15 de enero de 2025
Comentario destacado
9th grade homework
Provengan de donde provengan son puro delirio. E insensatez. Estafa. Al menos como adelanto de lo que recibiré si me decido a ser canalla, inmoral, medio degenerado y quizá loco. Como artimaña del Tentador le encuentro el defecto de que induce a arrojarse en los brazos de Dios. Más o menos como si me asegurasen que, si acepto hacerme descuartizar, gozaré además de los beneficios de la gangrena. Por lo pronto, veo que en los últimos dos mil años no han progresado mucho en el arte de seducir. A Jesús le propusieron que se arrojara del alero más alto del Templo de Jerusalén. Título original A ver, a ver, a ver,¿qué es lo que vemos? Estragos y mas estragos y entre los estragos las cabras, la monstruoteca que se apoderó de mi ciudad. Nada dejaron, todo lo tumbaron, las calles, las plazas, las casas y en su lugar construyeron un Metro, un tren elevado que iba y venía de un extremo al otro del valle, en un ir y venir tan vacío, tan sin objeto, como el destino de los que lo hicieron. ¡Colombian people, I love you! Si no os reprodujerais como animales, oh pueblo, viviríais todos en el centro. ¡Raza tarada que tienes alma de periferia! –Y yo, ¿qué saco de todo esto? ¿Me curarán lo que me hicieron? ¿Podré volver aslusar la vieja sinfoníaCoralsin sentir náuseas? ¿Podré vivir otra vez unachisna normal?¿Qué me pasará, señor? –Te cegó la oscuridad, porque era demasiado visible -dijo Camargo. –Nadie. Es algo que se me ocurrió hace un momento, algo que tiene que ver con tu planetario. Cuando pasábamos ya estaban ahí, y en plena fiesta los gallinazos e invitando más. Lo tostaron y ahí lo tiraron violando el anuncio, de donde se deduce que: mientras más se prohibe menos se cumple. ¿Sería en vida una bellecita? ¿O un "man" malevo? "Man" aquí significa como en inglés, hombre. Nuestros manes, pues, no son los espíritus protectores. Por el contrario, son humanos e hideputas, como dijo Don Quijote. De súbito, sin anunciarse como había llegado esa tarde la Muerte, cayó la noche. Desemboqué en un cruce de avenidas. Hileras de luces de carros avanzaban con lentitud por las vías atestadas, como gusanos luminosos, luciérnagas terrestres que se arrastraran resignadamente por los atascaderos de esta vida. Eran los infinitos carros comprados con dineros del narcotráfico que en los últimos años embotellaban la ciudad. Dejé el lento río de las luces y me adentré en la oscuridad. Oí unos tiros. La noche de alma negra, delincuente, tomaba posesión de Medellín, mi Medellín, capital del odio, corazón de los vastos reinos de Satanás. Algún carro desperdigado me alumbraba por un instante la calle, iluminando con sus faros hasta cuatro palmos el porvenir. Los domingos, ella se queda cabalgando hasta muy tarde y llega al departamento con ropa de montar. Lucha largo rato para quitarse las botas y, cuando al fin consigue liberar los pies menudos, Camargo siente una felicidad insuperable, porque la mujer, al apartarse del espejo, depende sólo de su mirada. Los edificios de alrededor están vacíos, ella podría morir sin que nadie lo supiera, y si por un instante él la desprendiera de su atención, la dejaría huérfana en el océano del mundo. En esas largas horas no se aparta jamás del telescopio, observando los ligeros sobresaltos de la respiración y los temblores de los músculos. En los otros rituales, los domingos son idénticos a cualquier día: ella se quita la blusa por arriba de la cabeza, explorando los olores de las axilas. Camargo aprovecha entonces el intenso paréntesis para observar en detalle la cicatriz que la mujer tiene debajo del ombligo, sobre el nacimiento del vello. Por lo que ha podido averiguar, es el vestigio de una operación de apendicitis mal suturada en la niñez. Al menos, eso es lo que la mujer acostumbraba explicar. Pero él sospecha que se debe a una secreta cesárea. Quince días llevaba con el televisor prendido mientras papi se moría, y yo viéndola, negándome a creer. Se abrió la puerta, y unagolosa de hombre dijo: -Sí, ¿quién es? A veces Camargo creía estar viviendo entre fantasmas. Ya en quinto grado, la casa estaba siempre sola cuando volvía de la escuela y, como no tenía nada que hacer, repasaba las lecciones una y otra vez. Los maestros le escribían notas de felicitación, pero él no tenía a quién mostrárselas. Lo único que comía eran los guisos de lentejas que cocinaba una vecina y que entregaba en viandas de tres cazuelas, con carbones en el hornillo. El niño los dejaba enfriar y se iba sirviendo de a poco, a cualquier hora. Su voz es extraña. Yo empiezo a sentirme como un enano vestido de terciopelo. Un pescadito de color en exposición. Sólo que la voz de la señorita Cavarozzi no sólo es extraña sino vagamente patética. Tal vez no soy el único que ha bebido un poco de más. Me doy vuelta para mirarla: no la reconozco. Tiene la boca torcida y me mira como si caminara de espaldas hacia el pasado. De pronto vuelve de allá, con mil años encima. Qué vieja es, pienso. Dio un par de vueltas inquietas en la cama y al fin decidió levantarse. Hizo ruido, para que Brenda se despertara y le preparara café, aunque sabía que ella no haría nada por él. Salió a la galería, entró en su oficina y prendió la televisión. Hizo zapping por los canales de noticias en busca de alguna imagen del suicidio: tal vez una ambulanciafrente a la casa de Valenti, el alboroto de los vecinos. No había nada: sólo escenas de guerra en Gaza y en los Balcanes. Verónica lo miraba como si lo viese por primera vez. –¿Pero no la están usando aquí, señor? -pregunté-. Esos nuevos edificios blancos en la pared sur. Vimos cómo los construían mientras hacíamos gimnasia. –Usted dijo que el literato… –Siempre se exceden -dijo el veco, secando un plato con aire distraído-. Pero la intención esencial es el pecado real. El hombre que no puede elegir ha perdido la condición humana. Ya dije que el final de este libro es necesariamente imposible. Las páginas que siguen, y algunas anteriores, nunca fueron escritas. Se basan en unos apuntes inconexos y casi ilegibles agregados por Espósito, en hojas sueltas, a su cuaderno Leviatán. La idea de que la historia se escriba a sí misma lo había ido ganando en los últimos tiempos. "Nadie es realmente autor de su propio libro", pensaba, "y yo menos que nadie." Darle forma a lo que falta no es más que aceptar esa idea..

Lou Nicholes
Presentando Family Times: Lou Nicholes

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¿QUÉ SACÓ DE TU TIEMPO DE SILENCIO HOY?

Esta es una pregunta que Jack Wyrtzen me hizo en una conversación telefónica hace muchos años. Me gustaría hacerte la misma pregunta. Me quedé sin palabras porque no tenía un plan para leer la Palabra de Dios todos los días y compartirla. Como resultado, esta pregunta cambió el curso de mi vida al leer la Palabra de Dios y compartir mis pensamientos con mi familia y otras personas todos los días. Si deseas recibir estos pensamientos, solo haz clic en el botón a continuación y es gratis .

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Somos una familia misionera que ha ministrado con Word of Life Fellowship desde 1962. Esta es una organización internacional de jóvenes fundada por Jack Wyrtzen, con sede en Schroon Lake, Nueva York. Lou Nicholes creció en una pequeña granja en el sureste de Ohio.

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