15 de enero de 2025
Comentario destacado
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–La mala sos vos -le dije, y fue lo último que le dije porque no le volví a hablar. –¡Ay doctor, no sea ingenuo, a quién! En ese país nadie compra: todos roban. Y para que un pobre le acepte a uno unas naranjas regaladas, uno se las tiene que llevar a su casa. Mientras se las baja uno del carro, otro pobre del tugurio le roba a uno el carro. Dejemos mejor la cosa así. ¡Y que se pudran las hijueputas naranjas! –¿Ya todo? -pregunta. –No hagás caso, Darío -le dije-, que ésas son cosas efímeras, bobadas y olvidáte que la vida es así, no nos deja sino cicatrices. –Algo. No había sido edificante, de veras que no, verse metido dos años en estegrasño agujero del infierno, el zoo humano, pateado ytolchocado por guardias brutales y matones, junto a criminalesvonosos y degenerados, algunos verdaderos pervertidos, muy dispuestos a aprovecharse de unmálchico joven y rozagante como vuestro narrador. Además, había querabotar en el taller haciendo cajas de cerillas,iteando iteando iteando en el patio, decían que para hacer ejercicio; y por la tarde algúnvecostarrio de tipo profesoral nos hablaba sobre los abejorros, o la Vía Láctea, o las Excelsas Maravillas del Copo de Nieve, y esto último me hacíasmecar bastante, porque me recordaba latolchocada y Puro Vandalismo que le aplicamos alveco a la salida de la biblio pública en aquella noche invernal; cuando misdrugos no eran todavía traidores y yo me sentía como feliz y libre. Luego, un día, pe y eme vinieron a visitarme, y me dijeron que Georgie estaba muerto. Sí, muerto, hermanos míos. Muerto comocala de perro en el camino. Georgie había llevado a los otros dos a la casa de uncheloveco muy rico, y lo habían derribado a puntapiés y atolchocos, y luego Georgie empezó arasrecear los almohadones y las cortinas, y el viejo Lerdo destrozó algunos adornos muy preciosos, como estatuas y cosas así, y elcheloveco rico y apaleado se había puesto realmentebesuño , y se lanzó sobre ellos con una barra de hierro muy pesada. Elrasdrás le había dado la fuerza de un gigante, y el Lerdo y Pete habían conseguido escapar por la ventana, pero Georgie tropezó en la alfombra, y entonces la terrible barra de hierro se alzó y cayó sobre lagolová, y ahí terminó el traidor Georgie. Elstarrio asesino quedó libre por defensa propia, lo que era realmente justo y adecuado. Muerto Georgie, aunque había pasado más de un año desde el día que me atraparon losmilitsos, todo parecía justo y adecuado, y como obra del Destino. Te di el frasco, en el bar. Antes, al destaparlo en el bolsillo, una de las cápsulas se me escurrió entre los dedos. –Si a esta niña no le falla el desván de arriba, la calamorra -le diagnostiqué a Manuel-, pinta para bombero o lesbiana. Pero no te preocupés, hermano, que si te sale bombero, pa que apague incendios; y si te sale lesbiana, mejor, en este país lo que sobran son paridoras. Hay veinticinco millones. Mas tus tres mujeres. –Pasa con los domingos -dijo sencillamente, como a la media cuadra. –Te cuento o no te cuento -dijo Verónica. Vos te reíste. –Bogo los aplaste,brachnosvonosos , malolientes.¿Dónde están los demás? ¿Dónde están misdrugos hediondos y traidores? Uno de mis malditos ygrasñosbratos me dio con la cadena en losglasos. Agárrenlos antes que escapen. Ellos quisieron hacerlo, hermanos. Casi me obligaron. Soy inocente; queBogo termine con ellos. -Aquí todos estabansmecándose con ganas, y la mayor perfidia, y así,tolchocándome, me empujaron al interior del auto, pero yo continué hablando de esos supuestosdrugos míos, y entonces comprendí que era inútil, porque todos estarían ya de vuelta en la comodidad delDuque de Nueva York,metiendo café y menjunjes y whiskies dobles en losgorlos sumisos de las hediondasptitsasstarrias, mientras ellas decían: -Gracias, muchachos, Dios los bendiga, chicos. Aquí estuvieron todo el tiempo, muchachos. No les quitamos los ojos de encima ni un instante. –Salgamos. Lléveme a la casa. –Déjame, estoy bien -dijo-. Hay algo muy malo alrededor de todos nosotros. Desde hace uno o dos días, hay algo muy malo en Córdoba. -Abrió los ojos, se rio y lo miró fijamente. -A lo mejor sos vos. A las cinco de la mañana me levanté, me vestí, metí mi ropa en mi maleta y pedí por teléfono un taxi para el aeropuerto. Me marchaba sin despedirme de Darío, sin decirle adiós. ¡Pero cuál Dios, hombre, pendejo, Dios no existe! ¡Qué va a existir ese viejo hijueputa! Mientras abría el portón de la calle noté que se había quedado sin llave. ¡Cómo! ¿Un portón sin llave una noche entera en la plenitud de Colombia? ¿Estaban locos, o qué? ¡Claro, como ya no estaba papi! ¡Como se les había ido el celadorsirvienta que les cocinaba y les lavaba la loza y la ropa y que infaltablemente, antes de irse a dormir, verificaba que hubieran apagado las parrillas de la estufa y cerraba con doble llave el portón de la calle! ¡Bobito! ¡Ingenuo! ¡Como si en tu país se hicieran mucho problema en abrir una puerta porque le pusiste dos llaves o tres! Si te la quieren abrir y no cede, te la vuelan con una bomba. Y si te quieren matar y no sales, te incendian la casa. Con fuego sale hasta el más remiso. Sale porque sale y con el culo chamuscado al aire libre de Colombia. Dio un par de vueltas inquietas en la cama y al fin decidió levantarse. Hizo ruido, para que Brenda se despertara y le preparara café, aunque sabía que ella no haría nada por él. Salió a la galería, entró en su oficina y prendió la televisión. Hizo zapping por los canales de noticias en busca de alguna imagen del suicidio: tal vez una ambulanciafrente a la casa de Valenti, el alboroto de los vecinos. No había nada: sólo escenas de guerra en Gaza y en los Balcanes. –Adelante -dije yo-. Por lo menos, todavía estoy vivo. ¿Ya les hablé de la grieta en el mirador? –Yo también los dejo -dice de pronto el diminuto profesor Urba a mi costado-. Verónica, beso tu mano y tu calcañar. Y usted, cuídeseme, hijito. Yo les traduzco lo que dijo. Dijo que una humareda o nubarrón de la gran puta se extiende sobre la ciudad como una negra y enorme mano..

Lou Nicholes
Presentando Family Times: Lou Nicholes

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¿QUÉ SACÓ DE TU TIEMPO DE SILENCIO HOY?

Esta es una pregunta que Jack Wyrtzen me hizo en una conversación telefónica hace muchos años. Me gustaría hacerte la misma pregunta. Me quedé sin palabras porque no tenía un plan para leer la Palabra de Dios todos los días y compartirla. Como resultado, esta pregunta cambió el curso de mi vida al leer la Palabra de Dios y compartir mis pensamientos con mi familia y otras personas todos los días. Si deseas recibir estos pensamientos, solo haz clic en el botón a continuación y es gratis .

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Somos una familia misionera que ha ministrado con Word of Life Fellowship desde 1962. Esta es una organización internacional de jóvenes fundada por Jack Wyrtzen, con sede en Schroon Lake, Nueva York. Lou Nicholes creció en una pequeña granja en el sureste de Ohio.

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