15 de enero de 2025
Comentario destacado
Assignment of benefit
"Vaya lleve aéste a conocer el cuarto de las mariposas", le dijo a Alexis, y Alexis me llevó riéndose. Arroyos enloquecidos bajaban de la montaña volcándose sobre la carretera, y un viento rugiente nos mentaba la madre y nos aventaba la lluvia en ráfagas de abalorios. –¿Y quiénes son tus enemigos? -preguntó el ministro, mientras todos losvecos de lasgasettas dale que dale que dale al lápiz-. Cuéntanos, hijo mío. Como siempre, de los cuatro fue el Lerdo el que salió con una apariencia más maltrecha, la cara toda ensangrentada y losplatis un desastre, pero los demás estábamos frescos y compuestos. Yo quería alcanzarlo al gordo y maloliente Billyboy, y ahora bailoteaba con mibritba, como el barbero de un barco que navega en mar muy picado, y trataba de hacerle unos buenos tajos en ellitso grasiento y sucio. Billyboy tenía unnocho largo, pero era un poco demasiado lento y pesado parabredar seriamente a nadie. Hermanos míos, qué satisfacción valsar -izquierda dos tres, derecha dos tres- y un tajo en la mejilla izquierda, y otro en la derecha, y de pronto parece que bajan al mismo tiempo dos cortinas de sangre, una a cada lado de la trompa gorda, grasienta y aceitosa en la noche estrellada. La sangre caía como cortinas rojas, pero uno podía videar que Billyboy no sentía nada, y avanzaba pesado como un oso hediondo y gordo, apuntándome con elnocho. Teníamos los bolsillos llenos dedengo , de modo que no había verdadera necesidad decrastar un poco más, detolchocar a algún ancianocheloveco en un callejón, yvidearlo nadando en sangre mientras contábamos el botín y lo dividíamos por cuatro, ni de hacernos los ultraviolentos con algunaptitsa tembleque,starria y canosa en una tienda, y salirsmecando con las tripas de la caja. Pero como se dice, el dinero no es todo en la vida. –No era un nogal -dijo Esteban. Un buen momento de casi desnudez, pensó, el momento justo para que se le acerque Mariano. El que se te acercó no fue Mariano, fue un elegante y alto señor canoso, el tío Patricio, sólo que a esa altura de la noche Espósito no podía saber que ése era el tío Patricio. Lo que significa que después de todo, ciertas cosas, si realmente ocurrieron, debieron ocurrir de otra manera en otro orden, pero no se trata de que el recuerdo imponga sus propias disparatadas leyes a estas páginas, como escribirá muchos años después, se trataba ya entonces de algo que parecía ocurrir con la realidad desde el mismo instante en que pisó Córdoba. Como si la noción de tiempo careciera de significado. Como si la ciudad organizara las cosas a su modo. "Vos seguí mezclando whisky con anfetaminas", le había dicho Santiago esa tarde, en el café frente al hotel, "y voy a tener que ir con mi libretita a visitarte también a vos a Open Door", pero tampoco se trataba de las tres noches sin dormir, de la Benzedrina, del whisky, sino de que ahora, al escribirlo, yo podría decir que Santiago pronuncia estas palabras, las está pronunciando, y que él y yo estamos sentados a las tres de la tarde en este café frente al hotel, pero que Esteban Espósito sigue en la fiesta del cerro junto a Verónica mirándote hablar con un elegante y maduro señor desconocido, y, si lo escribiera de ese modo, acaso estaría tocando por fin la verdad central de aquellos dos días, porque no es sólo el tiempo lo que carece de sentido, pensó Espósito esa noche, sino la noción de lugar, y no podía saber al pensarlo que, efectivamente, muchos años más tarde, en un hospital neuropsiquiátrico, alguien le diría que el espacio y el tiempo son nociones… El que se llamaba Insiarte le hizo señas de que se callara, pero Durán preguntó: Eso es repulsivo e innoble. Se publicará en un día o dos, con una foto que mostrará la dolorosa expresión de tu rostro. Tienes que firmarlo tú, pobre muchacho, para que se sepa lo que te hicieron. –Ya no soy. –Sí, lo estaba pensando. Pero no puede ser que… Era como si el fantasma de un hombre que se hubiese ahorcado regresara al lugar de su suicidio, no por curiosidad morbosa sino por pura nostalgia de beber otra vez las copas que le dieron el valor de hacerlo, y para preguntarse, tal vez, cómo tuvo coraje… Desde los tiempos de Maricastaña y el maricón Gaviria. Y ojo al que se sentara en ese inodoro: se golpeaba las rodillas contra la pared. Ya quisiera yo ver a Su Santidad Wojtyla sentado ahí. O bajo la regadera, un chorrito frío, frío, frío que cala gota a gota a tres centímetros del ángulo que formaban las otras dos paredes heladas. –Salgamos -dijo-. Conversemos afuera. –La Mansión o la Manse, o cualquier otra idiotez así. Donde vive unaptitsa muystarria con los gatos, y todas esasvesches muystarrias y valiosas. Pocos meses después, mientras releía Los hijos del capitán Grant de Julio Verne, encontró en el segundo tomo una carta que la madre le había dejado. Se notaba, por la letra, que estaba muy apurada: «Gatito, no aguanto más en esta casa. Perdoname. Sé que vas a estar bien. Adiós». Estuvo a punto de mostrársela al padre, pero tuvo miedo de que se la quitara. La escondió en una costura del pantalón, pero el día que lavaron toda la ropa en agua caliente, la carta se deshizo. –Y de qué hablaban. Tomé la jeringa de la repisa, le quité el protector de plástico a la aguja, y sosteniendo el frasco con la mano izquierda y la jeringa con la derecha, metí la aguja en el frasco por el tapón de caucho, jalé el émbolo y la llené de Eutanal. Volví a tapar la aguja con el protector para no irme a Pinchar, me guardé la jeringa llena en el bolsillo de la camisa, sal¡ del baño al cuarto y del cuarto al pasillo y crucé la biblioteca. En la puerta de su cuarto me detuve antes de entrar y traté de ver en la penumbra. Carlos, que había pasado la noche a su lado en un sillón, se levantó alverme llegar..

Lou Nicholes
Presentando Family Times: Lou Nicholes

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Esta es una pregunta que Jack Wyrtzen me hizo en una conversación telefónica hace muchos años. Me gustaría hacerte la misma pregunta. Me quedé sin palabras porque no tenía un plan para leer la Palabra de Dios todos los días y compartirla. Como resultado, esta pregunta cambió el curso de mi vida al leer la Palabra de Dios y compartir mis pensamientos con mi familia y otras personas todos los días. Si deseas recibir estos pensamientos, solo haz clic en el botón a continuación y es gratis .

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Somos una familia misionera que ha ministrado con Word of Life Fellowship desde 1962. Esta es una organización internacional de jóvenes fundada por Jack Wyrtzen, con sede en Schroon Lake, Nueva York. Lou Nicholes creció en una pequeña granja en el sureste de Ohio.

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