15 de enero de 2025
Comentario destacado
Acknowledgement for dissertation
Proust era víctima de sus ideas fijas, y las iba dejando como un tatuaje a lo largo de su libro. Las ideas fijas son, en verdad, el libro, piensa Camargo. El mundo sería nada sin las ideas que siguen en pie, obstinadas, sobreviviendo a todas las adversidades. Cuando me desperté pudeslusar música que atravesaba la pared, de verasgronca , y eso fue lo que terminó de despertarme. Era una sinfonía que conocía realmentejoroschó pero no habíaslusado durante muchos años, la Tercera Sinfonía delveco danés Otto Skadelig, una pieza muygronca y violenta, sobre todo el primer movimiento, justo lo que estaban tocando ahora.Slusé unos dos segundos, interesado y gustoso, y de pronto todo se me vino encima, empezó el dolor y la náusea, y el gemido me salía de lo más profundo de lasquischcas. Y ahí estaba yo, que tanto había querido la música, arrastrándome fuera de la cama y gimiendo oh oh oh, y después bang bang bang en la pared, mientrascrichaba: -¡Basta, basta, paren eso! -Pero siguió, y parecía que más fuerte. Y yo seguí golpeando la pared hasta que me quedaron los nudillos todos pelados y manchados decrobo rojo rojo, ycrichaba ycrichaba, pero la música no paraba nunca. Entonces pensé que tenía que escapar, así que salí delmalenco dormitorio y fuiscorro a la puerta de entrada, pero la habían cerrado con llave por fuera y no conseguí salir. Y mientras tanto la música se hacía cada vez másgronca, como si tuvieran la intención de torturarme, oh hermanos míos. De modo que me metí los dedos en losucos, hasta el fondo, pero los trombones y los timbales resonaban bastantegroncos. Así que lescriché otra vez que parasen y otra vez golpes y golpes y golpes en la pared, pero no conseguí nada.- Oh, ¿qué puedo hacer? -jujujué para mí mismo-. Oh,Bogo del Cielo, Señor, ayúdame. -Recorría todas las habitaciones, queriendo escapar del dolor y las náuseas, tratando de no oír la música y sintiendo el gemido que me venía de las tripas, y entonces, arriba de la pila de libros y papeles y de toda esacala que estaba sobre la mesa, vi lo que tenía que hacer y lo que yo había querido hacer hasta que me lo impidieron losvecos de labiblio pública y después el Lerdo y Billyboy disfrazados demilitsos, y lo que yo había querido hacer era eliminarme,snufar, desaparecer para siempre de este mundo perverso y cruel. Lo que vi fue elslovo MUERTE en la tapa de un folleto, aunque sólo se trataba de las palabras MUERTE AL GOBIERNO. Y como si hubiera sido el Destino había otro folletomalenco que mostraba una ventana abierta en la tapa, y decía: «Abra la ventana al aire fresco, a las nuevas ideas, a un nuevo modo de vivir». Y entonces comprendí que era como decirme que acabase todo saltando. Tal vez un momento de dolor, y después el sueño para siempre siempre siempre. –Cómo se te ocurre. Tiene más de noventa años, ¿no te dije? Lo cuida una enfermera. Lo lava, lo limpia, le da de comer. Sicardi viene a cada rato para que no le falte nada. –Me pareció verlo con vos hace un momento, en el jardín. Camargo cree que tuvo un aviso de la infección durante el entierro del senador Valenti, cuando se le aflojaron de improviso los músculos de las piernas y Enzo Maestro debió sostenerlo para que no cayera, pero eso es imposible. El síndrome empezó como un catarro vulgar y, en medio de la noche, sin que nada lo hiciera presentir, Camargo quedó sin respiración y se le inmovilizó el lado izquierdo de la cara. Fue una suerte que Brenda hubiera regresado a Buenos Aires durante el proceso, convencida de su inocencia, y aceptara reanudar la vida matrimonial. Con su eficacia de siempre, llamó a la ambulancia y exigió que lo atendieran en la sala de terapia intensiva. De lo contrario, Camargo podría haber muerto de asfixia en el caserón vacío. –No. Hoy es un día difícil. No le llamé para discutir. Cuando yo regresé del país que dije a acompañar a papi en sus últimos días ya me fue imposible hablar con él: una angustia infinita lo había invadido, una tristeza del tamaño de la muerte que lo reducía al silencio. parecía vivo pero estaba muerto, se le había apagado la llamita que mantuvo siempre encendida, la esperanza. ¿Pero esperanza en qué? ¿Qué esperaba? Es lo que yo no sé porque ambiciones nunca tuvo, ni políticas ni de riqueza ni de nada. ¿La esperanza tal vez de volver a La Cascada, su finca, a la que hacía años no iba por no correr el riesgo de que lo secuestraran para pedirnossu jeep de rescate a cambio del cadáver? Tal vez. ¿O tal vez la simple, mísera esperanza de poder leer un día más en El Colombiano las esquelas de los que se murieron ayer? Tal vez. Hay una edad en el ciclo vital del Homo sapiens en que el rey de la creación empieza a levantarse temprano, no bien rompe la mañana, a recoger el periódico que le acaban de echar por debajo de la puerta y lo abre con avidez a ver quién se murió. Hombre, cuando uno llega a eso ya el muerto es uno. Contestaste con voz seca. –Una idiotez, mamá. Una pelea en el trabajo. Mitchum, escribía Reina, trató de ilustrar esa idea al exhibir, en una prodigiosa escena deLa noche del cazador, las falanges de sus manos tatuadas con las palabras Love y Hate, Amor y Odio, entrecruzándolas para explicar las batallas eternas entre el Bien y el Mal. Camargo sabía que el dato era falso: los gnósticos habían inspirado no a Mitchum -hombre de lecturas precarias-, sino a Charles Laughton, el director del film. De todos modos, la digresión era inoportuna y de ningún modo iba apublicarla. A Camargo le daba lo mismo que Jesús hubiera tenido un gemelo o una hermana melliza, o tres. Ya nadie podría cambiar la dirección en que se había movido la historia de la especie humana. Y además, en plena guerra con el presidente, no era momento para abrir otro frente de conflictoirritando a los obispos de la Iglesia, que llamarían blasfemia a lo que era sólo una cándida provocación. –Hay algún plano del monasterio, una foto ampliada de la capilla? -preguntó Reina. –¿Absurdo? O injusto. Tenés cara de pensar que es injusto, lo que significa que sí entendés. O a lo mejor no entendés, cosa que no tendría nada de anormal. Me voy a almorzar con Santiago. –Facundito. Es descendiente de Facundo Quiroga. Las cosas que hace en el telar son una maravilla. La cara es el vivo retrato del Tigre, no me mire así que me hace tentar..

Lou Nicholes
Presentando Family Times: Lou Nicholes

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Somos una familia misionera que ha ministrado con Word of Life Fellowship desde 1962. Esta es una organización internacional de jóvenes fundada por Jack Wyrtzen, con sede en Schroon Lake, Nueva York. Lou Nicholes creció en una pequeña granja en el sureste de Ohio.

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