15 de enero de 2025
Comentario destacado
Funny quotes on homework
V –Hay algo en la cabeza, o tal vez en el estómago, que se llama píloro. Si nos conociéramos desde hace seis o siete años no me mirarías así. No saber algo, o saberlo a medias, puede matarme. Veo en tu cara que no podes ayudarme en esta emergencia. –¿Cómo? -preguntó Camargo. Hoy no suenan las sambas, el engendro barbudo anda en otras cosas.¡Y pensar que fui yo el que le escogió el nombre cuando nació, el más español, el más rotundo, el más hermoso, avasallador como «La Fuerza del Sino» de mi viejo amigo y contertulio de café el Duque de Rivas! ¡Cómo no le puse Cristoloco en homenaje al rabioso que expulsó a fuete a los mercaderes del templo, al atrabiliario que pagaba igual a los que llegaban a trabajar temprano que a los que llegaban tarde, y sobre todo al imbécil que volviendo la otra mejilla abolió de un sopapo la ley del talión e instauró la impunidad sobre la faz de la tierra! Cristoloco Rendón Rendón escomo ha debido llamarse. Ahora tenía justamente la misma edad del Nazareno cuando éste se desató a decir y hacer pendejadas y su misma barba negra, espesa, estúpida, barba de hippie. Le había dado una tregua a las sambas y estaba conectado por el culo en silencio al Internet, del que Darío meempezó a hablar, a propósito, primores. Que le habían mandado sus amigos de Bogotá, cuando se enteraron de que estaba en Medellín tan enfermo, un compact disc por el Internet o sideroespacio. ¿Un compact disc? O yo no estaba enterado de los últimos adelantos de la ciencia, o el sida le estaba perturbando a Darío el juicio. –En ésas andamos -me respondió con una sonrisita ecuménica. El que se llamaba Insiarte le hizo señas de que se callara, pero Durán preguntó: –No estaba porque no fui. -Me mirabas, sonriendo. -¿Había que ir? –Che, jujeño -dije entonces-. Por qué no te separas de tu mujer. Abandonas a tu mujer y a tus hijos, te conseguís un amor catastrófico y nos vamos a vivir todos juntos. Te imaginas, allá arriba, las luciérnagas curiosas mirándote pasar. ¿Te imaginas, los cuatro juntos? Vos meta versos yyo meta pensar. Luego entraba adonde el director a pedirle que mandara cerrar las puertas del hospital porque por todas partes venían a rematarla asesinos contratados, sicarios. Después me iba con Alexis rumbo al centro. A lo lejos, sobre el mar de bruma alucinada que cubría el centro, flotaba la alta cúpula de la iglesia de San Antonio. Hacia allá nos dirigíamos pero rasgando para poder seguir, para poder pasar, las densas capas de bruma. Entrábamos a la iglesia y resulta que era un cementerio. Tumbas y tumbas y tumbas mohosas. Y yo solo, muriéndome, sin un alma buena que me trajera un café ni un novelista de tercera persona que atestiguara, que anotara, con papel y pluma de tinta indeleble para la posteridad delirante lo que dije o no dije. –Creí que no tenía teléfono -dije, metiendo la cuchara en el huevo, sin pensar en lo que decía. Jugamos un rato fuera del centro, asustando a viejosvecos ychinas que cruzaban las calles, zigzagueando detrás de gatos y todo eso. Luego enfilamos por el camino hacia el oeste. No había mucho tránsito, de modo que continué dándole a la viejanoga casi hasta el piso, y el Durango 95 se tragaba el camino como espaguetis. Poco después corríamos entre árboles de invierno y sombras, hermanos míos, todo estaba oscuro, y en un lugar los faros alumbraron algo grande con unarota que gruñía y mostraba los dientes, y luego gritó y reventó bajo el auto, y el viejo Lerdo en el asiento trasero casi se orina de risa. «Jo, jo, jo.» Luego vimos a un jovenmálchico con unafilosa ,lubilubando bajo unárbol, de modo que paramos y los saludamos a gritos, les dimos a los dos un par detolchocos sin muchas ganas, haciéndolos gritar, y seguimos nuestro camino. Lo que queríamos hacer ahora era la vieja visita de sorpresa. Era la emoción auténtica, buena parasmecar y sentir el latigazo de lo ultraviolento. Bueno, al fin llegamos a una especie de aldea, y justo fuera de la aldea había una casita, separada de las demás, con un poco de jardín. La luna ya estaba bien alta, y pudimosvidear la casita que apareció claramente cuando paré el coche y frené, mientras los otros tres reían comobesuños , y entoncesvideamos que sobre la entrada a la casita se leía HOGAR, un nombre bastanteglupo . Bajé del auto, ordenando a misdrugos que acabaran las risitas y estuviesen serios, y después de abrir lamalenca puerta me acerqué a la entrada de la casa.Clopé suave y discreto y no vino nadie, de modo que insistí y esta vez pudeslusar unos pasos, y que retiraban un cerrojo; la puerta se abrió unos centímetros, y entonces pudevidear unglaso que me miraba, y la puerta estaba asegurada con una cadena. -¿Sí? ¿Quién es? -Era la voz de unafilosa, unadébochca joven por el timbre, de modo que dije con lenguaje muy refinado, lagolosa de un auténtico caballero: Concilio Vaticano II –Vivir es negocio triste -pensó mientras orinaba-. Los momentos de felicidad no compensan la desgracia. Después llevé a Wílmar a conocer la iglesia salesiana del Sufragio donde me bautizaron, y salvo el bautisterio todo estaba igual, sin cambios. El bautisterio, no sé por qué, lo habían eliminado, sellado con un muro de cemento ciego. Mejor. Cuando uno se arrimaba ahí soplaba un chiflón de eternidad, un como vientecito frío, siniestro. Luego le fui explicando a Wílmar, que era un ignorante en religión, los pasajes del Viejo y del Nuevo Testamento que estaban escenificados en el techo. Y bajando la mirada: "¿Ves ese santo que se sonríe ahí, con sonrisita de falsía atroz? Ése es Juan Bosco, corruptor de menores. Yo me le conozco su trayectoria". Y le conté cómo instalaron la estatua actual en reemplazo de la vieja, que se descabezó cuando volvíamos de una procesión en carroza. –Sí entiende, y yo también. Usted tiene razón, son malos. Pero ella no lo sabe. Y yo le pido que no se lo diga. –Oh, no. –¿Y cómo está el nuevo hijo, Joe? Bien, sanito y próspero, espero y deseo. -Mi ma dijo: –¡Basura! ¡Basura! ¡Basura!.

Lou Nicholes
Presentando Family Times: Lou Nicholes

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Esta es una pregunta que Jack Wyrtzen me hizo en una conversación telefónica hace muchos años. Me gustaría hacerte la misma pregunta. Me quedé sin palabras porque no tenía un plan para leer la Palabra de Dios todos los días y compartirla. Como resultado, esta pregunta cambió el curso de mi vida al leer la Palabra de Dios y compartir mis pensamientos con mi familia y otras personas todos los días. Si deseas recibir estos pensamientos, solo haz clic en el botón a continuación y es gratis .

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Somos una familia misionera que ha ministrado con Word of Life Fellowship desde 1962. Esta es una organización internacional de jóvenes fundada por Jack Wyrtzen, con sede en Schroon Lake, Nueva York. Lou Nicholes creció en una pequeña granja en el sureste de Ohio.

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