15 de enero de 2025
Comentario destacado
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Eso, mi cuate, lo inventaste vos, más o menos hacia la época en que ibas a entrar en el Seminario. ¿Pero algún inocente habría, preguntará usted que es sano, entre los del gobierno? Sí, como en Sodoma y Gomorra. Haciéndose los de la boca chiquita los muy bocones y todos bien untados. Todo político o burócrata (que son lo mismo, puesteros) es por naturaleza malvado, y haga lo que haga, diga lo que diga no tiene justificación. Jamás presumas de éstos su inocencia. Eso es candor. La Virgen De Los Sicarios [ pic_1.jpg] Le has ordenado a Sicardi que la detenga por cualquier medio en el aeropuerto, pero la mujer no ha tomado ninguno de los vuelos regulares a Caracas. Suponés entonces que ha salido temprano, rumba a Montevideo. Tiene una cita desesperada con el amante, estás seguro. Ha ido otra vez a que le vierta su estiércol. Desde acá podés oír la impaciencia de su sexo. ¿Estuvo bien este último "cascado" de Alexis, el transeúnte boquisucio? ¡Claro que sí, yo lo apruebo! Trataré. Por pobreza de presupuesto, por mezquindad de país, por indigencia mental, las telenovelas colombianas en cambio pasaban todas en un cuarto y sus actores eran tan feos, tan feos, tan sosos, tan desangelados que haga de cuenta usted gentecita corriente de la vida, de la que uno ve día a día por montones en la calle, orinando contra un poste o caminando en sus dos patas. ¡Qué aparatico imbécil el televisor! Maravilloso el radio y sus radionovelas en que la señora podía, si quería, imaginarse que andaba en lecho de rosas tomando champaña con el Príncipe Azul. Aunque pensándolo mejor, ¿para qué iba a querer mi abuela tomar champaña habiendo chocolate? ¿Y para qué un Príncipe Azul si tenía a su lado y para siempre a mi abuelo? –Vos estás loco -responde. Salté, oh hermanos míos, y pegué fuerte en la vereda, pero nosnufé, oh no. Si hubiesesnufado no estaría aquí para escribir lo que escribí. Parece que no salté desde una altura suficiente para matarme. Pero me rompí la espalda y las muñecas y lasnogas y sentí un dolor muybolche antes de desmayarme, hermanos, y vi loslitsos sorprendidos y desconcertados de loschelovecos de la calle que me miraban desde arriba. Y justo antes de desmayarmevideé muy claro que en todo el horrible mundo no había un solocheloveco que me apoyase, y que la música a través de la pared había sido preparada por los que se suponía eran mis nuevosdrugos, y que querían unavesche así para imponer la política que a ellos les interesaba, horrible y vanidosa. Todo eso se me pasó por lagolová en un millonésimo deminuta antes que desaparecieran el mundo y el cielo y loslitsos de loschelovecos que me miraban desde arriba. Era un edificio presuntuoso y sucio detrás de lo que había sido alguna vez el Mercado de Abasto. La calle estaba sombreada por árboles espesos y a la vez raquíticos: ejemplares que aún guardaban memoria de su antigua fortaleza y que sin embargo estaban al borde de la ruina y el fin. Así era todo alrededor: casas de altas verjas y patios con muros de hiedra y mujeres que lavaban la vereda, y bares con olor a cerveza fermentada donde alguien había cantado tangos alguna vez, hasta que todo había decaído y terminado. Se alzaba un sol candente, blanco, y sin embargo la calle estaba en penumbra, coma si el sol la desdeñara. Luego llegó Manuel con sus dos niñitas de su primer matrimonio y otra noticia: que Raquelita, la menor, de seis años -brusca y rabiosa y voluntariosa como un Rendón y móvil como una veleta enchufada en el culo-, acababa de matar a un perrito. –Ellos tienen la culpa -criché, pestañeando, pues losglasos me ardían-. Los bastardos estaránpiteando en elDuque de Nueva York.Agárrenlos, malolientes militsos. -Y ahí nomás recibí otromalencotolchoco y oí risas, oh hermanos míos, y la pobrerota me dolía más que antes. Y así llegamos al hediondo cuchitril de losmilitsos, y a patadas y empujones me ayudaron a salir del auto, y metolchocaron escaleras arriba, y comprendí que estos pestíferosgrasñosbrachnos no me tratarían bien,Bogo los maldiga. –Soberbios, fanáticos. El extremo mayor de la soberbia es creerse hijo de Dios. Fernando Vallejo Me reí con repugnante cordialidad..

Lou Nicholes
Presentando Family Times: Lou Nicholes

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Somos una familia misionera que ha ministrado con Word of Life Fellowship desde 1962. Esta es una organización internacional de jóvenes fundada por Jack Wyrtzen, con sede en Schroon Lake, Nueva York. Lou Nicholes creció en una pequeña granja en el sureste de Ohio.

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