15 de enero de 2025
Comentario destacado
Critical thinking skills activities
–¡Claro! Es que cada película es distinta y el rosario es el mismo: avemarías y avemarías. ¿Nunca se te ha antojado ir al cine, abuelita? Anthony Burgess Subí al décimo piso, y allí vi el 10-8 como estaba antes, y laruca me tembló y se estremeció cuando saqué delcarmano el pequeñoquilucho . Metí firmemente elquilucho en la cerradura y lo hice girar; luego abrí y entré y me encontré con tres pares deglasos sorprendidos y casi atemorizados que me miraban, y eran pe y eme que estaban tomando el desayuno, pero también otroveco al que nunca habíavideado en toda michisna, unvecobolche y grueso en camisa y tirantes, muy en su casa, hermanos, tragando elchai con leche y munchmunchmunch los huevos y las tostadas. Y esteveco extraño fue el primero que habló: Elcheloveco que estaba sentado a mi lado -porque había esos asientos largos, de felpa, pegados a las tres paredes- tenía una expresión perdida, con losglasos vidriosos y mascullandoslovos , como«De las insípidas obras de Aristóteles, que producen ciclámenes, brotan elegantes formaniníferos». Por supuesto, estaba en otro mundo, en órbita, y yo sabía cómo era eso, porque lo había probado como todos los demás, pero en ese momento me puse a pensar, oh hermanos, que era unavesche bastante cobarde. Te estabas ahí después de beber elmoloco , y se te ocurría elmeselo de que las cosas de alrededor pertenecían al pasado. Todo lovideabas clarísimo -las mesas, el estéreo, las luces, las niñas y losmálchicos– pero era como unavesche que solía estar allí y ya no estaba. Y te quedabas hipnotizado por la bota, o el zapato o la uña de un dedo, según el caso, y al mismo tiempo era como si te agarraran del pescuezo y te sacudieran igual que a un gato. Te sacudían sin parar hasta vaciarte. Perdías el nombre y el cuerpo, y te perdías tú mismo, y esperabas hasta que la bota o la uña del dedo se te ponían amarillas. cada vez más amarillas. Después, las luces comenzaban a restallar como átomos, y la bota o la uña del dedo, o quizás una mota de polvo en los fundillos de los pantalones se convertían en unmesto enorme, grandísimo, más grande que el mundo, y ya te iban a presentar al viejoBogo o Dios, y entonces todo concluía. Gimoteando volvías al presente, con larota preparada para llorar a grito pelado. Todo muy lindo, pero muy cobarde. No hemos venido a esta tierra para estar en contacto con Dios. Esas cosas pueden liquidar toda la fuerza y la bondad de uncheloveco . Reina sintió que las palabras iban cayendo con alivio una al lado de otra, en un orden que tal vez tenía siglos pero que para ella era nuevo. Le pareció que esas palabras encajaban, después de haberse buscado durante mucho tiempo. –A los dos. Después se rehizo, serpenteó, lanzó una carcajadita forzada y se fue, realizando evoluciones con la bandeja. –No voy a abrir -dice ella-. Sea quien sea, no pienso abrir. A Camargo le extrañó que ella no estuviera en la cama cuando despertó. Por la sucia luz de invierno que entraba por la ventana dedujo que serian más de las siete. El horizonte era una raya gris y el calor seguía allí, contrariando las estaciones. No estaban las ropas de Reina ni su bolso de viaje ni la computadora portátil en la que había escrito el artículo sobre la herejía. Incrédulo, empezó a vestirse. No le incomodaba tanto que se hubiera marchado sin dejar siquiera una nota sino que lo hubiera espiado, tal vez, mientras dormía. Debía ser propio de las mujeres como ella: espiarlo, tener todo bajo control. Lo habría visto con la boca desencajada, las piernas desnudas y varicosas, el abdomen blando y desvalido. Lo habría sorprendido en estado de indefensión y se habría llevado esa imagen consigo, sin darle tiempo a él para corregirla. Salió a la galería en busca de la casera y la encontró cubierta por tules de mosquitero, cargando un cuenco lleno de miel. La mujer se quitó los tules en señal de respeto. Tenía los cachetes arrebatados, partidos por la sequedad. Le has ordenado a Sicardi que la detenga por cualquier medio en el aeropuerto, pero la mujer no ha tomado ninguno de los vuelos regulares a Caracas. Suponés entonces que ha salido temprano, rumba a Montevideo. Tiene una cita desesperada con el amante, estás seguro. Ha ido otra vez a que le vierta su estiércol. Desde acá podés oír la impaciencia de su sexo. –¿Qué decías acerca del pecado, eh? "No es música ni es nada, niño. Aprende a ver la pared en blanco y a oír el silencio". Pero él no podía vivir sin ruido, "música", ni yo sin él. –Sí -dije. –Muchachitas: aquí me tienen, en otro país y en otro tiempo, negando el tiempo. Más jodido que de costumbre y hecho un viejo, pero queriéndolas siempre. Jamás he traicionado un amor. –Di una vuelta por la casa. Quiero preguntarte algo. –Fui cobarde, no sabés cuántas veces me lo he repetido. Tuve miedo de lastimarte. También tuve miedo de vos. Traicioné a Germán, pero él ya lo sabe. Me he pasado todos estos días pidiendo disculpas. La mujer regresó al diario el martes al mediodía, con una luz en la expresión que no reconocías, el sol recóndito de alguna felicidad perversa: entonces empezaste a comprender que algún intruso la ensuciaba, que ella rendía su cuerpo a un desconocido tal vez joven y sin duda podrido por venéreas, ladillasy otras enfermedades de la arrogancia. Querías saber qué había pasado, ah, cómo la sospecha y la incertidumbre te enloquecían, Camargo, cuántos residuos de la memoria de tu madre se habían instalado en la mujer y te acosaban, abriéndote de nuevo las llagas del abandono. No quedas que ella advirtiera tu desconfianza. Le preguntaste, como si nada hubiera pasado: Quería ser cínica y brutal, aunque a él nada le hacía daño. Tampoco esta vez cambió su expresión de niño desconcertado..

Lou Nicholes
Presentando Family Times: Lou Nicholes

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¿QUÉ SACÓ DE TU TIEMPO DE SILENCIO HOY?

Esta es una pregunta que Jack Wyrtzen me hizo en una conversación telefónica hace muchos años. Me gustaría hacerte la misma pregunta. Me quedé sin palabras porque no tenía un plan para leer la Palabra de Dios todos los días y compartirla. Como resultado, esta pregunta cambió el curso de mi vida al leer la Palabra de Dios y compartir mis pensamientos con mi familia y otras personas todos los días. Si deseas recibir estos pensamientos, solo haz clic en el botón a continuación y es gratis .

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Somos una familia misionera que ha ministrado con Word of Life Fellowship desde 1962. Esta es una organización internacional de jóvenes fundada por Jack Wyrtzen, con sede en Schroon Lake, Nueva York. Lou Nicholes creció en una pequeña granja en el sureste de Ohio.

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