15 de enero de 2025
Comentario destacado
Business plan francais
Entre el susurro de las voces dispares mi alma se fue yendo hacia lo alto como un globo encendido, sin amarras, subiendo, subiendo hacia el infinito de Dios, lejos de esta mísera tierra. –Era. Ahora no importa. Lo que más te desconcertaba era el azar de haber llamado a Pimenta justo antes del crimen, cuando estaba en el tránsito de ser a ser, al borde de esa otra cosa que lo atraía como un abismo imantado. J'ai décidé d'étre ce que le crime a fait de moi, habrá pensado Pimenta sentado sobre aquel límite, he decidido que voy a ser lo que el crimen haga de mí. No te vetas con él a menudo pero siempre los encuentros eran intensos: acaso una vez al ano o tres veces cada dos, en el restaurante japonés de Rua Bandeira Paulista o en La Brigada de San Telmo. No hablaban de ustedes mismos ni tampoco, contrariando las costumbres del oficio, comentaban las mudanzas de los diarios que dirigían. Tu amistad con Pimenta se desviaba hacia afluentes que eran sólo de ustedes: las películas que habían visto y los libros que estaban leyendo. A él le impresionaban Pulp Fiction, L.A. Confidential y Underworld, la última novela caudalosa de Don De Lillo; vos preferías Los anillos de Saturno de W. G. Sebald, el duelo póstumo entre los diarios no censurados de Sylvia Plath y las Cartas de cumpleaños de su ex marido Ted Hughes, y una sutil película de Michael Polish llamada Twins Fall, Idaho, en la que actuaban el director y su propio hermano gemelo con una incesante conciencia de que los dos eran uno. Lo único decepcionante es el final, Pimenta, le dijiste. Tenés que levantarte de la butaca diez minutosantes de que termine. –Que soy leal y no me callo lo que pienso. Estás exagerando con esa chica. Cometió un error, ya sé. Hizo que Fleet Air le pagara el viaje a Caracas. No es nada del otro mundo. Quería conseguir un documento y lo consiguió. No era para vendérselo a otro diario. Era para dárnoslo a nosotros. No la podemos echar por algo que se hace todos los días. ¿Querés que se la lleven los de El Heraldo? Antes de que ella les toque el timbre ya van a estar abriéndole la puerta. No se volvieron a hablar durante las horas que aún les quedaban en Washington y se dijeron Prosigo, dijo el profesor Urba, y agregó que así como la crisis del siglo V podía en cierto modo resumirse en el pensamiento dramático y tempestuoso de San Agustín; el advenimiento de la Razón, en el Argumento Ontológico; la agonía del orden medieval en la poesía bárbara de Dante: el cifraba el espíritu de los Tiempos Modernos en los cuadros alocados de Paolo de Dono. "En el pajardito?", preguntó algo adormecido, aunque incrédulo, el padre Cherubini. En el Uccello, en efecto. Obsesionado por la idea de abrir un agujero en la pared, como decía Fra. Angélico, soñando con romper la superficie plana, Uccello, el primerpintor de batallas y perspectivas, no sabe que ha descubierto otra perspectiva, un pasaje hacia otra cosa, ni sabe que en su corazón se está librando la última batalla entre el hombre medieval y el hombre renacentista. Basta mirar un solo cuadro suyo, un cuadro que es al arte religioso lo queEl Quijotea la novela de caballería. El San Jorge y el Dragón. "Aro aro!", dijo despabilándose de golpe el padre Cherubini. "Aura dentra queste gaucho florido et te pinta esa fazaña. A la siniestra, la damisela captiva porta lo pioloncito con que asujeta del cogote al teratós verdolaga. Il dragone. La Bestia é un cruzamientoarmado ansina: alitas de colibrí, pata e'ñandú crioyo et colita roscada in voluta. Come si sería un chancho, ma lunga. Sanjorgito, a la diestra. Muenta un lindo percherón no maculado. Trai coraza. In excelsis, uno fosco nubarrone de san puta, che nel pensier rinnova la paura. Simétrica et especulare al Sanjorgito, la caverna et su grrand misterio. Dije bien?". Inmejorablemente, confirmó el profesor Urba. En Uccello se enfrentan el último de los estilos canonizados, el gótico, que abdicará un reinado de tres siglos, y una forma nueva, una nueva manera de mirar y de juzgar el mundo. La majestad de lo cómico. Es como si una carcajada hubiese explotado en una catacumba. Con Uccello, que anticipa la risa atronadora de Rabelais, que anticipa la risa piadosa pero incontenible de Cervantes, se suicida entre carcajadas el gótico y con él acaba una concepción entera de la teología,del arte, de la política, del conocimiento: del mundo. El astrólogo bebió un sorbito de vino y el padre Cherubini aprovechó la pausa para preguntarle si pensaba hacerle creer que Uccello había hecho todo eso, él solo, pregunta a la que el astrólogo respondió con un movimiento negativo de cabeza. No. El Uccello era, por así decirlo, un símbolo. O un intermediario. Una metáfora o un inocente instrumento de cierta fuerza espiritual, a la que, para abreviar, llamaremos demoníaca. En el mejor sentido de la palabra. Vale decir, angélica. Con lo que el padre Cherubini pareció relativamente conforme y el astrólogo pudo agregar que, pese a todo, en los orígenes del Renacimiento, la casa del hombre estaba en pie. O, para expresarlo de otra manera, todavía podía ser concebida. El mundo de Uccello era también el mundo de Nicolás de Cusa; y, hasta Nicolás de Cusa, la mansión era posible. Inestable, pero aún cómoda. La máquina del mundo tenía el centro en cualquier lugar y la circunferencia en ninguno, las esferas de cristal de Aristóteles habían estallado y sus estrellas quietas volaban en la inmensidad del espacio, la Tierra se movía; pero esto, para el cusano, era un simple cambio de punto de vista en la escritura de la Creación. El orden, el nuevo centro, eran la poética secreta de Dios. El hombre conservaba su privilegio de ser hombre. Homo non vult nisi homo. Al hombre sonriente de Uccello, al hombre cusano, no le había ocurrido nada irreparable. Ignoraba pero no se sentía inseguro porque su ignorancia era docta y su saber consistía, justamente, en saber que ignoraba. La divinidad podía estar oculta ("Deus absconditus?", preguntó distraído el padre Cherubini), pero se manifestaba en la diversidad visible de las cosas y, sobre todo, no era indemostrable. Nicolás, fiel a las razones de San Anselmo, creía que la Razón seguía militando en los ejércitos de Dios. Dios lo puede hacer todo, pensaba, pero el hombre puedellegaraconocerlotodo. Dios era como el arquitecto que construye una catedral; y el hombre, el sacerdote que la contempla, la habita, la recorre y la pondera. El hombre lleva en su inteligencia todas las cosas creadas, tanto como Dios. ("Tas siguro?", pareció preguntar el padre Cherubini.) Sólo que Dios las lleva en sí como arquetipos, y el hombre como imágenes, como relaciones, como valores. Dios es por todo en todos y todo es en Dios, pero el espíritu humano, a causa de su intimidad con el espíritu de Dios, es la semilla divina que encierra los modelos de todas las cosas eternas. La homogeneidad del universo volvía a estar a salvo. Homo non vult nisi homo, pero no sólo el hombre: toda cosa anhelaba ser eternamente lo que era, conforme a su naturaleza y siempre en forma más perfecta, y el hombre, microcosmos donde coexistían lo eternoy lo temporal, lo infinito y lo finito, conocía además su anhelo y tenía la certidumbre de esa progresiva ascensión. ¡Pobre Nicolás!, no podía saber que en su mística casi festiva ya acechaba la modernidad, la locura de la Razón, el sueño del progreso indefinido del conocimiento, que harían pedazos la unidad de su mundo… Unos años después, otro apacible canónigo, Copérnico, razonó en fórmulas astronómicas el sueño místico del cusano, y, por fin, como un león que despierta, apareció Giordano Bruno ("A ése lo quemamos", observó críticamente el padre Cherubini). Lo fantástico, se interrumpió sonriendo el astrólogo, es que toda esta historia sucediera en las celdas, en los claustros, en las bibliotecas de los conventos, a lo que el padre Cherubini, con una carcajada de goliardo, dijo que era comme si lo conoscimento, acuestándose con la sancta eclesia crestiana, la habería hecho parir uno gigante de Rabelais, se dio un golpe en la barriga y, mirando a los costados con súbita seriedad, preguntó: "Me fablastes?". Decía, dijo el astrólogo, que Giordano Bruno llevó hasta el límite de lo imaginable la máquina celestial de Nicolás de Cusa y de Copérnico. Le bastaba alzar los ojos hacia esas chispas brillantes para ver que son mundos como el nuestro. Hechos de fuego como nuestro Sol. Hechos de agua como la Tierra. Dios, para Bruno, ya casi no era Dios: era la ley natural. Hablando de sí mismo, pero como un lapidario que grabara la piedra funeraria de los dos últimos siglos, escribió: He aquí a aquel que ha abarcado el aire, penetrado en el cielo, recorrido las estrellas, traspasado los límites del mundo… ("Eroico furore", murmuró admirativamente el padre Cherubini.) En fin, suspiró el astrólogo, para abreviar, cuando Galileo, Kepler y Newton llegaron al siglo XVII montados en la topadora de Copérnico, el hombre comenzó a recuperar la desnuda proporción de su ignorancia y la realidad humana empezó a ser, cada día, menos compatible con la irrealidad del universo. Pascal lo sintió.Le silénce eternel de ees espaces infinis,empezó a citar el profesor Urba en el mismo momento que, en el parque de la quinta, se oyó un trueno, y el padre Cherubini no tuvo más remedio que acotar: "Silénce eternel un cazzo!". El infinito silencio del espacio aterraba a Pascal; la radiante esfera cusana con su centro en cualquier parte y su circunferencia en ninguna le parecía espantosa. Lo infinitamente grande y lo infinitamente pequeño eran reinos de pesadilla, comarcas que el hombre no sólo ignoraba, sino que lo ignoraban a él. El hombre había empezado a transformarse en el huérfano de la creación, en un expósito… –Vos te vas a enojar mucho -dijiste de pronto, sin interrumpir el hilado de esa red-. Pero yo creo saber lo que te pasa. -Como confesión era inesperada y hasta intimidante. Estabas a punto de hablar demasiado seriamente de cosas que requieren años de convivencia. En las novelas de Tolstoi estas conversaciones ocurren entre Nicolás Rostov y la condesa María en herméticas habitaciones nupciales. Y en la realidad también, cuando la mujer ya nos ha visto demasiadas veces sacar pecho delante del espejo o hacer flexiones en calzoncillos. No son necesariamente irreparables, y hasta forman parte de la felicidad humana. Sólo que ningún hombre está preparado para oírlas. -Vos buscas algo que no vas a encontrar nunca. Es como si no vivieras. Miras, buscas por todas partes, y te olvidas de vivir. Te ves vivir. Dejarse robar uno la cédula en Colombia es peor que matar a la madre. Hay tanto peso de realidad en la imagen, que sus sentidos parecen haberse desplazado otra vez al cuarto de la calle Reconquista en vez de que darse conél en la sala de videos de la casa de San Isidro, junto a la galería de geranios. Cada vez tiene menos deseos de volver a este lugar. Los salones se suceden interminables, la soledad funeraria del dormitorio le quita el sueño, y si no fuera porque tiene a la mujer atrapada en su cámara, si no pudiera reproducirla cada vez que se le da la gana en el televisor de cuarenta y dos pulgadas, traerla hacia sí o acercarse a los pliegues de ese cuerpo que le pertenece cada vez más, a las axilas, a las suaves lomas y hondonadas de la entrepierna, mientras la oye respirar infinitamente, infinitamente, porque ha logrado que los seis canales de audio sigan emitiendo la respiración de la mujer cuando él congela la imagen o la agranda, si no pudiera internarse en los laberintos del pelo como un guardabosque sin brújula, si su imagen mil veces multiplicada no estuviera siempre a su alcance, entonces se habría marchado ya de la casa. Entonces sin decir«agua va» se soltó el aguacero. Uno de esos aguaceros de Medellín, marcianos, en que llueven piedras. Allá las gotas son pedradas del cielo, y el granizo quiebra las tejas y descalabra al cristiano. Por eso existían antaño los aleros. Ya no más porque la humanidad avanza, y cuando la humanidad avanza retrocede. Ayudé a Darío a levantarse de la hamaca y me puse a recoger de prisa el tinglado. Al dar unos pasos para ir a resguardarse bajo techo Darío se cayó y no pudo levantarse. Tiré al suelo lo que tenía en la mano, unos platos, y corrí a auxiliarlo. No pesaba nada, se me estaba desapareciendo. De mi hermano Darío que me acompañó tantos años, que me ayudó a vivir, sólo quedaba el espíritu, un espíritu confuso. Y los huesos. –Bueno, papi, este negocio se acabó. Ya no vas a sufrir más, vete tranquilo, y no te preocupés por esta casa que ya sé quién la va a barrer en adelante. ¡El puto viento! ¿Estuvo bien este último "cascado" de Alexis, el transeúnte boquisucio? ¡Claro que sí, yo lo apruebo! –La aprecias, ¿verdad? -observó elveco, burlándose de algún modo-. Entonces, ándate con cuidado, eso es todo, sí. Sabemos más de lo que crees, pequeño Alex. -Y agregó, con unagolosa muy dolida, pero siempre meciéndose: -¿Qué les pasa a ustedes? Estudiamos el problema, y venimos estudiándolo durante casi un siglo, y no hemos avanzado nada. Tienes un buen hogar, padres buenos y cariñosos, y un cerebro no del todo malo. ¿Qué demonio te carcome? La miré oblicuamente, desde allá abajo. Pero la realidad está en tu contra. Mientras hablabas con Momir desconectaste los celulares, y ahora advertís que en los dos hay mensajes desesperados. Maestro ruega que vayas cuanto antes a tu despacho. El presidente ha despedido a medio gabinete, dice, y se ha enredado en una pelea mortal con los aliados que lo llevaron al poder. No quiere oír las razones de nadie, salvo las de sus hijos. La crisis es ya tan grave que puede renunciar el vicepresidente. El diario está inmovilizado, Camargo: todos a tu espera, dice Maestro en el contestador. ¿Cómo voy a autorizar los títulos de primera página sin que losveas? Tengo ya los borradores listos, sobre tu escritorio. Una vez más pensás cuán certero fuiste al elegirlo para que te secunde. A la mitad de los redactores les repugnó. Fue el vocero con menos escrúpulos que haya conocido el país, te dijeron. Ni durante la dictadura hubo alguien así. Exageran. Lo llamaste a tu lado porque no discute órdenes: las perfecciona. La lealtad sin quebranto que le profesó al presidente anterior ahora te la profesa a vos. Y la imaginación dañina, maliciosa, con que entretuvo al país mientras su jefe robaba a mansalva, ha ido refinándose en el diario. No puede crear hechos, como antes, pero es un malabarista jugando con ellos, corrigiéndolos y desplazándolos. La vida es injusta con hombres como Maestro, te has repetido más de una vez. En un país menos insignificante que la Argentina habría sido un Fouché, un Kissinger, un J. Edgar Hoover. En la biografía de ninguno de ellos hay una joya de la distracción tan admirable como la falsa penitencia del anterior presidente en Los Toldos, en la zanja de Alsina y en el Valle de la Luna simultáneamente: tres golpes de dados que desembocaron en un solo azar. –Sí -contesté-, y quégrasño mundovonoso. -Cerré fuerte losglasos, como si me dolieran, y dije:- Ahora váyanse. Pensaré en eso de volver. Pero las cosas tendrán que ser muy distintas. –¿Le estás pasando revista al cementerio?.

Lou Nicholes
Presentando Family Times: Lou Nicholes

¿Por qué no te comprometes a tener devociones diarias con nosotros todos los días de este año? Regístrate al final de la página para recibirlas en tu correo electrónico todos los días. ¡Deja que Dios haga algo especial en tu vida! 

¿QUÉ SACÓ DE TU TIEMPO DE SILENCIO HOY?

Esta es una pregunta que Jack Wyrtzen me hizo en una conversación telefónica hace muchos años. Me gustaría hacerte la misma pregunta. Me quedé sin palabras porque no tenía un plan para leer la Palabra de Dios todos los días y compartirla. Como resultado, esta pregunta cambió el curso de mi vida al leer la Palabra de Dios y compartir mis pensamientos con mi familia y otras personas todos los días. Si deseas recibir estos pensamientos, solo haz clic en el botón a continuación y es gratis .

  • Te llegará por correo electrónico diariamente o una vez a la semana, según elijas.
  • Le llevará a través de la Biblia en 6 años, frase por frase o tema por tema.
  • Llega a ti en pequeños fragmentos de unos pocos versículos cada día.
  • Podrás elegir cualquier versión de la Biblia que quieras leer con un solo clic.
  • Después de leerlo puedes escribir tus pensamientos y aplicaciones si así lo deseas.
  • Luego puedes hacer clic en mi comentario que incluye una explicación sencilla del contenido, una ilustración práctica y una aplicación personal.
  • Hay una página de oración y alabanza de los misioneros que cambia semanalmente.
  • Hay un versículo para memorizar semanalmente que corresponde con lo que estás leyendo.
  • Hay un lugar donde puedes escribir tus pensamientos o hacer preguntas diariamente.

Somos una familia misionera que ha ministrado con Word of Life Fellowship desde 1962. Esta es una organización internacional de jóvenes fundada por Jack Wyrtzen, con sede en Schroon Lake, Nueva York. Lou Nicholes creció en una pequeña granja en el sureste de Ohio.

Continuar