corbata suelta y elboloso desordenado yáspero, y entonces oí la Novena, último movimiento, con losslovos un poco cambiados, como si ellos mismos supieran que debían ser distintos, ya que se trataba de un sueño: –Ah… -dice. No quería que nada lo interrumpiera. Los celulares estaban apagados y sólo volvería a encenderlos a mediodía, cuando la ausencia de la mujer empezara a llamar la atención. La atmósfera de la calle, abajo, estaba saturada de personas desagradables, casi todas del sexo masculino, que se movían afanosas de un lado a otro y no pertenecían a ninguna parte: Camargo sintió que, si cualquiera de ellos se desvanecía en el aire, la vida de los demás no cambiaría en absoluto. Podían desaparecer todos, y la realidad, aun así, continuaría intacta, porque en aquel momento los dos únicos seres imprescindibles eran él y la mujer de enfrente, unidos por las ondas magnéticas de su mirada. ¡Cómo olvidarlo! Él arriba bendiciendo y abajo nosotros el rebaño aborregados en la cerrazón de la plaza. En mi opinión, en mi modesta opinión, bendecía demasiado y demasiado inespecíficamente y con demasiada soltura, como si tuviera la mano quebrada, suelta, haciendo en el aire cruces queteníamos que adivinar. Como notario que de tanto firmar daña la firma, de tanto bendecir Su Santidad había dañado su bendición. Bendecía desmañadamente, para aquí, para allá, para el Norte, para el Sur, para el Oriente, para el Occidente, a quien quiera y a quien le cayera, a diestra y siniestra, a la diabla. ¡Qué chaparrón de bendiciones el que nos llovió! Esa mañana andaba Su Santidad más suelto de la manita que médico recetando antibióticos. –Bueno. No empecemos. Para cerrar con broche de oro su faena reproductora, la Virgen María alumbró a Cristoloco y le salió un engendro: el Gran Güevón tantas veces aquí mencionado, el genio del sideroespacio. ¡Por qué, insensata, cuando lo viste no se lo vendiste a un circo, chambona! Ahí mismo has debido actuar, sin dilaciones. ¡Pero qué! La Loca, que no era gente de razón y que el poco juicio que tenía, si tenía, lo tenía descentrado, pecaba por partida doble, por obra y por omisión. Las mujeres además tienen tendencia a conservar lo que les sale por la vagina. Y abajo España, país de cagatintas, masa cerril, arrodillada, que fuiste capaz de gritar un día: «¡Vivan las cadenas!». –Tenemos una discusión por el título de tapa y queremos que usted decida cuál es mejor..

Lou Nicholes
Presentando Family Times: Lou Nicholes

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¿QUÉ SACÓ DE TU TIEMPO DE SILENCIO HOY?

Esta es una pregunta que Jack Wyrtzen me hizo en una conversación telefónica hace muchos años. Me gustaría hacerte la misma pregunta. Me quedé sin palabras porque no tenía un plan para leer la Palabra de Dios todos los días y compartirla. Como resultado, esta pregunta cambió el curso de mi vida al leer la Palabra de Dios y compartir mis pensamientos con mi familia y otras personas todos los días. Si deseas recibir estos pensamientos, solo haz clic en el botón a continuación y es gratis .

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Somos una familia misionera que ha ministrado con Word of Life Fellowship desde 1962. Esta es una organización internacional de jóvenes fundada por Jack Wyrtzen, con sede en Schroon Lake, Nueva York. Lou Nicholes creció en una pequeña granja en el sureste de Ohio.

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