15 de enero de 2025
Comentario destacado
How to write a college compare and contrast essay
A la mañana siguiente me desperté oh a las ocho oh oh horas, hermanos míos, y seguía cansado, gastado, abrumado y deprimido, y tenía losglasos cerrados de sueño verdadero yjoroschó, de modo que pensé no ir a la escuela. Se me ocurrió quedarme unmalenco más en la cama, digamos una hora o dos, y luego vestirme con tranquilidad, quizás incluso darme un chapuzón en la bañera, hacerme tostadas yslusar la radio o leer la gasetta, todoodinoco . Y por la tarde, después de almorzar, quizá podría, si se me daba la gana, irme a la viejascolivola y ver lo que estabavaritándose en ese gran templo del saberglupo e inútil. Hermanos míos, oí a mi pe gruñendo y tropezando, y luego marchándose a la tintorería donderabotaba , y luego a mi eme que me llamaba con unagolosa muy atenta, como hacía ahora que me estaba convirtiendo en un hombre grande y fuerte: –Bueno, que me cuelguen si no es ese gordo maloliente, el cabrón Billy y toda la porquería. ¿Cómo estás, botellón de aceite de cocina barato? Acércate, que te daré una en losyarblocos , si es que los tienes, eunuco grasiento. –Me acuerdo -dijo el cantor-. Me acuerdo de cuando yo era chico y soñaba con países lejanos. Qué lindo. Bueno, otra vez lastarria guerra de 1939-1945, y era una película toda manchada, con rayas y grietas, y se podíavidear que había sido hecha por los alemanes. Comenzaba con las águilas alemanas y la bandera nazi y esa cruz toda retorcida que a losmálchicos de la escuela les gusta dibujar, y había oficiales alemanes muy altaneros ynadmeños caminando por calles polvorientas, entre agujeros de bombas y edificios caídos. Después se vieron unosliudos fusilados contra la pared, oficiales dandoórdenes y también horriblesplotosnagos tirados en las alcantarillas, todos como jaulas de costillas peladas y lasnogas blancas y delgadas. Después aparecían otrosliudos quecrichaban, pero eso no se oía en la banda de sonido, oh hermanos -el único sonido era la música-, y los oficiales lostolchocaban mientras se los llevaban a la rastra. Y en eso, a pesar de todo el dolor y las náuseas, comprendí que la música que resonaba y crepitaba en la banda de sonido era de Ludwig van, el último movimiento de la Quinta Sinfonía, y entoncescriché como unbesuño: -¡Basta! -criché-. Basta,sodosgrasños y asquerosos.¡Un pecado, sí, eso, eso, un sucio e imperdonable pecado,brachnos! -No suspendieron en seguida la filmación, porque sólo faltaban un minuto o dos- unosliudos apaleados ycrobosos, más pelotones de fusilamiento, luego la vieja bandera nazi y FIN. Pero cuando se encendieron las luces, este doctor Brodsky y también el doctor Branom estaban de pie frente a mí, y el doctor Brodsky decía: Te reías divertida. –¡Qué! -le comenté a Glorita que estaba conmigo arriba-. ¡Le dieron vino de consagrar a esta cotorra, o qué, que se le soltó la lengua! –Es cierto. En los últimos años han disminuido mucho las enfermedades microbianas. Lo que sigue aumentando es la locura. Me gustas -dijo después. Lo dijo de un modo extraño, como si en realidad estuviera pensando: Aunque no me gustes nada, creo que me gustas un poco. -¿Cuántos años tenés? Ese miércoles, el viaje protocolar del presidente a España y las noticias de Montesinos que siguen llegando desde Lima han obligado a Camargo a modificar dos veces la portada de El Diario. Puede concentrarse en más de una realidad a la vez, pero los acontecimientos que suceden fuera de él no le interesan porque se desplazan solos, sin necesidad de su control. Es verdad que, al narrarlos, los modifica. ¿Qué valor tiene eso? Les prestaría atención si también lo modificaran a él, pero nada en el mundo altera el hierro de su sustancia, nada lo obliga a ser lo que no quiere. Salvo la mujer: eso lo saca de quicio. En el orden de la historia, ella es mucho menos que una variación atmosférica, un color que se destiñe, el aleteo de una foca. Pero en el orden de su vida ocupa un espacio que lo asfixia y que no le permitirá ser él hasta que no lo reduzca a su verdadero tamaño de nada, loconfine en la playa más remota de sus pensamientos. Si la mujer acepta, se casará con ella: poseerla como un objeto, pintarla en la pared, lo dejará en paz. Y si se niega? Pero no hay razón alguna para que se niegue. Es una persona en ruinas y él le ofrece reconstruirla, rehacerla desde cero. –Un elefante. –Al principio siempre es ambiguo -estabas diciendo. Y yo pensé al principio de qué, de qué cosa que ocurre siempre. -Lo desconocido está rodeado de misterio y por eso es hermoso. Patricio tiene razón. Conocer a la gente es como matarla. Elcheloveco que estaba sentado a mi lado -porque había esos asientos largos, de felpa, pegados a las tres paredes- tenía una expresión perdida, con losglasos vidriosos y mascullandoslovos , como«De las insípidas obras de Aristóteles, que producen ciclámenes, brotan elegantes formaniníferos». Por supuesto, estaba en otro mundo, en órbita, y yo sabía cómo era eso, porque lo había probado como todos los demás, pero en ese momento me puse a pensar, oh hermanos, que era unavesche bastante cobarde. Te estabas ahí después de beber elmoloco , y se te ocurría elmeselo de que las cosas de alrededor pertenecían al pasado. Todo lovideabas clarísimo -las mesas, el estéreo, las luces, las niñas y losmálchicos– pero era como unavesche que solía estar allí y ya no estaba. Y te quedabas hipnotizado por la bota, o el zapato o la uña de un dedo, según el caso, y al mismo tiempo era como si te agarraran del pescuezo y te sacudieran igual que a un gato. Te sacudían sin parar hasta vaciarte. Perdías el nombre y el cuerpo, y te perdías tú mismo, y esperabas hasta que la bota o la uña del dedo se te ponían amarillas. cada vez más amarillas. Después, las luces comenzaban a restallar como átomos, y la bota o la uña del dedo, o quizás una mota de polvo en los fundillos de los pantalones se convertían en unmesto enorme, grandísimo, más grande que el mundo, y ya te iban a presentar al viejoBogo o Dios, y entonces todo concluía. Gimoteando volvías al presente, con larota preparada para llorar a grito pelado. Todo muy lindo, pero muy cobarde. No hemos venido a esta tierra para estar en contacto con Dios. Esas cosas pueden liquidar toda la fuerza y la bondad de uncheloveco . Verónica y los demás, en el patio andaluz, rodeaban al doctor Urba y al padre Cherubini. Vi a Inés, muy cerca de la puerta. Me miraba con más alarma que de costumbre. Por sobre la barahúnda de los claxons de pronto sonaron unos tiros y el rostro se le suavizó: A eso de las once, como todas las noches, Camargo abre las cortinas de su cuarto en la calle Reconquista, dispone el sillón a un metro de distancia de la ventana para que la penumbra lo proteja, y espera a que la mujer entre en su ángulo de mira. A veces la ve cruzar como una ráfaga por la ventana de enfrente y desaparecer en el baño o en la cocina. Lo que a ella más le gusta, sin embargo, es detenerse ante el espejo del dormitorio y desvestirse con suprema lentitud. Camargo puede contemplarla entonces a su gusto. Muchos años atrás, en un teatro de variedades de Osaka, vio a una bailarina japonesa despojarse del quimono de ceremonia hasta quedar desnuda por completo. La mujer de enfrente tiene la misma altiva elegancia de la japonesa y repite las mismas poses de fingido asombro, pero sus movimientos son aún más sensuales. Inclina la cabeza como si se le hubiera perdido algún recuerdo y, luego de pasarse la punta de los dedos por debajo de los pechos, los lame con delicadeza. Para no perder ningún detalle, Camargo la observa a través de un telescopio Bushnell de sesenta y siete centímetros que está montado sobre un trípode. –Así como me ves -dijo el jujeño-, yo estudié astronomía. Y no me desacomplejé. No sé si es Jujuy o el país, pero no me acostumbro a la Gravitación Universal. Más que nada yo me tomaría una ginebra..

Lou Nicholes
Presentando Family Times: Lou Nicholes

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Somos una familia misionera que ha ministrado con Word of Life Fellowship desde 1962. Esta es una organización internacional de jóvenes fundada por Jack Wyrtzen, con sede en Schroon Lake, Nueva York. Lou Nicholes creció en una pequeña granja en el sureste de Ohio.

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