15 de enero de 2025
Comentario destacado
A little more homework lyrics
Cuando Wílmar y yo salimos, por el pórtico de las torres, pensé que íbamos a hundirnos en un mar de bruma pero no, el día estaba claro, recién bañado por la lluvia. "Domus Dei Porta Coeli" leí bajo el reloj detenido, en la fachada de las torres. Bajé los ojos y vi la casa cural, contigua a la iglesia: una vieja casona del Medellín de antes, de dos plantas, con alero. Con un alero caritativo para las lluvias de ayer, de hoy y siempre. –Sí, me imagino que sí. Este whisky tiene gusto a rocío, a ver si el doctor Camilo me resulta un cínico. Parecías muy cansada. Ella se apartó del paso y él, al avanzar, le tomó la mano. Ella no se la quitó. Y basta, punto, así lo decidí yo. Me fui. Una solución razonable era rehacer todo nuestro trayecto al revés hasta llegar a alguna parte. Cuando pasé por la Cañada, el monstruo, babeante y sardónico, todavía estaba allí. En la iglesita de Sabaneta hay a la entrada un Señor Caído; en el altar del centro está Santa Ana con San Joaquín y la Virgen de niña; y en el de la derecha Nuestra Señora del Carmen, la antigua reina de la parroquia. Pero todas las flores, todos los rezos, todas las veladoras, todas las súplicas, todas las miradas, todos los corazones están puestos en el altar de la izquierda, el de María Auxiliadora, que la remplazó. Por obra y gracia suya esta iglesita de Sabaneta antaño apagada hoy está alegre y florecida de flores y milagros. María Auxiliadora, la virgen mía, de mi niñez, la que más quiero los está haciendo. "Virgencitaniña que me conoces desde hace tanto: Que mi vida acabe como empezó, con la felicidad que no lo sabe". Colgó con alivio. La vida le parecía recta y simple. Cuanto más hablaba, con la mirada fija en el cuerpo tenso y desnudo de la mujer, más firme le parecía su razón. Si hubiera podido contarle a Maestro los detalles de la historia, sin duda lo habría entendido. Pero también él estaba enredado en un tejido de apariencias y confusiones. Maestro no había sido testigo del principio de la relación, por ejemplo, de la época en que la mujer era nadie y él la había educado lentamente en un oficio donde todo la desorientaba: el misterio de los títulos, el cortejo de las fuentes, el minué delos adjetivos y de la sintaxis. No sabía distinguir el rumor de la verdad, Maestro: no sabía discernir cuál era la mejor de dos verdades que parecían decir lo mismo. Apenas Camargo le abrió los brazos, ella se le clavó como una hiedra. Le copió hasta la manera de respirar, anotaba en un cuaderno las ideas que él descartaba y las frases que dejaba por la mitad para desentrañar qué saberes diferencian a un periodista genial de un periodista del montón. A Camargo lo halagaba que lo oyeran, y hablaba, hablaba, sin darse cuenta de que, cuanto más conocimiento le cediera, menos lo iríanecesitando ella. –¡Idiota! ¡Quíteselas! Uno es de alto riesgo o no es nada, y sanseacabó. –Qué noche. Yo no sé lo que hizo, pero lo imagino despierto. Si llegara Ramírez, piensa, mirando la cara de la mujer dormida. No sabe que hace diez días la cabeza de Ramírez era paseada en la punta de una picota por las calles de Santa Fe. Le has pasado un dedo por la rodilla al amante titánico de la Eva culona. Como dejar un mensaje invisible en un código secreto escrito para nadie. –No pensaba -dijo Esteban-. Estaba mirando esa lámina de San Jorge y el dragón. Quién lo pintó. Eso era lo que contestaba como si tuviera enfrente un espejo. En fin, a patadas, golpes y empujones me llevaron a las celdas, y allí me pusieron junto a diez o doceplenios, muchos de ellos borrachos. Entre ellos habíavecosuchasños , como animales, uno con toda la nariz comida y larota abierta como un gran agujero negro; uno que estaba apoyado contra la puerta, roncando ruidosamente, mientras de larota le salía sin parar una especie de hilo baboso, y uno que tenía los pantalones todos sucios decala . Había dos que me parecieron maricas, y en seguida se interesaron en mí, y uno me saltó encima, y tuvimos unadratsa muy desagradable, y elvono que despedía, como de gas y perfume barato, me enfermó otra vez, sólo que ahora tenía la barriga vacía, oh hermanos míos. Entonces el otro marica quiso echarme los brazos, y hubo una ruidosa pelea entre los dos, porque ambos me buscaban elploto . El chumchum llamó la atención de un par demilitsos que vinieron y golpearon a los dos con las cachiporras, y así se callaron y se quedaron con los ojos perdidos, y el viejocrobo goteaba pim pim pim por ellitso de uno de ellos. En la celda había camastros, pero estaban todos ocupados. Trepé al más alto de una hilera que tenía cuatro, y allí encontré un vecostarrio y borracho que roncaba, probablemente tirado allá arriba por losmilitsos. Bueno, lo bajé otra vez, no era muy pesado, y cayó sobre uncheloveco gordo y borracho tirado en el suelo, y los dos despertaron y empezaron una escena patética decrichadas y puñetazos. Hermanos míos, me tendí sobre la camavonosa, y me hundí en un sueño muy fatigado, agotado y doloroso. Pero no fue un verdadero sueño, era como meterse en otro mundo mejor. Y en ese mundo mejor, oh hermanos míos, yo estaba en un campo de flores y árboles, y se veía un macho cabrío conlitso de hombre y tocaba una especie de flauta. Y entonces pareció que salía el sol, el propio Ludwig van, con ellitso rugiente, la corbata suelta y elboloso desordenado yáspero, y entonces oí la Novena, último movimiento, con losslovos un poco cambiados, como si ellos mismos supieran que debían ser distintos, ya que se trataba de un sueño: –No era un nogal -dijo Esteban. Un buen momento de casi desnudez, pensó, el momento justo para que se le acerque Mariano. El que se te acercó no fue Mariano, fue un elegante y alto señor canoso, el tío Patricio, sólo que a esa altura de la noche Espósito no podía saber que ése era el tío Patricio. Lo que significa que después de todo, ciertas cosas, si realmente ocurrieron, debieron ocurrir de otra manera en otro orden, pero no se trata de que el recuerdo imponga sus propias disparatadas leyes a estas páginas, como escribirá muchos años después, se trataba ya entonces de algo que parecía ocurrir con la realidad desde el mismo instante en que pisó Córdoba. Como si la noción de tiempo careciera de significado. Como si la ciudad organizara las cosas a su modo. "Vos seguí mezclando whisky con anfetaminas", le había dicho Santiago esa tarde, en el café frente al hotel, "y voy a tener que ir con mi libretita a visitarte también a vos a Open Door", pero tampoco se trataba de las tres noches sin dormir, de la Benzedrina, del whisky, sino de que ahora, al escribirlo, yo podría decir que Santiago pronuncia estas palabras, las está pronunciando, y que él y yo estamos sentados a las tres de la tarde en este café frente al hotel, pero que Esteban Espósito sigue en la fiesta del cerro junto a Verónica mirándote hablar con un elegante y maduro señor desconocido, y, si lo escribiera de ese modo, acaso estaría tocando por fin la verdad central de aquellos dos días, porque no es sólo el tiempo lo que carece de sentido, pensó Espósito esa noche, sino la noción de lugar, y no podía saber al pensarlo que, efectivamente, muchos años más tarde, en un hospital neuropsiquiátrico, alguien le diría que el espacio y el tiempo son nociones… –Nene. –Déjate de hacer la Esfinge. –Juicio, ¿eh? -me dijo o le dije al despedirnos, él a mí o yo a él, ¡qué más da si de todos modos no íbamos a hacernos caso! Mientras una belleza furibunda a mí me trataba de acuchillar aquí, una belleza furibunda a él lo trataba de acuchillar allá. –Oh -dijo, todo agitado-. ¿De veras? Ah, comprendo. -Y siguió mirándonos, y se encontraba en medio de un grupo muy sonriente y cortés. Y si a veces no podía entrar por el recalentamiento de la puerta y se quedaba afuera, por el mismo recalentamiento de la misma puerta a veces no podía salir y se quedaba adentro. Entonces se le perdían las llaves adentro y entraba en un estado de desesperación..

Lou Nicholes
Presentando Family Times: Lou Nicholes

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Esta es una pregunta que Jack Wyrtzen me hizo en una conversación telefónica hace muchos años. Me gustaría hacerte la misma pregunta. Me quedé sin palabras porque no tenía un plan para leer la Palabra de Dios todos los días y compartirla. Como resultado, esta pregunta cambió el curso de mi vida al leer la Palabra de Dios y compartir mis pensamientos con mi familia y otras personas todos los días. Si deseas recibir estos pensamientos, solo haz clic en el botón a continuación y es gratis .

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Somos una familia misionera que ha ministrado con Word of Life Fellowship desde 1962. Esta es una organización internacional de jóvenes fundada por Jack Wyrtzen, con sede en Schroon Lake, Nueva York. Lou Nicholes creció en una pequeña granja en el sureste de Ohio.

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