15 de enero de 2025
Comentario destacado
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–Sí, sí, sí, llámelos, protéjame de estos viejos locos. -Observé que elveco empleado no tenía muchas ganas de meterse en ladratsada ni de salvarme de la rabia y la locura de esosvecosstarrios; de modo que enderezó para la oficina, o para el lugar donde estaba el teléfono. Ahora los viejos jadeaban mucho, y me pareció que si les daba un empujón se irían al suelo, pero me dejé sujetar, muy paciente, por todas esasrucasstarrias, cerrando losglasos y sintiendo los débilestolchocos en ellitso, yslusando también las viejasgolosas jadeantes y agitadas quecrichaban: -Puerco joven, asesino, matón, bandido, liquídenlo. -En eso recibí untolchoco realmente doloroso en la nariz, así que me dije al diablo al diablo, abrí losglasos y empecé a pelear para librarme, lo que no fue difícil, hermanos, y me fui corriendo ycrichando a la especie de vestíbulo que estaba fuera de la sala de lectura. Pero losstarrios vengadores vinieron detrás, jadeando como moribundos, alzando las garras animales que trataban de clavarse en Vuestro Amigo y Humilde Narrador. Allí tropecé y caí al suelo, y me patearon otra vez, y entoncesslusé lasgolosas de unosvecos jóvenes quecrichaban: -Está bien, está bien, basta ya -y comprendí que había llegado la policía. Por lo que a mí respecta y hasta donde yo recuerde, yo jamás, jamás, jamás de los jamases me he dado de topes contra el pisó- con la cabeza. Será porque tengo el Rendón en segundo término, diluido. Aplausos. Larga oscuridad para que nos calmemos. Luz de sala. –Perfecto, perfecto, ¿eh? Este muchacho puede ser un instrumento perfecto, ¿eh? Hasta convendría que pareciera todavía más enfermo y estúpido que ahora. Cualquier cosa por la causa. Seguramente se nos ocurrirá algo. Todos los noticieros exhibieron imágenes del rescate. En un mar sin viento, bajo la luna radiante, los buzos recuperaron los restos del avión antes de la medianoche. No les fue tan fácil encontrar el cadáver del piloto, que apareció flotando a la madrugada del lunes, treinta kilómetros mar adentro, sin nada que lo identificara. –¿Qué tienen en casa, hermanitas, para oír esos gorgoritos peludos? -Porque ya había visto que los discos que estaban comprando eran esasvesches pop para chicos.- Apuesto a que loúnico que tienen son esos juguetes portátiles como vitrolas de picnic. -Al oír esto lasptitsas fruncieron las boquitas.- Vengan con papá -les dije-, y escuchen como es debido. Las trompetas de los ángeles y los trombones del infierno. Están invitadas. -Y les hice una especie de reverencia. Otras risitas, y una de ellas, dijo: Publiqué la novelaA Clockwork Orangeen 1962, lapso que debería haber bastado para borrarla de la memoria literaria del mundo. Sin embargo se resiste a ser borrada, y de esto la versión cinematográfica de Stanley Kubrick es la principal responsable. De buena gana la repudiaría por diferentes razones, pero eso no está permitido. Recibo cartas de estudiantes que tratan de escribir tesis sobre la novela, o peticiones de dramaturgos japoneses para convertirla en una suerte de obra de teatro noh. Así pues, es altamente probable que sobreviva, mientras que otras obras mías que valoro más muerden el polvo. Esta no es una experiencia inusual para los artistas. Rachmaninoff solía lamentarse de que se le conociera principalmente por un Preludio en Do menor sostenido que compuso en la adolescencia, mientras que sus obras de madurez no entraban nunca en los programas. Los niños afilan sus dientes pianísticos en un Minueto en Sol que Beethoven compuso sólo para poder detestarlo. Tendré que seguir viviendo conLa naranja mecánica,y eso significa que me liga a ella un cierto deber de autor. Tengo un deber muy especial hacia ella en los Estados Unidos, y será mejor que explique en qué consiste. –Vos no eras verdadera. No eras otra.-Para tu padre sí, en ese momento. -¿En ese momento? No, nunca. No puede distinguir una persona de un micrófono.-Claro que sabe. Las personas somos para los demás no como somos sino como nos quieren ver. –Muy bien, muchachos, comenzaremos demostrándole que también nosotros conocemos la ley, pero que conocerla no es suficiente. -Tenía unagolosa de caballero y hablaba con aire muy fatigado; y al hacerlo asintió con sonrisa dedrugo a un bastardo grande y gordo. El bastardo grande y gordo se quitó la túnica, y uno podíavidear que tenía una panza grande ystarria; y entonces se me acercó no muyscorro, y cuando abrió larota en una mueca lasciva y muy cansada, le olí elvono delchai con leche que había estadopiteando. Para sermilitso no tenía la cara muy bien afeitada, y uno podíavidearle parches de sudor seco en la camisa, bajo los brazos, y despedía ese olor parecido a cera de oídos. De pronto cerró laruca roja y hedionda y me la descargó justo en la barriga, lo que no estuvo bien, y todos los demásmilitsossmecaron con ganas, excepto el jefe, que conservó la sonrisa como cansada y aburrida. Tuve que apoyarme en la pared encalada, de modo que losplatis se me mancharon de blanco, y traté de recobrar el aliento, sintiendo un dolor agudo, y me pareció que iba a vomitar el pastel pringoso que había tragado por la tarde. Pero no pude soportar la idea de vomitar sobre el suelo, de modo que me contuve. Entonces vi que el matón gordo se volvía hacia losdrugosmilitsos para festejar realmentejoroschó lo que había hecho, así que levanté lanoga derecha, y antes que pudierancricharle aviso le apliqué un puntapié limpio y claro en la espinilla.Crichó como unbesuño, y se puso a dar saltos de un lado a otro. Esteban, en efecto, hacía ademanes más bien extraños. Como si tratara de ahuyentar a alguien por detrás de su espalda apartándolo repetidamente con las manos. La señorita Etelvina, intrigada, se puso en puntas de pie: estiraba mucho el cuello y oscilaba el cuerpo de derecha a izquierda intentando ver algo. Parece una cotorrita mirando pasar un desfile, pensó Esteban. Imagen que resultó muy superior a sus fuerzas y lo obligó a sentarse en el piso. Verónica se ríe. –¡Qué hubo, hermano! -lo saludé. Bien, a la mañana siguiente tuve que decirle adiós a la viejastaja, y me sentí unmalenco triste, como siempre le ocurre a uno cuando tiene que irse de un lugar al que ya se acostumbró. Pero no fui muy lejos, oh hermanos míos. A puñetazos y puntapiés me llevaron al nuevo edificio blanco que se levantaba después del patio donde hacíamos ejercicio. Era una construcción muy nueva y tenía un olor nuevo, pegajoso y frío que lo estremecía a uno. Me quedé de pie en el horrible ybolche vestíbulo desnudo y mi sensiblecluvo olfateó otrosvonos nuevos. Eran comovonos de hospital, y elcheloveco a quien me entregaron loschasos tenía puesta una chaqueta blanca, como un empleado de hospital. Firmó el recibo por mí, y uno de loschasos brutales que me había llevado dijo: -Cuidado con éste, señor. Un bruto bastardo ha sido y será, pese a todos los halagos y lisonjas al capellán de la prisión y la lectura de la Biblia. -Pero este nuevocheloveco teníaglasos azulesjoroschó que reían cuandogoboraba. –Quiere decir -dijo Verónica -que la gente, la gente real, no es. Veo que a esta altura el café no te va a servir de nada. -Sirvió dos vasos altos de whisky con hielo y le dio uno a Esteban. -¿Cómo te puedo explicar? La gente, la gente real, nunca es. La gente está. Va y viene, y todo es según cómo, y desde dónde se la mire llegar o irse. La mayoría de las veces lo mejor es no mirar. –Coman con papá. Digan dónde. Esto sucederá al día siguiente. Ahora todavía es de noche. –Si hubiese muerto habría sido todavía mejor para ustedes,brachnos políticos, ¿verdad,drugos falsos y traidores? -Pero loúnico que me salió fue er er er. Entonces me pareció que uno de los tres desplegaba un montón de recortes degasettas, y pudevidearme en una horrible fotografía, todo cubierto decrobo y tendido en una camilla que llevaban dosvecos, y me pareció recordar algo así como fogonazos que seguramente eran de losvecos fotógrafos. Con unglaso pude leer los titulares de los recortes, que temblaban en laruca delcheloveco, cosas como NIÑO VÍCTIMA DEL CRIMINAL PLAN DE REFORMA y GOBIERNO ASESINO, y aparecía la foto de unveco que me pareció conocido, y decía QUE LO ECHEN, y seguro que era el ministro del Inferior o Interior. En eso laptitsa enfermera dijo:.

Lou Nicholes
Presentando Family Times: Lou Nicholes

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Somos una familia misionera que ha ministrado con Word of Life Fellowship desde 1962. Esta es una organización internacional de jóvenes fundada por Jack Wyrtzen, con sede en Schroon Lake, Nueva York. Lou Nicholes creció en una pequeña granja en el sureste de Ohio.

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