15 de enero de 2025
Comentario destacado
Essays by montaigne
–Una señorita preguntó por usted -oí, en el hotel. A la mañana siguiente me desperté oh a las ocho oh oh horas, hermanos míos, y seguía cansado, gastado, abrumado y deprimido, y tenía losglasos cerrados de sueño verdadero yjoroschó, de modo que pensé no ir a la escuela. Se me ocurrió quedarme unmalenco más en la cama, digamos una hora o dos, y luego vestirme con tranquilidad, quizás incluso darme un chapuzón en la bañera, hacerme tostadas yslusar la radio o leer la gasetta, todoodinoco . Y por la tarde, después de almorzar, quizá podría, si se me daba la gana, irme a la viejascolivola y ver lo que estabavaritándose en ese gran templo del saberglupo e inútil. Hermanos míos, oí a mi pe gruñendo y tropezando, y luego marchándose a la tintorería donderabotaba , y luego a mi eme que me llamaba con unagolosa muy atenta, como hacía ahora que me estaba convirtiendo en un hombre grande y fuerte: –¿Por qué? -dijiste-. Eso, lo que acabas de hacer. ¡Por qué me apartaste? -Tenías los ojos muy abiertos, como si volvieras de caminar por una casa a oscuras. -No, no me lo digas… Oíme, por favor… No me hagas nada malo. -Hablabas con la vehemencia desamparada de una loca. -Nunca me hagas nada malo, ni dejes que te lastime. Pero la melodía estaba bien, como lo supe cuando me despertaron dos o diez minutos o veinte horas o días o años después, pues me habían quitado el reloj. Ahí estaba unmilitso, como a kilómetros y kilómetros más abajo, y me pinchaba con un garrote que tenía un clavo en el extremo, al tiempo que decía: ¡Claro que no existe! Pongo mis cinco sentidos alerta más la antena del televisor a ver si lo capto, pero no, nada, todo borroso. Lo único que existe es lo que veo: un conejo. Y el conejo se va… En cuanto a Cristo, ¡cómo se va a realizar Dios, que es necesario, por los caminos contingentes, concretos, de un hombre! Y rabioso. Me gustaría ver a ése funcionando en Medellín, tratando de sacar a fuete a los mercaderes del centro; no alcanza a llegar vivo a la cruz: se lo despachan antes de una puñalada con todo y fuete. ¿Rabieticas aquí? Me levanté de la cama y me dirigí a un rincón del cuarto donde no me pudiera ver. Allí saqué la jeringa del bolsillo y le quité el protector a la aguja. Luego regresé a su lado y a la botella de suero: sus ojos vidriosos, perdidos, miraban al techo. Entonces hundí la aguja en el tubo de plástico, presioné el émbolo, y con la última gotica de suero que caía empezó a entrar el Eutanal. –¿Cuánto tiempo hace que estoy aquí? Las pantallas mostraron una doble fila de peregrinos que daba vueltas por la gran plaza frente a la basílica de Luján con velas encendidas. En un extremo, junto a los ómnibus de turismo, Camargo reconoció el camión de la obra social que los había llevado. A cada instante el gobierno añadía una nueva pista a su circo místico, una acrobacia inesperada. Algunos de los peregrinos avanzaban de rodillas, otros inclinaban las velas para que el sebo ardiente les quemara las manos. La plaza se había llenado de vendedores ambulantes que ofrecían ramitas falsas del limonero de Olivos mojadas en agua bendita. Podría avisarles que Camargo viene para acá, se dijo Reina. Ya habrá pasado Carmen de Areco. Andará por la llanura sintiendo la rareza de la quietud, porque en lo liso todo parece estar siempre inmóvil salvo el cielo: las estrellas, las nubes, el arco sin luz del horizonte van desplazándose como ovejas obedientes mientras lo que hay en la Tierra siente que no avanza hacia ninguna parte, sólo salta de una oscuridad a otra oscuridad. Pero si digo lo que sé, me acosarán con preguntas que no quiero contestar. Ya van a tener todas las respuestas en el diario de mañana. Se rió y me dijo que anotara a mi vez, por el reverso de la servilleta, lo que yo esperaba de esta vida. Iba a escribir "nada" pero se me fue escribiendo su nombre. Cuando lo leyó se rió y alzó los hombros, gesto que prometía todo y nada. Le pregunté si se le ponía tilde a "Wílmar" y me contestó que daba igual, que como yo quisiera. "Entonces digamos que sí". Sintió que Brenda trataba de apagar los sollozos que se le habían encendido, pero eran demasiados. De las cenizas de un sollozo brotaban las llamas de otro. 5 –De nada te estás perdiendo, papi, si te morís ahora -le dije-. Esto es la ignominia renovada..

Lou Nicholes
Presentando Family Times: Lou Nicholes

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¿QUÉ SACÓ DE TU TIEMPO DE SILENCIO HOY?

Esta es una pregunta que Jack Wyrtzen me hizo en una conversación telefónica hace muchos años. Me gustaría hacerte la misma pregunta. Me quedé sin palabras porque no tenía un plan para leer la Palabra de Dios todos los días y compartirla. Como resultado, esta pregunta cambió el curso de mi vida al leer la Palabra de Dios y compartir mis pensamientos con mi familia y otras personas todos los días. Si deseas recibir estos pensamientos, solo haz clic en el botón a continuación y es gratis .

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Somos una familia misionera que ha ministrado con Word of Life Fellowship desde 1962. Esta es una organización internacional de jóvenes fundada por Jack Wyrtzen, con sede en Schroon Lake, Nueva York. Lou Nicholes creció en una pequeña granja en el sureste de Ohio.

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