15 de enero de 2025
Comentario destacado
5 types of essays
Entonces, extrañado por ese comportamiento irracional mío me preguntó si me gustaban las mujeres. Le contesté que sí y que no, que dependía. "¿De qué?" "De sus hermanos". Se rió y me pidió que hablara en serio. Le expliqué, en serio, que por cuanto a la fisiología se refería, las únicas dos con que me había acostado sí, sí me habían gustado, pero que ahí acababa la cosa pues más allá no había nada porque para mí las mujeres era como si no tuvieran alma. Un coco vacío. Y que por eso con ellas era imposible el amor. Bultos y bultos de naranjas traían de La Cascada a Medellín, a podrirse en la parte de atrás de mi casa. Toqué y me abrió el Gran Güevón, el semiengendro que de último hijo parió la Loca (en mala edad, a destiempo, cuando ya los óvulos, los genes, estaban dañados por las mutaciones). Abrió y ni me saludó, se dio la vuelta y volvió a sus computadoras, al Internet. Se había adueñado de la casa,de esa casa que papi nos dejó cuando nos dejó de paso este mundo. Primero se apoderó de la sala, después del jardín, del comedor, del patio, del cuarto del piano, la biblioteca, la cocina y toda la segunda planta incluyendo los cuartos los techos y en el techo la antena del televisor. Con decirles que ya era suya hasta la enredadera que cubría por fuera el ventanal de la fachada, y los humildes ratones que en las noches venían a mi casa a malcomer, vicio del que nos acabamos de curar nosotros definitivamente cuando papi se murió. Cuando salí de la iglesia ya lo sabía. En el atrio, entre los puestos de lotería y los mendigos él seguía esperándome. Vino hacia mí. Le dije que nos iríamos a dormir esa noche a cualquier motel de las afueras. Me preguntó la razón y le contesté que por supersticiones, que porque sentía que si mequedaba esa noche en mi casa me iban a matar. Como esta impresión la puede tener cualquiera en cualquier momento en cualquier parte de Medellín lo entendió. Le había dado una razón incontrovertible, una que no acepta razones. –Soy Camargo -le dijo. –Deséeme suerte, entonces. Y seguíamos como pasamos, volando, volando, volando. –No me interesa -dijiste con brusquedad. Algo había pasado. Había empezado a relajarse y a entrar en ese limbo donde los sentidos pierden pie cuando Camargo Llamó a la puerta. Sedan las dos, tal vez las dos y media. Por un momento no supo si era una voz del día siguiente o de la semana pasada. O la absoluta vida. ¡Lo que hizo sufrir a papi en sus últimos, putos años, esta Loca antes de que lo matara! Porque ella fue la que lo mató, no el cáncer del hígado como diagnosticaron los médicos. El cáncer le mató el cuerpo, ella el alma. Bien dijo el borracho que bajó por el Camellón de San Juan una noche gritando, enarbolando una botellita de aguardiente semivacía: Todo, lentamente, se reorganizaba. Camargo no respondió. Tanta locuacidad le molestaba. No quería tratos con la gente inferior, ni menos esas muestras de confianza. ¿Habría visto alga la casera? ¿Lo habría oído? políglota el loro Fausto, el difunto, que en esta parra de este jardín de esta casa, hace años, siglos, berreaba como un bebé universal. Aprendió a berriar de Manuelito, que aprendió a leer de mí. Yo le enseñé. Y a mí la Loca, en una cartilla de frases tontas: «El enano bebe», «Amo a mi mamá». Manuelito, mi decimoquinto hermano (el último porque al Gran Güevón no lo cuento), era un tierno niño cuando aprendió a leer, y yo un muchacho apuesto cuando le enseñé: un mocito de una innegable belleza como dan testimonio las fotos. Con decirles que si hoy me lo encontrara en la calle lo invitaría a pecar. ¿Pero se iría él conmigo? Esos encuentros con uno mismo por sobre la brecha del tiempo a mí me asustan. En fin, iba la voz angelical de Manuelito silabeando las frases manuscritas que yo le escribía en una hoja blanca, impoluta, con una aplicación de su parte que hoy me parte el alma: –El criptosporídium, doctor -les pregunto como quien no quiere la cosa, como cualquier cristiano doble ciego acostumbrado al acto de fe-, ¿es una bacteria? Este apartamento mío está rodeado de terrazas y balcones. Terrazas y balcones por los cuatro costados pero adentro nada, salvo una cama, unas sillas y la mesa desde la que les escribo. "¡Cómo! -dijo Alexis cuando lo vio-. ¿Aquí no hay música?" –Cerca de la estación Elmhurst Avenue..

Lou Nicholes
Presentando Family Times: Lou Nicholes

¿Por qué no te comprometes a tener devociones diarias con nosotros todos los días de este año? Regístrate al final de la página para recibirlas en tu correo electrónico todos los días. ¡Deja que Dios haga algo especial en tu vida! 

¿QUÉ SACÓ DE TU TIEMPO DE SILENCIO HOY?

Esta es una pregunta que Jack Wyrtzen me hizo en una conversación telefónica hace muchos años. Me gustaría hacerte la misma pregunta. Me quedé sin palabras porque no tenía un plan para leer la Palabra de Dios todos los días y compartirla. Como resultado, esta pregunta cambió el curso de mi vida al leer la Palabra de Dios y compartir mis pensamientos con mi familia y otras personas todos los días. Si deseas recibir estos pensamientos, solo haz clic en el botón a continuación y es gratis .

  • Te llegará por correo electrónico diariamente o una vez a la semana, según elijas.
  • Le llevará a través de la Biblia en 6 años, frase por frase o tema por tema.
  • Llega a ti en pequeños fragmentos de unos pocos versículos cada día.
  • Podrás elegir cualquier versión de la Biblia que quieras leer con un solo clic.
  • Después de leerlo puedes escribir tus pensamientos y aplicaciones si así lo deseas.
  • Luego puedes hacer clic en mi comentario que incluye una explicación sencilla del contenido, una ilustración práctica y una aplicación personal.
  • Hay una página de oración y alabanza de los misioneros que cambia semanalmente.
  • Hay un versículo para memorizar semanalmente que corresponde con lo que estás leyendo.
  • Hay un lugar donde puedes escribir tus pensamientos o hacer preguntas diariamente.

Somos una familia misionera que ha ministrado con Word of Life Fellowship desde 1962. Esta es una organización internacional de jóvenes fundada por Jack Wyrtzen, con sede en Schroon Lake, Nueva York. Lou Nicholes creció en una pequeña granja en el sureste de Ohio.

Continuar