15 de enero de 2025
Comentario destacado
How do we write essay
Según parece ahora no podía mantenerme consciente mucho tiempo, pues volví a dormirme casi en seguida, muyscorro, pero dos minutos más tarde tuve la seguridad de que estaptitsa enfermera había vuelto con varioschelovecos de chaquetas blancas, y que mevideaban con el ceño muy fruncido, haciendo hum hum hum frente a Vuestro Humilde Narrador. Y estoy seguro que con ellos estaba el viejochaplino de lastajagoborando: -Oh, hijo mío, hijo mío -y despidiendo unvono muy rancio de whisky y diciendo luego:- Pero no quise quedarme allí, oh no. De ningún modo podía aceptar lo que estosbrachnos les están haciendo a los pobresprestúpnicos. Así que me fui y ahora predico sermones denunciando todo, mi pequeño y bienamado hijo en J. C. –Ya sé que se queda -dijo Patricio. Estabas de espaldas. Pasaste una mano por detrás de la nuca, te recogiste lentamente el pelo y lo echaste sobre uno de tus hombros. Un movimiento de acuario. Contra la noche del cerro, tu perfil y tu cuello emergieron de la nada, como una epifanía. ¿La noche anterior? ¿En el Paraninfo? Yo no recordaba en absoluto que Santiago hubiera hablado de algo la noche anterior. Claro que la realidad no suele ser como yo la percibo. Con un gran esfuerzo pensé en el Paraninfo. Recordé un relámpago amarillo. Recordé, pero como si hubieran pasado siglos, la mirada de Inés y, de pronto, la belleza taciturna de tu rostro sobre un puro fondo de niebla. Miré a Santiago; a juzgar por su expresión, tampoco recordaba mucho. –Puedo ir yo y forzar un diálogo con el abad de Los Toldos, si les parece -propuso Reina-. Como soy mujer, va a contestar a mis preguntas sin pensar en lo que dice. Volvió a darme la espalda, después me miró de frente. Frrshsbomborombom… booom! –No. Dentro de ocho años tendrías mi edad de ahora. –En el único, no se haga el tonto. Usted no es así. Le estoy preguntando si le gustan. –¿Eh? -pregunté, porque noponimaba muy bien lo que me decía. –Y ése es por fin todo el misterio -dijo Verónica-. Él es capaz de hacer cualquier cosa, por ella, y ella lo sabe. –¿Mamama? No quiero explicarles, oh hermanos, qué otras horriblesvesches me obligaron avidear esa tarde. Las mentes de este doctor Brodsky y el doctor Branom y los otros de chaquetas blancas, y recuerden que estaba estadébochca manejando las llaves y mirando los medidores, deben haber sido máscalosas y sucias que cualquierprestúpnico de la propiastaja. Porque no me parece posible que a unveco se le ocurriese siquiera hacer películas con lo que me obligaban avidear, atado al sillón y losglasos abiertos a la fuerza. Loúnico que yo podía hacer eracrichar muygronco que pararan, que pararan, y así en parte ahogaba el ruido de los quedratsaban y peleaban, y también de la música que acompañaba todo. Ya se imaginan qué alivio fue cuando vi la última película y este doctor Brodsky dijo, con unagolosa aburrida y somnolienta: -Creo que es suficiente para el Día Uno, ¿no le parece, Branom? -Y se encendieron las luces, y lagolová me palpitaba como un motorbolche y grande que fabrica dolores, y tenía larota toda seca ycalosa, y la sensación de que podía vomitar hasta el último pedazo depischa que había comido, oh hermanos míos, desde el día que me destetaron.- Muy bien -dijo este doctor Brodsky-, pueden llevarlo a la cama. -Me dio unos golpecitos en el plecho y dijo: -Bien, bien. Un comienzo muy promisorio -sonriendo con todo ellitso, y se alejó seguido por el doctor Branom; pero antes de irse el doctor Branom me echó una sonrisa muydruga y simpática, como si él no tuviese nada que ver con estavesche, y lo hiciese obligado como yo. Yo amenazaba meterme nuevamente en el aula. –Permita que nos ocupemos nosotros de todo, doctor -insiste Sicardi, solicito-. Cómo va a andar usted en esas minucias, con la tragedia que le ha ocurrido..

Lou Nicholes
Presentando Family Times: Lou Nicholes

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¿QUÉ SACÓ DE TU TIEMPO DE SILENCIO HOY?

Esta es una pregunta que Jack Wyrtzen me hizo en una conversación telefónica hace muchos años. Me gustaría hacerte la misma pregunta. Me quedé sin palabras porque no tenía un plan para leer la Palabra de Dios todos los días y compartirla. Como resultado, esta pregunta cambió el curso de mi vida al leer la Palabra de Dios y compartir mis pensamientos con mi familia y otras personas todos los días. Si deseas recibir estos pensamientos, solo haz clic en el botón a continuación y es gratis .

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Somos una familia misionera que ha ministrado con Word of Life Fellowship desde 1962. Esta es una organización internacional de jóvenes fundada por Jack Wyrtzen, con sede en Schroon Lake, Nueva York. Lou Nicholes creció en una pequeña granja en el sureste de Ohio.

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