15 de enero de 2025
Comentario destacado
How to write an analysis essay on a book
–Mañana? Siempre me ha parecido ridícula esa palabra. Mañana es nunca. Ite, missa est. –Todo esto es muy raro -dijiste. Te pregunté por qué lo decías. –Si no te gusta lo que hice, y no quieres repetirlo, ya sabes lo que te conviene, hermanito. -Y entonces habló Georgie, con una voz áspera y rara. ¿En qué cabeza cabía hacer el baño un escalón más alto que el resto del tugurio? Me tropezaba con el escalón al entrar, y me iba de bruces sobre el vacío al salir. –Todavía no estás curado. Falta mucho por hacer. Sólo cuando tu cuerpo reaccione pronta y violentamente a la violencia, como si estuviera frente a una víbora, sin ayuda nuestra, sin medicinas, entonces podremos… –Traidores -grité-. Traidores y mentirosos -pues yovideaba que era todo como dos años antes, cuando mis supuestosdrugos me habían abandonado a lasrucas brutales de losmilitsos. En este mundo no se podía confiar en nadie, hermanos míos, eso estaba muy claro. Y entonces Jojohn fue a despertar a la Pared, que se mostró muy dispuesto a jurar que Vuestro Humilde Narrador era el auténtico culpable de lostolchocos sucios y toda esa brutalidad. Cuando vinieron loschasos, y después el jefe de loschasos y al fin el propio director, todos misdrugos de la celda hacíanchumchum contando cómo yo habíaubivado a ese pervertido cuyoplotocroboso estaba arrumbado en el piso como un saco decartófilos . Muchas veces, a lo largo de estos años, me he oído pronunciar palabras casi idénticas y he sentido sobre mi esa misma mirada, su apenas perceptible fulgor de ironía, esa grave ternura, parecida a la resignación, de la mujer que mira a su hijo practicar esgrima con la nada; he aprendido a reconocer los menores gestos, las mínimas crispaciones de cejas o de labios que significan que soy yo quien está fuera del natural y armónico y respetable sistema donde, al ritmo de la zampona universal, gira el buen planeta viejo del jujeño, parque de diversiones tan bien pensado que no olvidó incluir, para los sujetos de cierta calaña, el manicomio, la cárcel o esta pieza de hotel, según se decidan a seguir adelante, a hacer las del amigo Filiberto Toriano, de quien no sé si ya hablé, o a interrumpir con un balazo el sueño de los vecinos. Porque tampoco sé si ya dije que Santiago se mató esa noche, en esta misma habitación. Se pegó un tiro mientras yo estaba en el Cerro de las Rosas, en mi Walpurgis, conversando con el astrólogo de cosas como éstas en un pasillo de la quinta de Verónica. –Anoche me hablaste de Monelle, no de vos. Y de caminatas a la orilla del mar, descalza. –Vas a escribir sobre lo que quieras. Ahora tengo que seguir la historia del contrabando de armas. Un emisario del gobierno ha vendido armas clandestinas a Bosnia, Croacia, Serbia, uno de esos países. Tal vez entregaron misiles a Irak. –Será tu propia tortura -dijo con aire serio-. Quiera Dios que te torture hasta volverte loco. En efecto, no es ningún nombre. Somos mil. Él es mil. Legiones de argentinos se frustran sistemáticamente alrededor de los treinta años, dejarlo que reviente. Viva el fracaso. Veinte millones de malogrados, deslucidos, abortados y fracasados te saludan, viejo Discepolín. Adelante, cabrón. Hundirse usted. Confesarme llamo expósito que no sólo no es un nombre estupendo sino siquiera un nombre de ninguna especie. Cerró los ojos y ahí estaba. Verde e imposible. Un dragón de juguete con ornamentadas alas de mariposa lo contemplaba desde la nada. Cuando abrió los ojos, seguía allí, exactamente frente a él. Sólo que ahora también vio a San Jorge y la princesa cautiva. Graciela hablaba de una casa antigua en la que había un parque en ruinas con un pabellón de caza, la Casa Grande, con tejados de pizarra y una leñera. Esteban volvió a cerrar los ojos y el dragón no desapareció. Como exaltado en el centro de un cielo negro, la oscuridad y el vacío lo perfeccionaban hasta el vértigo. No puede ser, murmuró, dejando con cuidado su vaso sobre el brazo del sillón. "Por qué no puede ser", dijo Graciela con voz amarga, "yo no era su hija." No me refería a eso, dijo él, seguí hablando, por favor. Abrió los ojos. San Jorge, su encabritado caballito de balancín, la cautiva, la vorágine tempestuosa del cielo, se organizaron instantáneamente en la lámina alrededor del dragón. Volvió a cerrar los ojos con muchísima cautela: ahí estaba, hipnagógico e intacto, pero solo, con su roja fauce abierta, tres círculos en cada una de sus alas, su único ojo fijo en Esteban. Consecuencia: no debo seguir bebiendo. Cuando las imágenes pasan a través de los párpados cerrados, no se podría jurar que uno está sobrio. Tampoco podría jurar, como le diría años más tarde cierto inefable personaje llamado doctor Miguel, que a la larga no acuden lagartijas, moscas, iguanas, ciempiés, toda clase de animales mínimos, en especial oblongos y movedizos. No es raro ver también diablitos con rabo. Cornuda gente onírica que emite voces imperativas, órdenes. Todo documentado. Esteban inspiró profundamente y el dragoncito se borró. Ya iba a abrir los ojos cuando el universo se poblóde flores. También se puso como blando, florecía y se ablandaba. Una primavera de pesadilla o algo parecido a un flan cubierto de flores; caléndulas, miosotis, asfódelos y petunias que sin duda no eran de este mundo. Cuando abrió disimuladamente el ojo izquierdo, notó, interpuesto entre su ojo y la lámina, el culo mundial de Helena Austin, lleno de flores. La gorda se había trepado a una banqueta, con su vestido estampado, y, oscilando peligrosamente, trataba de alcanzar algo. Sobre la nalga izquierda, entre unos gladiolos, Esteban Espósito percibió nítidamente una espina de Cristo. Pocos días después, ella viajó a la zona de despeje, en Colombia, y ya nada volvió a ser como antes. El estúpido al que se entregó con tanta ligereza, en la selva, hizo rápidos estragos en todo lo que Camargo había tardado años en enseñarle. Convirtió a Reina en una persona de moralidad desorientada: es decir, en una persona cuya única moral era el deseo del otro. Quería regresar al otro todo el tiempo, al punto que su centro de gravedad dejó de estar en ella misma y se situó allí donde al amante se le antojaba: en Temuco, en Caracas, en Río. Era capaz de cualquier extremo de humillación para estar cerca de él, y a Camargo le parecía que esas debilidades eran una ofensa al amor que le había profesado. Maestro jamás podría entender el tamaño de esa traición y la justicia con que Camargo se había desquitado. Si conociera apenas un soplo de esa historia, Maestro no la habría defendido. Nadie defiende a los que se quieren perder. –Darío. ¿Y para qué trajo entonces semejante chorro de hijos a este mundo sacándolos de la paz del otro, de la imperturbabilidad del notiempo, también llamado eternidad? ¿Para que giraran con el planeta estúpido trescientos sesenta y cinco días al año durante años y años hasta que, gastada a másno poder la máquina, cansada, harta, volvieran humildemente al punto de partida, comidos por los gusanos o las llamas? Los hubiera dejado donde estaban. Lo que sobra sobra. Por supuesto que no; es un acertijo. Puede significar dos cosas. O bien que yo existo y, como habíamos convenido, ya es tiempo de abandonar la adolescencia, el pudor argentino, y tutearme? o bien que "vos" es, en efecto la respuesta. SEGUNDA PARTE. SANTIAGO O LAS MÁQUINAS QUE CANTAN Se había ido en ómnibus, entonces. ¿Por qué hada esas cosas? Quizá porque él la había dejado en medio de la calle cuando salieron a comer. Era vengativa, una mierda. Sin embargo, seguía pensando en ella. Zumbaba en su imaginación y no se iba. Echaría al chofer cuando volvieran a Buenos Aires. Ycon Reina, ¿qué hada.? Un par de abejas se acercó al cuenco de miel que la casera había dejado sobre un banco, en la galería. A lo mejor no ha vuelto al diario, pensó. A lo mejor está yéndose a cualquier otra parte. Pero algún día tiene que detenerse. Algún día va a llegar a un sitio y va a quedarse para saber qué hacer. Y cuando llegue, voy a estar esperándola. Puede sentirse todo lo libre que quiera. Puede sentirse libre todo el tiempo porque, vaya donde vaya, me pertenece..

Lou Nicholes
Presentando Family Times: Lou Nicholes

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Somos una familia misionera que ha ministrado con Word of Life Fellowship desde 1962. Esta es una organización internacional de jóvenes fundada por Jack Wyrtzen, con sede en Schroon Lake, Nueva York. Lou Nicholes creció en una pequeña granja en el sureste de Ohio.

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