15 de enero de 2025
Comentario destacado
Dissertation in nursing
El Lerdo largó la vieja música labial, y yo mismo tuve quesmecar . Así que comencé a rasgar las hojas y desparramar los pedazos por el suelo, y elveco escritor se volvió casibesuño y se me tiró encima rechinando lossubos y sacando las uñas como garras. Era el momento de la acción para el viejo Lerdo, y se movió sonriendo, y haciendo eh eh y ah ah ah apuntó el puño a larota temblorosa delveco, primero el puño izquierdo y después el derecho, de modo que nuestra viejadruga la colorada -la colorada que brota igual por todas partes, como producida por la misma antigua y gran empresa- comenzó a derramarse y manchó la linda alfombra nueva, y los pedazos del libro que yo continuabarasreceando . Aquí ladébochca, la amante y fiel esposa, estaba como paralizada al lado de la chimenea, y ahora había empezado a largar menudos ymalencoscrichos , como acompañando la música de los puñetazos del viejo Lerdo. Entonces aparecieron Georgie y Pete, viniendo de la cocina, los dos masticando, aunque con las máscaras puestas; no era necesario quitársela para comer. Georgie con unalapa fría de algo en unaruca , y media hogaza deklebo ymaslo encima en la otra, y Pete con una botella de cerveza que echaba espuma, y un trozojoroschó de tarta de ciruelas. Comenzaron a hacer ja ja ja cuandovidearon al viejo Lerdo que bailoteaba y descargaba puñetazos sobre elveco escritor, y elveco escritorplacaba que le habían arruinado la obra de su vida, y hacía buu juuu juu con larota toda ensangrentada; pero las risas de Georgie y Pete eran el jo jo jo medio ahogado del que está comiendo, y hasta se podían ver trozos de lo que comían. No me gustó la actitud, porque era sucia y babosa, así que dije: –Un temperamento, cómo le diré, novelesco -dijo Patricio. El artículo de Veja ha desaparecido del segundo cajón, pero entre la resma de papeles, ahora disminuida, él encuentra dos mensajes impresos que le llaman la atención. La mujer los ha copiado de Internet, tal vez porque necesita releerlos. El primero procede de un editor de Bogotá. Y está dirigido aella, no hay error posible: «Querida, entonces Río, si es lo que quieres. ¿Reservo el Palace de Copacabana, el Caesar de Ipanema? Te beso, te beso». Y el de ella, media hora más tarde:.Amor, te extraño ya. Elijo el Palace. Sin vos, no entiendo el sentido de mis días. Algo as(como no saber exactamente quién soy, dónde estoy, qué hora es.?Quiero recuperar ese sentido? ¿Puedo o es tarde, soy otra desde que soy con vos? ¡Me haces tan feliz! Lamento que la distancia no re permita ver la cara de idiota que llevo, prueba inequívoca del bienestar que da enamorarse. Nos vemos en el aeropuerto de Galeáo, entonces. Me sofoca el dolor del amor. Te besen». Bueno, la entrada de este nuevocheloveco fue realmente el comienzo de mi salida de la viejastaja, porque era un plenio tan podrido y camorrista, con una mente muy sucia y torcidas intenciones, que ese mismo díanachinaron los problemas. También era muy prepotente, y comenzó a miramos a todos con unlitso burlón, y a hablarnos congolosa alta y orgullosa. Aclaró que era el únicoprestúpnicojoroschó de todo el zoológico, y afirmó que había hecho esto y aquello, y liquidado a diezmilitsos con un golpe de laruca, y toda esacala. Pero nadie se dejó impresionar mucho, oh hermanos míos. De modo que se las tomó conmigo, porque yo era el más joven, y quiso demostrarme que por esa razón tenía que ser yo y no él quiensasnutara en el suelo. Pero todos los demás me defendieron, ycricharon: -Déjalo en paz,grasñobrachno -y entonces elcheloveco empezó a quejarse de que nadie lo quería. Pero esa mismanaito descubrí que este horribleplenio estaba acostado conmigo en el camastro, el más bajo de una fila de tres, y también muy estrecho, y estabagoborándome suciosslovos de amor y acariciándome esto y aquello. De modo que me puse realmentebesuño y le tiré un golpe, aunque no pudevidear tanjoroschó, pues apenas había una lucecita roja en el pasillo. Pero sabía que era él, el bastardovonoso, y cuando ladratsa se armó realmente, y se encendieron las luces, pudevidear el horriblelitso y elcrobo que le salía de larota donde yo le había clavado laruca . –Me siento hecha uniuio -dijiste. Asolados por las bandas, se ven aquí y allá negocitos entre rejas: una venta, por ejemplo, de aguardiente, o un "granero" con su extenso surtido de cuatro plátanos, cuatro yucas y unos limones podridos. Los limones de Colombia son una vergüenza, no se dan; el musgo de la humedad los asfixia. Aquí nunca tendremos limones buenos.Ni cine: al que le da por filmar le roban las cámaras. Si no, ¡qué película no te harías para Colombia y la eternidad que nos diera la palma de oro del Festival de Cannes! Por estas callejuelas empinadas, por estas escalinatas de cemento que van subiendo lentamente, cansadamente, dolorosamenterumbo al cielo, que no es nuestro, ascendiendo de escalón en escalón y los escalones tallados en las laderas de la montaña, en su tierra amarilla y yerma, en el mismo barro de que hizo Dios al hombre, su juguete, perdiéndonos en el laberinto de los callejones y de los odios, tratando de desentrañar lo inextricable, la trama enmarañada de los rencores y los ajustes de cuentas que se heredan de padres a hijos y se pasan de hermanos a hermanos como el sarampión, ¿qué decía? Que qué película tan hermosa, tan dolorosa no haríamos. Pero no, ésos son sueños y los sueños sueños son. Y a Medellín, además, el cine y la novela le quedan muy chiquitos. Algún día, cuando menos lo pensemos, queriendo o no queriendo, iremos a dar a la morgue a ver si sí o si no, a contar cadáveres, a sumárselos a las cifras desorbitadas de la Muerte, mi señora, la única que aquí reina. –Lo importante era el puente -dije-. No el club. Tenés que haberlo visto. Un poco más allá de la estatua, entre los árboles. Largo, angosto. Sobre el brazo del arroyo. –Vos otra vez? ¿Nunca vas a dejarme tranquila? Ella se apartó de la mano y lo miró a los ojos. Roberto Arlt, Loslanzallamas. Yo tampoco entiendo lo que pasa, se dijo Reina, dejando la radio sobre la mesa. O la realidad es sólo una ilusión de los sentidos o el periodismo crea la realidad. Sin saber por qué le vinieron a la memoria tres versos de un soneto de Góngora: El sueño, autor de representaciones, / en su teatro sobre el viento armado /sombras suele vestir de bulto bello. Pero estas historias no eran sueños. En aquel tiempo la gente las tomaba en serio y nadie advertía lo inverosímiles que eran. Ahora se sabe que el presidente penitente no fue a ninguno de los sitios donde lo vieron: a las ocho se escabullo de su celda y, desde un campo cerca de Junín, regresó a Olivos en un helicóptero del gobierno. A la mañana siguiente jugó dos horas de tenis, como si nada hubiera pasado. Esteban la miró. Se sentía anormalmente alerta, como poseído por una lucidez clarividente y enfermiza, pero poco a poco lo había ido ganando un malestar parecido al miedo, una inquietud creciente y sin origen preciso. Como alguien a quien, al caer la noche, comienza a resultarle desconocido y amenazante un camino, como si se hubiera perdido o estuviera a punto de perderse; sobre todo esto último, la inminencia de un peligro sin nombre, que hasta parecía irradiarse de los objetos. Esa lámina de San Jorge, por ejemplo. ¿Por qué lo andaba persiguiendo por la casa?, y su conversación con Cantilo, ¿podía haber ocurrido? Sobre una repisa vio un soldadito de madera. Era de la altura de un pulgar. Chaqueta roja con alamares dorados y una faja amarilla en la cintura. Alta galera, y una pluma colorada en la galera. "Pedíle que te los muestre", le había dicho Santiago la noche anterior. Muy bien, si se trataba de que el doctor Cantilo era capaz de tallar e iluminar este tipo de miniaturas, nuestro hombre estaba salvado para siempre. Lo incomprensible es que el jujeño, ya anoche, supiera que el doctor Cantilo necesitaría justicia hoy. Cada objeto, cada palabra, cada acto, por vagos o mínimos que fueran, parecían ocultar un significado, eran datos de una clave que le hubiera llevado años comprender. Como esas palabras de Verónica, un segundo atrás. Como ahora mismo la mirada de Mariano. Porque en algún momento de la noche Snoopy se llamó definitivamente Mariano, existió, nacióun día en un lugar preciso, en la Quinta verde, junto a la casa grande de los álamos, la casa de las muchas habitaciones y la leñera, con un jardín en ruinas al borde de una pequeña barranca por la que pasaba un arroyo, y tuvo un pasado en esa casa, una isla, una realidad muy anterior a esta noche, y entonces resultaba imposible defenderse de él encontrándole un parecido grotesco, porque la mirada de Mariano, una mirada llena de desolación y de pureza, era por alguna razón la peor de las amenazas. Pero como si él, pensó de pronto Espósito, estuviera luchando secretamente no contramí, sino a mi lado, disputándole a alguien oculto en la oscuridad no una mujer, sino algo más irrevocable y definitivo. O mejor, pensó, pero esto lo pensó mucho más tarde, mientras te buscaba en el parque bajo la lluvia, algo absoluto. Esteban se volvió hacia Verónica. Sobre Puerto Valdivia en el Cauca y Puerto Berrío en el Magdalena vuelan bandadas de loros felices, burlones, rasgándome con su aleteo verde, brusco, seco, el luto lúgubre del corazón. Y se iba el río obsecuente de mí mismo en pos del Cauca que iba al Magdalena que iba al mar. En el Magdalena había caimanes pero en el Cauca no porque erademasiado malgeniado y torrentoso, todo un señor río arrastracadáveres, revuelcacaimanes. Ay abuela, ya los ríos de Colombia se secaron y los loros se murieron y se acabaron los caimanes y el que se pone a recordar se jodió porque el pasado es humo, viento, nada, irrealizadas esperanzas, inasibles añoranzas. –De madera, sí, largo. -Te entusiasmaste, (de noche se oía el agua, no se la veía) –Que hable, pues. Se acercó, familiarmente. Parecía otra vez reconciliada y segura, dispuesta a darme una explicación de persona adulta. Era su papel y le gustaba; yo acepté el mío. …la vida es paródica y necesita una interpretación..

Lou Nicholes
Presentando Family Times: Lou Nicholes

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Somos una familia misionera que ha ministrado con Word of Life Fellowship desde 1962. Esta es una organización internacional de jóvenes fundada por Jack Wyrtzen, con sede en Schroon Lake, Nueva York. Lou Nicholes creció en una pequeña granja en el sureste de Ohio.

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