15 de enero de 2025
Comentario destacado
How to write a persuasive speech for school
En eso o en lo que fuera, el día amaneció normal, asesino. Ni rastro de la noche borrascosa. Poniendo cara de inocente la luz del día, hipócrita, mentirosa. Fuimos a comprar el refrigerador para la mamá de Wílmar, y me dio por pasar de regreso por el Versalles dizque a comprar pasteles. Esos pastelitos "de gloria" que hacía mi abuela, y que no se comen ni en la misma Viena. Salimos del hotel e ingresamos en la Historia. Nos recibieron cúpulas coloniales, fachadas veteadas de barroco, campanas fundidas hace tres siglos en Talavera de la Reina, veredas angostísimas sobre las que resonaron las botas y los pies descalzos de la Independencia, claro que había que seleccionar: saltearse elart nouveaude la Plaza España y la fórmica de las pizzerías. Nos quedaba algo más de una hora para la reunión en la Ciudad Universitaria. Santiago habló: su tonada era bella, musical. Yo pensaba en vos. No me cabía la menor duda de que estarías allá, y esta certeza, la sensación de libertad que me causaba ir postergando a mi antojo nuestro encuentro, me hizo sentir bien. Una especie de inmortalidad. Hasta el cielo había adquirido, de pronto, una discreta palidez otoñal. Odio el sol. Y muchas veces he pensado si esto del sol no es el símbolo un poco demasiado evidente de enemistad que se manifiesta en toda mi vinculación con la naturaleza, enemistad o ex amistad, ya irreconciliable, cada día más remota, entre ciertas cosas al estado puro y yo. Nunca he podido saber, por ejemplo, cómo se las arregla la gente para soportar el contacto de la arena en una playa, de las ramitas que se hunden en la piel, del aire, que los poetas llaman brisa pero que sólo una o dos veces en la vida normal de un ser humano sopla con tanta perfección como para no ser, o demasiado fuerte, o más bien tórrido, o francamente helado. Puedo entender y por decirlo de algún modo hasta gozar de una tormenta, de la furiaque le recuerdo al río de mi infancia, su espanto de arrancar embalses e inundar las islas; hay algo salvaje y hermoso en todo eso; pero cómo es posible resignarse a la incomodidad de unas ortigas entre los pantalones, del polvo en los ojos, de las piedritas que se meten dentro de los zapatos. Nosé si me explico. Y de cualquier modo no tiene nada que ver con lo que quería decir. Porque esa mañana, caminando con Santiago por las calles de Córdoba, el sol pálido, el aire, me hicieron el efecto de una ablución purificadora. Como de un campanario al que el día espanta (o posterga) sus murciélagos, se me volaron de la cabeza todas las ideas sombrías de la noche anterior. Traté de no pensar en la escena, que ahora juzgaba imbécil, de nuestra despedida. Necesitaba verte, hablar largamente con vos, confesarte unas cuantas cosas que, lo sentí de golpe, se me estaba haciendo muy tarde como para que volviera a confesarlas nunca. Lo sentí, pero por el momento no quise investigar qué significabamuy tarde,no, al menos, mientras me alegraran como entonces los hechos más triviales: un chico que pasó ululante, golpeándose el culo e inventando un vertiginoso aparato de correr que era un Centauro o un cacique. Me gustó una cúpula. Le agregué miriñaques y antiguas señoritas de un tranvía que pasaba, inmemorial y destartalado.Hoy: Hace un año en.Y comprendí que toda esa fiesta no era tanto la mañana en sí misma como la curiosa idea de que, con el tiempo, yo iba a recordar melancólicamente esa mañana. –¿Cómo? -Ahora me interesaba que pe hubiese soñado conmigo. Tenía la impresión de que yo también había soñado, pero no podía recordar bien qué.- ¿Sí? -dije, dejando de masticar mi pastel pegajoso. Durante algunos segundos, vaciló entre ordenar que despidieran a Reina o llamarla a su oficina para que explicara por qué había introducido esa información tan fuera de lugar. La chica le despertaba una vaga curiosidad intelectual. En un par de minutos, podría conocerla mejor. Llamó por la línea interna a Sicardi, el jefede personal, y le pidió que le llevara las fichas de ingreso. Remise no, repitió. Remis. Reina Remis. Confiaba en Sicardi a ciegas. Era retacón y tenía la nariz grande, cruzada por retículas de vasos capilares. Sus informes eran siempre metódicos, prolijos, sin una palabra de más. –No hablamos. Me atendió Santiago. Cuando dijo "hola", te vi. –Verónica. Que la persona que estás admirando se llama Verónica. Y de cerca no es tan joven, aunque es muy hermosa en todo sentido. Es la mujer de Cantilo. Pinta. Desciende de noruegos y de un caudillo puneño de la época de Rosas, es algo así comoCivilización y barbarieella sola. Pinta cuadros. No siempre, a veces duerme con poetas desesperados -decías esto en voz muy baja y sonreías hacia ellos. El dualismo me molestó. Los dos dualismos: también algo infantil en tu gesto unido a la minuciosa malignidad del verbo dormir. Verbo adulto y corrupto. -Tiene la manía de pensar en Perón. –Pero no -dijo el jujeño-. Yo no. Ellos, y esto hay que oírlo con mayúscula. Ellos. Desde las cuevas de Altamira hasta el Guernica, cuando se ponen serios, son Ellos los que reducen todo a una cuestión estética. –Tenés miedo -dijo Bastián. ¿Creta en verdad Camargo lo que estaba diciendo? Reina volvió a desconcertarse. No sabía si consolarlo, si tomarle las manos, decirle: «Váyase, doctor, vaya. Haga lo que tiene que hacer», o echarle en cara la falta de sentimientos, la negación idiota de la realidad. Una hija, pensó. Quién sabe en cuántas novelas había leído que nada es tan desgarrador como la muerte de un hijo. Y Camargo le hablaba de la situación política. A lo mejor se daba cuenta y no quería sufrir, pobrecito. A lo mejor prefería irse de sí mismo antes que sufrir. Eso que dije yo es lo que debió decir la autoridad, pero como aquí no hay autoridad sino para robar, para saquear a la res pública… Y así me encuentro a Sabaneta, el pueblo sagrado de mi niñez, en el bochinche y la guachafita, en el más descarado desorden que me están introduciendo estos cabrones. Mi indignación no podía más, me estaba dando un ataque de ira santa. "¡Uuuuuu! ¡Uuuuuu!" aullaba una ambulancia con su letrero de ambulancia escrito al revés para que uno tenga que leerlo patas arriba dando la vuelta; paraba en seco y se bajaban dos camilleros a recoger a los muertos. Dos, tres, cuatro… ¿Esto es la guerra de Bosnia-Herzegovina o qué, una masacre? Y hé aquí otro ejemplo de lo hiperbólico que se nos ha vuelto el idioma en manos de los "comunicadores sociales". ¿Una masacre de cuatro? Eso es puro desinflamiento semántico. ¡Masacres las de ahora tiempos! Cuando los conservadores decapitaban de una a cien liberales y viceversa. Cien cadáveres sin cabeza y descalzos porque el campesino de entonces no usaba zapatos. ¡Ésas sí son masacres! Ustedes muchachitos de hoy en día no han visto nada, les está tocando muy bueno. ¡Masacres! Al Difunto también me lo regalaron, recién salido del ataúd, y no eran sino los restos de lo que fue, del joven fornido y sano. Y ahora exangüe, anémico, fantasmal… ¡Pero qué, quién se resiste a acostarse con el ahijado de la Muerte! Siempre es bueno tener abogados que intercedan por uno ante tan caprichosa señora. ¿Pero a santo de qué estoy hablando de éste? Ah, porque dizque nos iban a matar en Aranjuez, un barrio alto pero muy bajo: alto en la montaña y bajo en mi consideración social. Ahí, cuando yo nací, terminaba esta ciudad delirante. Ahora ahí empiezan las comunas, que son la paz. Luego se iba a la iglesia a comulgar. Pero como vivía tan ocupada manteniendo en orden su casa y educando a tantos hijos, quería comulgar de primera (sin confesarse por supuesto, porque ¿de qué?), y así se lo exigía al cura en el introito o comienzo de la misa, y faltando cuando menos medía hora para la comunión: que le dieran de comulgar rápido que ella no tenía tiempo que perder en liturgias. Y como los curas, claro, se negaban, la olvidadiza les gritaba desde el atrio yéndose: «¡Curas maricas!». Yvolveré a mi nena, a mi nena, –¿Y ahora qué pasa, eh? él mismo es la belleza en estado puro.), Se rió y me dijo que anotara a mi vez, por el reverso de la servilleta, lo que yo esperaba de esta vida. Iba a escribir "nada" pero se me fue escribiendo su nombre. Cuando lo leyó se rió y alzó los hombros, gesto que prometía todo y nada. Le pregunté si se le ponía tilde a "Wílmar" y me contestó que daba igual, que como yo quisiera. "Entonces digamos que sí". –Bien -dijeron los dos- bien bien bien. -Y siguieron volviendo las páginas. Eran como imágenes dedébochcas de verasjoroschó, y contesté que me gustaría aplicarles el viejo unodós unodós con mucha ultraviolencia. Había otras imágenes dechelovecos a quien les daban con la bota justo en ellitso y elcrobo rojo rojo por todas partes, y dije que me gustaría estar también en eso. Y había una imagen del viejonago que eradrugo delchaplino de la prisión, y se lo veía cargando la cruz y subiendo la colina, y yo expliqué que me gustaría manejar el viejo martillo y los clavos. Muy bien. Pregunté:.

Lou Nicholes
Presentando Family Times: Lou Nicholes

¿Por qué no te comprometes a tener devociones diarias con nosotros todos los días de este año? Regístrate al final de la página para recibirlas en tu correo electrónico todos los días. ¡Deja que Dios haga algo especial en tu vida! 

¿QUÉ SACÓ DE TU TIEMPO DE SILENCIO HOY?

Esta es una pregunta que Jack Wyrtzen me hizo en una conversación telefónica hace muchos años. Me gustaría hacerte la misma pregunta. Me quedé sin palabras porque no tenía un plan para leer la Palabra de Dios todos los días y compartirla. Como resultado, esta pregunta cambió el curso de mi vida al leer la Palabra de Dios y compartir mis pensamientos con mi familia y otras personas todos los días. Si deseas recibir estos pensamientos, solo haz clic en el botón a continuación y es gratis .

  • Te llegará por correo electrónico diariamente o una vez a la semana, según elijas.
  • Le llevará a través de la Biblia en 6 años, frase por frase o tema por tema.
  • Llega a ti en pequeños fragmentos de unos pocos versículos cada día.
  • Podrás elegir cualquier versión de la Biblia que quieras leer con un solo clic.
  • Después de leerlo puedes escribir tus pensamientos y aplicaciones si así lo deseas.
  • Luego puedes hacer clic en mi comentario que incluye una explicación sencilla del contenido, una ilustración práctica y una aplicación personal.
  • Hay una página de oración y alabanza de los misioneros que cambia semanalmente.
  • Hay un versículo para memorizar semanalmente que corresponde con lo que estás leyendo.
  • Hay un lugar donde puedes escribir tus pensamientos o hacer preguntas diariamente.

Somos una familia misionera que ha ministrado con Word of Life Fellowship desde 1962. Esta es una organización internacional de jóvenes fundada por Jack Wyrtzen, con sede en Schroon Lake, Nueva York. Lou Nicholes creció en una pequeña granja en el sureste de Ohio.

Continuar