15 de enero de 2025
Comentario destacado
Best essay books
Esa noche volvieron los zancudos del insomnio,«les musiciens», a zumbar sobre mi cama de juguete obra de Argemiro el loco. Mientras en el cuarto contiguo Darío deliraba y discutía en su delirio con los basuqueritos de la Carrera Séptima, yo en el mío, para no oírlo, me ponía a hacer el balance de la quiebra. Sacando cuentas esto no había sido más que un espejismo siniestro, una patraña burda de ilusiones liquidadas que por lo menos ya estaba llegando al final, en un tinglado que se caía a pedazos entre sombras rotas. Ascendí desdoblándome, y penetrando con mis ojos de búho, de lechuza, la oscuridad, vi abajo desde arriba, desde el techo, a ese pobre tipo en esa pobre cama al garete en el mar del tiempo. El tipo se levantó y caminó unos pasos hacía el sillón vacío, el sillón en que la abuela se sentó sus últimos años a esperar a la Muerte. La noche se desgranaba en instantes que pesaban como eternidades. –Su vuelto, señor. Lejos, con voz casi inaudible entre los rumores y la música, el astrólogo discute con el padre Cherubini. Se oye la última campanada de alguna hora. Graciela está sentada otra vez junto a Esteban. Graciela Oribe. Alta. Veinte o a lo sumo veintidós años. Podría tener mil, y a ella le gusta eso. Pelo lacio, muy negro. Ella habla. Tiene la voz grave y algo triste, y arrastra las erres. –¿Que paremos? ¿Que paremos,dijiste? Caramba, si apenas hemos comenzado. -Yél y los otrossmecaron de veras. Quiere a Reina para s1 y no va a compartirla con nadie. Ahora que ha detenido el auto en un bosque de talas y coronillos, desde el que puede contemplarla sin sobresaltos con unos prismáticos, los movimientos voluptuosos de la mujer al bajarse del taxi, avanzar hacia la casa del guardián del haras y tomar una montura inglesa, le confirman que debe retenerla sea corno fuere. Es la compañía que le conviene, y ya no encontrará otra igual. Tiene menos refinamiento que Brenda: elencanto aparente de su ex esposa desaparecía apenas se intentaba conversar seriamente con ella. A Brenda no le interesan las ideas ni el mundo real. Toda su pasión está en la música, o en mucho menos que eso: en los seis o siete tríos que solfa practicar para sus conciertos en las provincias. Reina, en cambio, tiene un talento genuino: algo salvaje, mal cultivado y a veces grosero, pero él sabe que limar esas asperezas es sólo cuestión de tiempo y de roce. Durante todos los meses en que la educó, la mantuvo apartada de sus propias reuniones de negocios: ha llegado el momento de que la exhiba y la arriesgue. Dijiste que sí. –Nadie habla sin pensar. Todo lo que decimos tiene un sentido, y no hay por qué dejarlo caer. Así, el plomo es la parodia del oro. Dejó de oír. El cuerpo de la mujer se estremeció y empezó a sacudirse, como si un golpe de mar estuviera agitándola por dentro. Tenía los ojos abiertos pero estaban extrañamente fijos en un punto situado atrás de ella misma. El ritmo de la respiración se aceleró. Agitaba los brazos para atraer el aire del cuarto, aunque tal vez ya no quedaba ninguno: tal vez el encierro había creado allí sólo desesperación y vacío. Logró inclinarse hacia un costado de la cama -justamente el costado opuesto a la ventana, inalcanzable a su mirada- y, por la brusquedad de los espasmos, Camargo supuso que estaba vomitando. –El gusto ha sido mío -pasmosamente dice el hombre. Tal vez tiene un sentido del humor prodigioso; tal vez es un melancólico que se ríe secretamente del mundo. Tal vez he estado dialogando sin saberlo con un ser solitario y extraño que merecía todo mi respeto De nuevo frente a mí tus ojos. La palabra es convencional pero irremplazable: relámpago. Tan fugaz que casi se me escapa. Hace un segundo significó algo. –Ésta, por ejemplo. Fíjate. Para mí, ésta es una mañana inédita y rara. Podrá repetirse, se me repetirá, seguramente. Siempre pasa. Volverá a darse en otro lugar -y al decirlo me recordé hacia adelante. Una calle de otoño, tal vez la callecita de una ciudad europea. Fue tan vivido que me di una especie de pena. -Y cada vez que me suceda una mañana así voy a sentirla fuera de lugar. No, no las abría. Que si las abría entraba el viento frío de afuera. Y seguía muy campante en la hamaca que tenía colgada de pared a pared. ¡Qué desastre ese apartamento suyo de Bogotá! Peor que esta casa de Medellín donde se estaba muriendo. Nada más les describo el baño. –No. Nunca aprendí. En realidad, sí aprendí; pero no creo que me sirva en esta casa. Bailo el minué. No veo qué tiene de malo. Me lo enseñaron en el colegio. Yo hacía de Monteagudo y, por algún motivo, debía bailar el minué con una dama de la sociedad peruana que iba a primero superior. Era lindísima, pero tenía olor a pis. Te agradecería que no mires por encima de mi cabeza cuando te hablo, me hace el efecto de ser invisible. El día de la fiesta me negué. Nadie podía obligar a Monteagudo a bailar con una meona. –No tenés que decir nada. No tenés que pensar nada. Soy yo el que ha dicho todo. –Ah -dijo Georgie-, a veces piensas ygoboras como un niño. -El Lerdo entonó su juj juj juj.- Esta noche -continuó Georgie-crastaremos como hombres. –Tomate un caldillo -dijo Santiago. Iba el bus atestado de gentuza, que es lo que produce hoy día esta mala raza paridora. ¡Qué! ¿Cuántos hay que contar en la monstruoteca para encontrar una belleza? ¿Mil? ¿Diez mil? ¿Cien mil adefesios? Mírense en el espejo antes de copular, de engendrar, de concebir, de parir, cabrones, ¿o es que tienen miedo de que se les pierda el molde? De pronto, sentadito con sus piernotas abiertas en una banca, vi un morenito de ojos verdes que me endulzó la mañana. ¡Ay Espíritu Santo, puro sexo, qué horror! Definitivamente sí, Dios existe, me dije. Y encomendándome a Él, al Ser Supremo, le pedí, le rogué por su santa madre en mis oscuridades interiores que me ayudara a conseguir esa belleza. Me oyó como oye la tapia llover la lluvia: el morenito se bajó en la Calle Carabobo, en pleno centro, y por entre un hervidero de hampones y de ratas se me perdió. Moraleja: Dios si existe pero sirve para un carajo. No hay que perder el tiempo con Él..

Lou Nicholes
Presentando Family Times: Lou Nicholes

¿Por qué no te comprometes a tener devociones diarias con nosotros todos los días de este año? Regístrate al final de la página para recibirlas en tu correo electrónico todos los días. ¡Deja que Dios haga algo especial en tu vida! 

¿QUÉ SACÓ DE TU TIEMPO DE SILENCIO HOY?

Esta es una pregunta que Jack Wyrtzen me hizo en una conversación telefónica hace muchos años. Me gustaría hacerte la misma pregunta. Me quedé sin palabras porque no tenía un plan para leer la Palabra de Dios todos los días y compartirla. Como resultado, esta pregunta cambió el curso de mi vida al leer la Palabra de Dios y compartir mis pensamientos con mi familia y otras personas todos los días. Si deseas recibir estos pensamientos, solo haz clic en el botón a continuación y es gratis .

  • Te llegará por correo electrónico diariamente o una vez a la semana, según elijas.
  • Le llevará a través de la Biblia en 6 años, frase por frase o tema por tema.
  • Llega a ti en pequeños fragmentos de unos pocos versículos cada día.
  • Podrás elegir cualquier versión de la Biblia que quieras leer con un solo clic.
  • Después de leerlo puedes escribir tus pensamientos y aplicaciones si así lo deseas.
  • Luego puedes hacer clic en mi comentario que incluye una explicación sencilla del contenido, una ilustración práctica y una aplicación personal.
  • Hay una página de oración y alabanza de los misioneros que cambia semanalmente.
  • Hay un versículo para memorizar semanalmente que corresponde con lo que estás leyendo.
  • Hay un lugar donde puedes escribir tus pensamientos o hacer preguntas diariamente.

Somos una familia misionera que ha ministrado con Word of Life Fellowship desde 1962. Esta es una organización internacional de jóvenes fundada por Jack Wyrtzen, con sede en Schroon Lake, Nueva York. Lou Nicholes creció en una pequeña granja en el sureste de Ohio.

Continuar