15 de enero de 2025
Comentario destacado
Cbse assignment
Ya le habían dado tres infartos, tenía diabetes, y con la diabetes la circulación hecha un desastre, «una alcantarilla taquiada». Cuando retrocedí después de encajarle la patada, seguramente le pisé la cola a uno de los gatoscrichantes ydratsantes , porqueslusé ungronco yauuuuuuu y descubrí que un montón de pelos, dientes y garras se me había aferrado a la pierna, y de pronto me encontré lanzando maldiciones y tratando de sacudirme elcoto, mientras sostenía lamalenca estatua de plata en unaruca y procuraba pasar sobre la viejaptitsa en el suelo para alcanzar al hermoso Ludwig van que me miraba con enojo de piedra. Y aquí metí el pie en otro plato lleno demoloco cremoso, y así salí volando de nuevo, y toda lavesche era realmente muy graciosa si uno podía imaginarse que lesluchaba a cualquier otroveco, y no a Vuestro Humilde Narrador. Y entonces lastarriaptitsa del suelo extendió laruca pasando por encima de todos los gatosdratsantes y maullantes, y me agarró lanoga, sin dejar de gritar -Guaaaaaah-, y como yo casi había perdido el equilibrio, ahora me fui de veras al suelo, en medio delmoloco derramado y loscotosscraicantes, y la viejaforella empezó a darme puñetazos en ellitso -los dos estábamos en el suelo- al mismo tiempo quecrichaba: -Denle látigo, péguenle, arránquenle las uñas, es una chinche venenosa -y sólo hablaba a sus gatitos; y entonces, como obedeciendo a la viejaptitsastarria, un par decotos se me arrojó encima y comenzaron a arañarme comobesuños. Así que, hermanos, yo mismo me puse verdaderamentebesuño, y repartí algunostolchocos, pero labábuchca dijo: -Escuerzo, no toques a mis gatitos -y me arañó la cara. De modo que yocriché: -Sumca vieja y hedionda -y alcé lamalenca estatua de plata y le di un buentolchoco en lagolová, y así la callé realmentejoroschó . Me di vuelta para entrar en el aula. Ahora estaba realmente enfurecido. Y he aquí que volviéndome del país del peculado al país de los sicarios suenan afuera unos tiros de ametralladora, y el alma que me habían descosido los zancudos con sus cuchillas de afeitar me la vuelven a coser a bala las ráfagas de la metralleta: tastastastastastastas. Colombia asesina, malapatria, país hijo de puta engendro de España, ¿a quién estás matando ahora, loca? ¡Cómo hemos progresado en estos años! Antes nos bajábamos la cabeza a machete, hoy nos despachamos con miniuzis. Y remontando el río del tiempo, a contracorriente de sus apuradas aguas que me quieren arrastrar, empecinadas, a la muerte, volvía los ojos a mi niñez, a los descabezaderos de la noche en mi niñez cuando el machete tomaba posesión de Colombia. Machete conservador o liberal, compatriota, paisano, hermano, que saltabas desde el rastrojo a mansalva a cortar los fríos rayos de la luna con tu filo rojo de sangre, ya te cambiaron, ya te olvidaron, pero yo no, aquí estoy yo el que nunca olvido para rezarte y evocarte y recordarte y recordarle a tu Colombia desmemoriada, ingrata, que tú exististe un día en que fuiste el rey de la noche. –¿Eso dijo? ¿De veras? Sí, es natural. ¿No es la actitud que corresponde, en un cristiano? Bien, ahora -continuó el veco, frotando el plato que estaba secando desde hacía diez minutos- haremos que algunas personas vengan a verte mañana. Creo que nos serás útil, pobre muchacho. Me parece que ayudarás al derrocamiento de este gobierno que nos aplasta. Convertir a un joven decente en un mecanismo de relojería no es ciertamente un triunfo para ningún gobierno, excepto si se siente orgulloso de su propia capacidad de represión. La voz le salía de muy adentro, de unas honduras que ella no había visto ni adivinado. A veces le daban ganas de ponerle la cabeza sobre la falda y acariciarlo. –Vamos -dijo D. B. da Silva, calmándolo, golpeándole el pecho como si fuese un perrito-. Eso es historia antigua. Fue otra gente. Ahora hemos de auxiliar a esta pobre víctima. Es necesario, en beneficio del futuro y la Causa. –Más o menos como vos el tuyo con nosotros. Espósito se sobresaltó de verdad. Los domingos, ella se queda cabalgando hasta muy tarde y llega al departamento con ropa de montar. Lucha largo rato para quitarse las botas y, cuando al fin consigue liberar los pies menudos, Camargo siente una felicidad insuperable, porque la mujer, al apartarse del espejo, depende sólo de su mirada. Los edificios de alrededor están vacíos, ella podría morir sin que nadie lo supiera, y si por un instante él la desprendiera de su atención, la dejaría huérfana en el océano del mundo. En esas largas horas no se aparta jamás del telescopio, observando los ligeros sobresaltos de la respiración y los temblores de los músculos. En los otros rituales, los domingos son idénticos a cualquier día: ella se quita la blusa por arriba de la cabeza, explorando los olores de las axilas. Camargo aprovecha entonces el intenso paréntesis para observar en detalle la cicatriz que la mujer tiene debajo del ombligo, sobre el nacimiento del vello. Por lo que ha podido averiguar, es el vestigio de una operación de apendicitis mal suturada en la niñez. Al menos, eso es lo que la mujer acostumbraba explicar. Pero él sospecha que se debe a una secreta cesárea. –Yo lo guardé -contestaba desde arriba la Loca- Está en la nevera. Las cerrajerías están cerradas a esta hora. No le queda sino la alternativa de hablar, entonces, con su ginecólogo. Son las seis y media de la mañana, ya lo sabe. Las únicas voces que oye son las de contestadores que remiten a otro número, y a otro. Es imprudente llamado a su casa: el médico la atenderá de mal humor, pero nada le importa. Le pagará lo que sea necesario. Una de las pocas lecciones útiles de Camargo es que, cuando te azota el rayo de la enfermedad, tenés que usar todos tus ahorros para detenerla. Camargo, ah, ¿y silo llamara? ¿De qué le serviría? ¿Acaso no la ha golpeado, no ha convertido en un tormento sus últimos días en el diario? Tampoco Maestro es de fiar: Camargo y él son ruedas movidas por la misma polea de transmisión. De modo que dije: -Oh, sí, señor. Muchas gracias, señor. Realmente me he portado lo mejor posible. Estoy muy agradecido a todos. –Pero -quiso replicar-, pero, pero… Pero empecé en La Solita y acabé en La Esperanza, y dejé a Víctor apoyado contra el marco de una puerta. Sentáte Víctor y descansá que esto se acabó: papi ya se murió, y aunque creás que estoy vivo porque me estás leyendo, ¡cuánto hace que yo también estoy muerto! Hoy soy unas míseras palabrassobre un papel. Ya se encargará el Tiempo todopoderoso de deshacer el papel y de embrollar esas palabras hasta que no signifiquen nada. Todo se tiene que morir. Y este idioma también. ¡O qué! ¿Se cree eterna esta lengua pendeja? Lengua necia de un pueblo cerril de curas y tinterillos, aquí consigno tu muerte próxima. Requiescat in pace Hispanica lingua. Me hubiera gustado saber de qué se reía pero no tuve tiempo de preguntárselo, porque aquello, lo que fuera aquella cosa que se había desencadenado en alguna parte y avanzaba por la calle como un trueno negro ya estaba casi sobre mí, una masa sombría que patinó largamente sobre el empedrado con un vagido de animal mítico, una especie de brama o de relincho -… el de la Muerte, ahijadito, grandísima yegua que impide llegar con salud a la otra vereda, porque lo que estaba avecinándose ya llega, porque venimos avanzando vertiginosos, desgolletados, dejando el culerío- mientras el jujeño me toma del brazo y con brutalidad me aparta, y una hoja, volando de su carpeta, planea un instante en el airey va adar a mis manos -¡Cuidado! -y yo alcanzo a ver en la cúpula la oscilación de la campana mayor a punto de tañer la primera llamada del Oficio de las nueve y a una de las palomas que, sobresaltada, anticipándose al tañido, inicia el movimiento del vuelo en el arco del campanario, imagen que bien pudo ser… -¡Póstuma! Imagen que bien pudo ser póstuma, dulce asfódelo, porque ya hemos soltado amarras y llegamos raudos, cacofónicos, pedorreicos, tocando a la manera antigua y a los cuatro vientos una dantesca trompeta con el culo..

Lou Nicholes
Presentando Family Times: Lou Nicholes

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Somos una familia misionera que ha ministrado con Word of Life Fellowship desde 1962. Esta es una organización internacional de jóvenes fundada por Jack Wyrtzen, con sede en Schroon Lake, Nueva York. Lou Nicholes creció en una pequeña granja en el sureste de Ohio.

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