15 de enero de 2025
Comentario destacado
English writing assignments
Bueno, quiero que sepan que cuando construyeron la celda la hicieron para tres personas, y ahoraéramos seis, apretados como sardinas. Y así eran las celdas de todas las prisiones en esa época, mis hermanos, una vergüenza decala, pues no había lugar para que uncheloveco estirase las piernas. Y no me creerán si les digo que ese domingobrosaron a otroplenio . Sí, ya habíamos recibido la horriblepischa de budín de carne y guisovonoso, y estábamos fumando tranquilamente uncancrillo en nuestros camastros, cuando nos echaron encima a esteveco. Era unvecostarrio y lengua larga, y comenzó acrichar antes que hubiésemos tenido tiempo devidear la situación. Trató de mover los barrotes, al mismo tiempo quecrichaba: -Exijo mis podridos derechos, esto es el colmo, es una maldita imposición, eso mismo es. -Pero vino uno de loschasos y le dijo que tenía que arreglárselas como pudiera, y compartir un camastro, si alguien se lo permitía, pues de lo contrario tendría que echarse en el suelo.- y -concluyó el guardia-, las cosas serán siempre peores, nunca mejores. Qué nuevo mundo están preparándose ustedes. "El abuelo", ha dicho Verónica señalando al pasar el gran retrato que acecha en el oscuro descanso de la escalera de caoba. Son las cuatro de la tardeyella sube a su habitación seguida por un Esteban Espósito que lleva una botella de whisky y que todavía era yo. Yo, bastante joven a esa hora de la siesta. Desde la ventana se ve un sector de las Catalinas. Dos cúpulas, tres patios. En uno de los patios está el cementerio y hay un pino. Un techo de pizarra; dos de tejas españolas. El Monserrat detrás, si se hace un pequeño esfuerzo. La cúpula de la Catedral y el campanario de la Compañía de Jesús. Asomándose a la ventana, los claustros de Santo Domingo. "El abuelo", ha dicho Verónica y lo repetirá esa noche en el parque de la quinta del Cerro de las Rosas. Alguien tocaba la guitarra y cantaba una zamba con caudillos y degüellos. Un campanario dio las dos de la mañana. El tiempo seguía comportándose de una manera extraña. Esteban tenía la sensación de haber envejecido desproporcionadamente desde su aventura en la escalera. O quizá era elefecto del whisky, que se había transformado en vino de La Caroya. Un fogón o un vivac y alguien cantando la versión salteña de la Felipe Várela. Vos estabas sentada sobre el pasto y acababas de decir "No me contestaste" o "Tengo frío", lo que según el caso significa que entre tu llegada a la fiesta y estas palabras han ocurrido o dejado de ocurrir algunas cosas. El diálogo junto al San Jorge de Uccello, por ejemplo, la conversación con la señorita Etelvina, cierto encuentro imposible con el doctor Cantilo, bajo un olmo. De cualquier modo hace muchos años que no soy yo quien decideel orden de estas páginas, o, para decir la verdad, hace muchos años quenadieles impone ningún orden. Pero como es absurdo pretender que se escriban a sí mismas, lo mejor es dejar que alguien cante unazamba yque la voz de Verónica comience a hablar del abuelo. Mientras ella hable, tu mano estará sobre la de Esteban. Tu mano un poco demasiado larga como para que el engarce sea perfecto. "Esto, en otro tiempo, debió ser un país en serio", dijo Verónica, y Esteban supo que por fin iba a escuchar la historia de Laureano Zamudio, compadre de Güemes, coronel improvisado del ejército del Alto Perú, que se batió en Salta y en Tucumán y en Vilcapugio y Ayohuma por un sentimiento que tal vez estaba hecho menos de odio a los españoles que de amor y lealtad al general Belgrano, y que un día se hartó de los porteños y armó una montonera para pelearlo a Rosas si hacía falta, y acabó degollado por defender el cadáver de una mujer que él mismo había matado. Laureano Santiago Zamudio, que tenía una sola idea clara en la cabeza, la Confederación Argentina, y una sola mujer en el corazón, Aasta Solbaken,a quien dejó en Jujuy con un hijo al que apenas había visto una vez en su vida, y se vino a Córdoba, lugar al que nunca debió venir, como dirá más tarde el profesor Urba. ¿Cómo?, ¿cómo?, preguntó Esteban. "Que dejó a la mujer en Jujuy y avanzó hacia el sur, dejando el tendal y agrandando la montonera a medida que avanzaba", dijo Verónica. "La idea era juntarse con López y con los entrerrianos porque el abuelo creía que López y Ramírez todavía eran aliados." Esteban no entendía bien. ¿Si dejó la mujer en Jujuy, cómo los degollaron a los dos acá en Córdoba? Primero que no los habían degollado a los dos, sino a él solo. "A ella la mató él", dijiste vos. "Te lo conté anoche, le pegó un trabucazo en el corazón justamente para que no la degollaran." Se ve que era un sentimental, dijo Esteban, pero no podía dejar de imaginarse al abuelo con el cuchillo en una mano y el sable en la otra, y al cadáver de la mujer rubia entre sus piernas. "Y segundo", agregó Verónica, "que ella no se quedó en Jujuy sino que vino siguiendo al viejo hasta Ojo de Agua, y lo encontró." Al viejo, por qué viejo. "Porque él tenía como cincuenta años y ella veinte, si los tenía." Ah, pero entonces ésta es una historia de amor. "Por supuesto", dijo Verónica, o Esteban creía que ella era el Boletín de la Academia de Historia. Vos también habías dicho algo, y luego retiraste tu mano de la mano de Esteban y te pusiste de pie. "Y ahora lo usamos de adorno, pobre abuelo", dijo riendo Verónica. Sí, dijo Esteban, ya lo vi esta tarde en la escalera, y se interrumpió de golpe. Ninguna de las dos, sin embargo, pareció extrañada. Vos estabas de pie, mirando hacia una de las ventanas altas de la casa y dijiste que tenías frío. La tendencia natural de este animal bípedo y puerco que se llama a si mismo «ser humano» cuando tiembla es salir corriendo a descampado en sus dos patas no le vaya a caer el techo encima y lo aplaste y le borre de un tirón sus miserables recuerdos. Pues ninguno de nosotros se movió. En el estado en que estaba papi no había formade bajarlo al jardín, así que nos quedamos quietos esperando a que la casa se derrumbara y nos enterrara a todos juntos con él en una sola y polvosa tumba. –Aquí, en el jardín. –Los muchachos, Darío -le increpé-, son un bien público, no propiedad privada. Que los tome el que quiera y los pueda pagar. ¡O qué! ¿De viejo te va a entrar la posesiva? –Es cierto. En los últimos años han disminuido mucho las enfermedades microbianas. Lo que sigue aumentando es la locura. Me gustas -dijo después. Lo dijo de un modo extraño, como si en realidad estuviera pensando: Aunque no me gustes nada, creo que me gustas un poco. -¿Cuántos años tenés? Y santo remedio para las erecciones del negro. jamás volvió a perforar otra pared, no se le volvió a parar jamás el hijueputa! Lo que me gusta de las mujeres es su locura, pensó Espósito. Ahí estaba esa princesa, la del cuadro. Prisionera del dragón, unida al monstruo por una piolita, que ella llevaba en la mano y él al cuello: parecía que lo hubiera sacado a pasear un rato entre los almacigos. San Jorge arremetía como loco en su caballito de juguete; pero el instinto maternal de ella estaba de parte del dragón. Ese dragón es bueno. O se siente solo. O es como un niño de corta edad. No hay más que ver sus alitas de mariposa para darse cuenta. "Todo lo que significó para mí", estabas diciendo. ¿Significó? –¿Qué habrá después de la muerte, m'hijo? -me preguntó. –Entonces nadie -dijiste. La Loca se puso un vestidito presentable, y bajando, oh milagro, la escalera, aterrizó en la sala donde estaban el par de bestias doctoradas, a hacerse la graciosa, a darles la impresión a los visitantes de que aunque se muriera su marido ella seguía siendo la de siempre, un roble incólume, el personaje inolvidable. Y hable y hable y hable y hable. –Tal vez -dijo el Lerdo- yo llegue unmalenco tarde. Pero el mismo lugar y casi a la misma hora mañana, seguro que sí. -Seguía limpiándose laguba , aunque ya no le corría elcrobo .- Y -agregó- esperemos que no haya aquí másptitsas cantando. -Y lanzó la risotada del viejo Lerdo, un jojojojojo grande y payasesco. Parecía que era demasiado obtuso para ofenderse mucho. –Porque los pajaritos de Dios no tienen sida. Además cuando un pajarito de Dios se muere de indigestión con mango ni quien se entere. ¿0 has visto alguna esquela de pajarito en El Colombiano? –Qué te pasa. El mozo les sirvió la comida y Camargo, en silencio, clavó la mirada en Remis. Debajo de la pesada costra de queso y pan, el caldo hervía. –¿La Cuarenta qué, amigo?.

Lou Nicholes
Presentando Family Times: Lou Nicholes

¿Por qué no te comprometes a tener devociones diarias con nosotros todos los días de este año? Regístrate al final de la página para recibirlas en tu correo electrónico todos los días. ¡Deja que Dios haga algo especial en tu vida! 

¿QUÉ SACÓ DE TU TIEMPO DE SILENCIO HOY?

Esta es una pregunta que Jack Wyrtzen me hizo en una conversación telefónica hace muchos años. Me gustaría hacerte la misma pregunta. Me quedé sin palabras porque no tenía un plan para leer la Palabra de Dios todos los días y compartirla. Como resultado, esta pregunta cambió el curso de mi vida al leer la Palabra de Dios y compartir mis pensamientos con mi familia y otras personas todos los días. Si deseas recibir estos pensamientos, solo haz clic en el botón a continuación y es gratis .

  • Te llegará por correo electrónico diariamente o una vez a la semana, según elijas.
  • Le llevará a través de la Biblia en 6 años, frase por frase o tema por tema.
  • Llega a ti en pequeños fragmentos de unos pocos versículos cada día.
  • Podrás elegir cualquier versión de la Biblia que quieras leer con un solo clic.
  • Después de leerlo puedes escribir tus pensamientos y aplicaciones si así lo deseas.
  • Luego puedes hacer clic en mi comentario que incluye una explicación sencilla del contenido, una ilustración práctica y una aplicación personal.
  • Hay una página de oración y alabanza de los misioneros que cambia semanalmente.
  • Hay un versículo para memorizar semanalmente que corresponde con lo que estás leyendo.
  • Hay un lugar donde puedes escribir tus pensamientos o hacer preguntas diariamente.

Somos una familia misionera que ha ministrado con Word of Life Fellowship desde 1962. Esta es una organización internacional de jóvenes fundada por Jack Wyrtzen, con sede en Schroon Lake, Nueva York. Lou Nicholes creció en una pequeña granja en el sureste de Ohio.

Continuar